Las bases de la salud mental de la vida adulta se construyen en la infancia. El papel de madres y padres, resulta fundamental en el aprendizaje de un manejo saludable de las habilidades emocionales. Para esta tarea, algunos juegos y juguetes se convierten en nuestros mayores aliados.

Como escribí en otro artículo, a la hora de hablar del desarrollo emocional de los niños hay que tener en cuenta, siempre, que las emociones y las habilidades emocionales no se educan, sino que se acompañan.

El desarrollo emocional en la infancia

Los niños aprenden a manejar sus emociones experimentándolas. Nuestra labor consiste en apoyarles e ir ofreciéndoles, diferentes herramientas para aprender a gestionar sus emociones de forma saludable.

Además, debemos acompañarles en su aprendizaje sin juzgar sus emociones y sin utilizar elementos de represión como premios, castigos o chantajes varios.

Tenemos que tener esta idea muy presente. Para criar a nuestros hijos con respeto y que ellos desarrollen una salud mental sana no podemos imponerles, por nuestra comodidad, un manejo arbitrario de sus emociones. Tampoco podemos mostrarnos como adultos irracionales, incapaces de asumir y gestionar de forma coherente, nuestras propias emociones o las suyas. Somos su principal ejemplo.

Si este aprendizaje emocional se realiza en familia, en un entorno de apoyo, ternura y comprensión, en el que los padres le ofrezcan a sus hijos, sin forzarles, las habilidades emocionales que necesitan, los pequeños se convertirán en niños y adultos con un desarrollo emocional sano.

De esta forma aprenderán a gestionar correctamente todas sus emociones, sabrán la razón por la que las sienten, las comprenderán y buscarán solución a sus problemas emocionales, cuando los sufran.

Juegos y jugetes para experimentar emociones

Para ayudarnos al desarrollo emocional saludable de nuestros hijos, algunos juegos y juguetes, pueden servirnos como base de experimentación emocional. Veamos algunos de ellos:

1. Juegos de mesa

Existen muchos tipos de juegos de mesa, desde para niños más pequeños, hasta para adolescentes y adultos. El aprendizaje de estos juegos es muy importante.

  • Con ellos, nuestros hijos, además de afrontar su frustración, aprenderán, entre otras cosas, a respetar turnos, a planificar, a ponerse en el lugar de los otros jugadores, a aceptar sus equivocaciones y a ser pacientes.

2. Juegos al aire libre

Los entornos naturales les proporcionan una inmensa felicidad a los niños. En ellos se sienten más fuertes, libres y valientes.

  • Por supuesto, cuidando que no se hagan daño, si dejamos que se manchen, trepen, salten y jueguen a todos los juegos que se inventen, nuestros hijos sentirán alegría, se desafiarán a ellos mismos y aprenderán a confiar en su juicio y a superar sus errores.

3. Juegos en grupo

Jugar en grupo supone un gran aprendizaje social y emocional.

  • Si los adultos acompañamos a los niños para que no se den abusos de poder, nuestros hijos aprenderán a confiar en los demás, a tomar decisiones por el bien del grupo, a integrarse, a empatizar, a dialogar, a negociar y mucho más.

4. Juegos de construcción y puzzles

Este tipo de juegos son muy interesantes porque enfrentan al niño a sus propias emociones. Cuando comienzan el juego parten de cero, ellos mismos deben realizar la construcción y, para ello, además de planificación y paciencia, necesitan confiar en ellos mismos.

  • Además de reforzar la autoestima y la confianza, construcciones y puzzles ayudan a desarrollar el poder de decisión de los niños.

5. Regalos hechos a mano

Pensar y crear algún tipo de manualidad, puede ser una estupenda manera de potenciar los vínculos emocionales con sus amigos y familiares.

  • Frente al consumismo y el bombardeo publicitario habitual de estas fechas, podemos ayudar a los pequeños a apreciar el valor del trabajo y de las cosas hechas a mano.