Cuando comenzamos a interesarnos por la sostenibilidad e intentamos vivir de una forma más consciente, es como si descubriéramos un mundo nuevo. De repente nos cuestionamos hasta el gel de ducha que utilizamos, y le declaramos la guerra al plástico.
Los datos son terroríficos, pero por suerte la sociedad y las multinacionales (las principales contribuyentes a este problema) cada vez están más concienciadas y ponen de su parte para reducir su contribución al problema.
Pero algo de lo que muchas veces no somos conscientes es de que gran parte de nuestro impacto se produce en un lugar que no esperamos: en la comida y los ingredientes que utilizamos en la cocina.
Las personas que intentamos reducir nuestro impacto medioambiental sabemos que consumir de proximidad, ecológico y de temporada es muy importante, pero además hay algunos ingredientes que debemos utilizar con moderación debido a su enorme impacto ambiental.