Para el doctor Gabriel Cousens, todas las enfermedades se inician en la mente y el espíritu. Empezó a saberlo hace ya 40 años, cuando su mujer estaba embarazada. "Estábamos esperando nuestro segundo hijo y ambos tuvimos una pesadilla en la que el feto era un pollo. Nos dimos cuenta de que comer animales te convierte en un caníbal. Así que, de un día para otro, nos hicimos veganos".

Cousens señala también la influencia de una intensa experiencia de despertar en 1975 tras iniciarse en shaktipat (despertar espiritual en la tradición védica) con su maestro Swami Muktananda.

"A partir de este momento empecé a investigar cuál era la mejor dieta para favorecer una vida espiritual, cuál era el mejor camino para que yo mismo me convirtiese en un buen canal a través del cual pudiera manifestarse lo divino."

"A lo largo de mis investigaciones, en las cuales trabajé con distintas personas, se demostró que la dieta vegana cruda era la mejor con diferencia por los grandes beneficios que reportaba".

La dieta vegana cruda es la más viva

—¿Por qué la dieta vegana y la dieta viva es la más recomendable?
—Por muchas razones, pero la clave es que cuando cocinas un alimento ya no obtienes el alimento completo, sino que este solamente te aporta, como media, un 70% de vitaminas y minerales y un 95% de algunos fitonutrientes finales.

El alimento completo desaparece. Esa es una razón. Otra es que pierdes la energía de los biofotones. Las investigaciones llevadas a cabo en Alemania por el Dr. Fritz-Albert Popp muestran que la energía de los biofotones tiene una gran incidencia en nuestra salud.

Los biofotones son las ondas de luz de baja frecuencia emitidas por las células de la mayoría de los seres vivos y tienen efectos sobre los tejidos y órganos de nuestro cuerpo. Estos biofotones se encuentran en los vegetales también.

—¿Cómo sabemos que nos proporcionan más vitalidad?
—Un investigador ruso experimentó con ratones y pudo ver que, comiendo lo mismo, cuando los alimentos eran crudos su energía se duplicaba.

Yo también soy un buen ejemplo de ello. A los veinte años era el capitán de uno de los mejores equipos de fútbol americano de la universidad. En esa época podía hacer 70 flexiones, ¡son bastantes! Cuarenta años más tarde, a los 60, después de 25 años siguiendo una dieta viva, podía a hacer hasta 600 flexiones, lo que demuestra que tenía aún más energía.

A pesar de que habían pasado 40 años, mi energía se había incrementado. Se cree que la energía se reduce con el envejecimiento, pero en mi caso no ha sido así.

Ocurre lo mismo con la flexibilidad. Cuando tenía 20 años, no podía sentarme con las piernas cruzadas ni hacer la postura de loto, tampoco podía alcanzar el suelo con las manos manteniendo las piernas rectas. Hoy, con 74 años, puedo hacerlo y permanecer sentado en la postura de loto durante varias horas.

—¿Qué influye más en este buen estado de salud, la dieta o el yoga?
—Por supuesto es la combinación de ambos, pero la comida viva también hace el cuerpo más flexible.

Le pasa a la gente que viene a nuestro centro, que muy pronto se encuentra más flexible que cuando comía carne. Y es que la carne supone una ingesta de toxinas que afecta a los músculos, aunque el hecho de practicar yoga también marca una diferencia.

—¿Qué signos denotan que estamos llevando una dieta adecuada?
—En líneas generales, deberíamos sentir que tenemos energía todo el día, no deberíamos tener nunca hambre, deberíamos sentirnos con vitalidad y tener la mente clara. Es algo práctico.

Yo tengo más fuerza ahora que cuando tenía 20 años, por lo tanto la dieta que sigo me va bien. La cantidad de proteínas, carbohidratos y grasas varía en cada persona. El cromosoma 19 te da información sobre si la dieta que necesita esa persona debe ser más o menos alta en proteínas, en grasas…

Cuando tu dieta tiene en cuenta tu constitución, no hay problema. Tendrás energía, tu mente estará clara todo el tiempo y te mantendrás en tu peso óptimo.

La alimentación consciente eleva la espiritualidad

—¿Por qué cree que la manera en que nos alimentamos eleva nuestra espiritualidad?
—Una alimentación consciente significa que, a la vez que cuidas tu salud, mejoras la salud del planeta; es decir, con los alimentos que eliges promueves la paz contigo mismo y la ecología del planeta.

Una dieta de alimentos vegetales vivos aporta santidad a la vida, eleva tu espíritu hacia la liberación. Proteges a los animales y a la vez te conviertes en un mejor canal de lo divino. De hecho, si todo el mundo fuera vegano se podría abastecer a toda la población del planeta hasta 7 veces y evitar hambrunas. Con una dieta vegana estás apoyando a todo el planeta y, a la vez, potencias tu lado más espiritual.

— Por eso asegura que tenemos una cultura de la muerte…
—La cultura de la muerte se centra en el materialismo, mientras que la cultura de la vida pone el énfasis en el alma, el espíritu.

Cuando comes alimentos muertos propicias una conciencia de muerte, pero una dieta a base de alimentos vivos deja de estar asociada a la muerte y se apoya en la vida.

Además está la pregunta: ¿cómo puedo vivir una vida que resulte inspiradora para los demás? Lo que intentamos en el centro Tree of Life es ayudar a la gente a reconectar con su alma. Hoy la mayoría vive desconectada de ella; el materialismo propicia esa desconexión.

Cuando te reconectas con la energía del alma, empiezas a amarte a ti mismo y te sientes motivado a sanarte. Para mí la cultura de la muerte es la causa de epidemias como la diabetes.

—Asegura que la puede curar a través de la dieta en tres semanas.
—En nuestro centro tratamos la diabetes tipo 1 y tipo 2. En todos los casos se consigue reducir la medicación y tenemos una curación del 100% en los prediabéticos.

Y esto es gracias a una dieta vegana viva. La alimentación viva es la clave.

—Creo que no es partidario de los antidepresivos…
—El 90% de la gente que tiene depresión se recupera siguiendo una alimentación viva. Muchas veces los antidepresivos afectan al cerebro y tenemos que reestructurar el cerebro de estas personas.

Examinamos también las causas de la depresión: si es consecuencia de la infancia, de alguna medicación, de una dieta inadecuada…

Por ejemplo, los diabéticos tienen cuatro veces más posibilidades de sufrir una depresión. A continuación damos vitaminas y minerales esenciales, porque suele haber también importantes déficits.

¿Qué come el Dr. Cousens?

Come solo dos veces al día, y no demasiado en el desayuno. Toma muchas semillas y bayas. Consume también abundantes ensaladas con frutos secos y germinados.

Cuando necesita un aporte extra de proteínas, toma más semillas, espirulina y algas como chlorella, que son muy proteicas y facilitan la asimilación de las proteínas.

Vive su espiritualidad. La alimentación es importante, pero más lo es un estilo de vida ético que te conecte con los demás.

Todos debemos tomar suplementos

—¿Hay algún suplemento especialmente indicado en estos casos?
—Los suplementos de omega-3 forman parte de nuestro tratamiento contra la depresión porque es un ácido graso muy específico que facilita las actividades cerebrales.

En la depresión postparto, el 100% de las mujeres se cura a las pocas semanas cuando se les administra DHA, uno de los ácidos grasos de la familia omega-3, que se pierde en grandes cantidades durante el embarazo, ya que el bebé agota sus reservas al requerirlo para el desarrollo del cerebro y de la visión.

Pero no solo es importante la alimentación. Revisamos el estilo de vida de la persona con depresión introduciendo el yoga, meditación y ejercicio. Con ello obtenemos un resultado completo. La mayoría de los pacientes no requiere psicoterapia, aunque a los psiquiatras no les gusta oír esto. Lo primero que hay que hacer es ver qué pasa con el cuerpo, qué carencias presenta y devolverle su equilibrio.

—¿Qué les diría a los nutricionistas que aseguran que la nutrición vegana tiene déficit de vitamina B12?
—Pues que estoy de acuerdo con ellos, pero añadiría que una dieta omnívora también está falta de nutrientes.

El 40% de la gente que come alimentos de origen animal también presenta este déficit en vitamina B12, aunque en el caso de los veganos se eleva hasta un 80%. Pero para mí esto solo lleva a una conclusión: todo el mundo necesita tomar un suplemento de B12.

Es un mito asegurar que la carne te evita el déficit de vitamina B12.

Por otra parte, el 80% de las personas, tanto si son veganas como si son omnívoras, presentan una falta de magnesio y en mayor medida aquellas que no son veganas, ya que comen menos vegetales verdes, fuente notable de clorofila. La gente que come carne también tiene más déficit de vitamina B3 y B6 que las personas veganas.

Hoy en día todo el mundo debe tomar suplementos para asegurarse el aporte de todas las vitaminas y minerales.

—En sus libros dice que es importante estar bien hidratados…
—Sí, y un buen signo de que estamos bien hidratados es orinar cada dos horas. Y beber agua de calidad y con una estructurada mejorada con luz solar, cristales, imanes.

Pero es importante evitar su contacto con el aluminio. El agua estructurada evita la pérdida de minerales y hace que los biofotones se mantengan.

—¿Cómo podemos conectar con nuestra espiritualidad?
—El quid no es ningún superalimento, sino un estilo de vida que te permita la reconexión con tu alma de forma natural y con ello expandir tu conciencia.

Distinguiría seis pasos: comer de una manera que sea pura, en la que no haya muerte; realizar respiraciones, ejercicios y yoga; realizar actividades benéficas y servir a los demás; trabajar con un maestro espiritual; meditar y rezar.

En nuestro centro practicamos shaktipat, un tipo de yoga para despertar la energía primordial (kundalini).

Gabriel Cousens nació en Estados Unidos en 1943 y hoy, con 74 años, tiene más energía que cuando era joven. El secreto, dice, es la dieta crudivegana y una viva espiritualidad.

Es médico y psiquiatra doctorado por la Universidad de Columbia, pero también rabino, homeópata, acupuntor y yogui.

Es autor de los libros Hay una cura para la diabetes (Editorial Sirio, 2014), Alimentación consciente y Cocina del arco iris (Antroposófica, 2011 y 2015).

Es el fundador del centro Tree of Life.