Casi nadie querría prescindir de su lavavajillas, hace un gran trabajo y a lo sumo pide un chupito de sal o un sorbo de abrillantador de vez en cuando. Pero los que trabajan mucho también quieren que los traten con cuidado.

Si no se realiza un buen mantenimiento, el lavavajillas puede comenzar a oler. Los olores desagradables en el lavavajillas se deben casi siempre a depósitos de restos de comida en el filtro de desagüe, en mangueras o tuberías, en el suelo, en las esquinas o en las grietas de la máquina.

Estos depósitos orgánicos son un caldo de cultivo para las bacterias y el moho. Su metabolismo a su vez produce gases digestivos, que son los responsables de los desagradables olores de la cocina.

Qué hacer cuando el lavavajillas huele mal

Si el lavavajillas huele mal, la solución más sencilla es limpiarlo a fondo. Si rastreas y eliminas todos los depósitos y la suciedad y luego tratas a tu electrodoméstico con un régimen de limpieza frecuente, los malos olores deberían pasar a la historia.

Cómo proceder paso a paso:

  • Desenrosca el filtro o la inserción del colador del lavavajillas, que se encuentra sobre el desagüe en la parte inferior de la máquina. Aquí es donde es probable que se hayan acumulado la mayoría de los depósitos orgánicos. Limpia a fondo el colador con líquido lavavajillas y un cepillo. Si está visiblemente calcificado, también deberías descalcificarlo, de lo contrario se volverá a obstruir rápidamente. Para ello, sumerge el filtro en un recipiente con vinagre concentrado de limpieza durante un par de horas y luego utiliza el cepillo.
  • Las tuberías y mangueras se pueden limpiar con cepillos para tuberías flexibles que están disponibles en las ferreterías.
  • Los brazos rociadores giratorios que distribuyen el agua en la máquina también pueden estar obstruidos con depósitos de cal o contaminados con restos de comida en el interior. Esto no solo provoca mal olor, sino que también afecta el rendimiento de limpieza de la máquina. Dependiendo del modelo de lavavajillas, los brazos de lavado se pueden quitar o abrir y limpiar más o menos fácilmente.

Cómo continuar con la limpieza

  • Retira las cestas rodantes superior e inferior de la máquina y trabaja la rejilla con un cepillo, una esponja o un paño. Se recomiendan como agentes limpiadores remedios caseros ecológicos como el bicarbonato de sodio, el vinagre o el ácido cítrico. Si se utilizan correctamente, son suficientes para eliminar la cal, la grasa, las bacterias y el moho del lavavajillas.
  • Limpia las juntas de goma y las juntas de las puertas de la máquina de posibles depósitos. No lo hagas con vinagre porque puede hacer que la goma se vuelva porosa.
  • Después de limpiar, trata tu máquina con un ciclo de limpieza con bicarbonato de sodio y vinagre. Para hacer esto, pon dos cucharadas de bicarbonato de sodio en el compartimento para la sal y llena el del detergente con esencia de vinagre. El compartimento del detergente solo se abre cuando el bicarbonato de sodio ya ha podido funcionar en el espacio de lavado. Luego, deja que la máquina funcione vacía y a la temperatura más alta posible. Ten cuidado al abrir ya que el vapor de vinagre caliente puede ser irritante.
  • Para evitar que el olor desagradable vuelva al lavavajillas, debes acostumbrarte a retirar con un papel la suciedad más gruesa antes de ponerlos platos. Así los residuos ni siquiera entran en la máquina, por tanto no se pueden acumular ni causar mal olor.

Lavar en lugar de desodorizar

En droguerías y supermercados encontrarás desodorantes especiales para el lavavajillas, pero sirven más para tapar que para eliminar los malos olores. Además estos productos están hechos de plástico de un solo uso y contribuyen más a generar basura que a abordar el problema de raíz.

Incluso los limpiadores de lavavajillas especiales, que se venden como pastillas, por ejemplo, en realidad no son necesarios y contaminan el medio ambiente. La limpieza manual es más eficaz para eliminar depósitos como grasa, cal, etc., que una preparación que la máquina solo distribuye en el interior.

El decálogo del buen cuidado del lavavajillas

Estos consejos te servirán para que tu lavavajillas funcione bien durante mucho tiempo y permanezca libre de olores. También te ayudarán a causar el menor daño posible al medio ambiente.

  1. Elige pastillas para lavavajillas con una película de PVA (acetato de polivinilo) soluble en agua para ahorrar envases de plástico.
  2. El polvo para lavavajillas es más fácil de dosificar. Si compras un paquete a granel ahorrarás un desperdicio de embalaje adicional.
  3. Añade sal para lavavajillas (sal de regeneración, sal especial) con regularidad para proteger tu máquina de la cal, especialmente cuando el agua es dura. Esto no solo evita manchas en platos y cubiertos, sino que también evita que las tuberías y mangueras se obstruyan y que la capacidad de limpieza de la máquina se deteriore.
  4. El programa ecológico del lavavajillas lleva más tiempo, pero es aún más respetuoso con el medio ambiente porque requiere menos agua y electricidad.
  5. Si cargas completamente tu lavavajillas antes de encenderlo, reduces la carga sobre el medio ambiente y tu cartera.
  6. Para suciedad normal, un ciclo de lavado a temperatura baja o media es suficiente para limpiar la vajilla.
  7. Debes hacer funcionar tu máquina a la temperatura más alta una vez al mes. Esto evita los depósitos que no pueden eliminarse con los ciclos de lavado normales.
  8. Enjuagar los platos antes de meterlos en el lavavajillas solo sirve para gastar más agua y energía. Lo adecuado es retirar la suciedad gruesa con un tenedor o un papel. Si un plato no queda bien siempre se puede lavar después.
  9. Si te estás planteando comprar un nuevo lavavajillas, infórmate sobre los modelos más eficientes y duraderos. La calificación energética debe ser B (es la más alta posible ahora mismo, en 2021) y las criticas en tiendas online y foros te pueden orientar sobre la calidad del aparato.