Nos rodean metales tóxicos como el arsénico, el cadmio y el aluminio. Contaminan el suelo y, por lo tanto, también nuestra comida y el agua potable. Los contaminantes también están omnipresentes en el aire y en el humo de los cigarrillos por ejemplo.

Los metales se depositan en las arterias

Según un estudio realizado en España y publicado en la revista Arteriosclerosis, Thrombosis and Vascular Biology, los metales contaminantes pueden promover los depósitos en las arterias que salen del corazón, pero también en las arterias del cuello y las piernas, por lo que multiplican el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares.

"Debido a que los metales son ubicuos, entramos en contacto constante con pequeñas cantidades de estas sustancias", afirma la investigadora principal del estudio María Grau-Pérez, del Instituto de Investigación Biomédica Hospital Clínico de Valencia (INCLIVA).

Grau-Pérez, candidata a doctorado en el departamento de medicina preventiva, salud pública y microbiología de la Universidad Autónoma de Madrid, explica: “Según la OMS, podríamos evitar el 31% de las enfermedades cardiovasculares en todo el mundo si consiguiéramos eliminar los correspondientes contaminantes ambientales”.

Ya en 2018, una revisión exhaustiva de 37 estudios mostró que la exposición al arsénico aumentaba el riesgo de enfermedad cardiovascular entre un 23 y un 30 %. La exposición al cadmio y al cobre también aumentó el riesgo cardiovascular, mientras que la combinación de cadmio y plomo aumentó el riesgo de accidente cerebrovascular hasta en un 72%.

Las consecuencias de la arteriosclerosis

La arterioesclerosis se desarrolla cuando se acumulan depósitos en las paredes de los vasos, lo que hace que las arterias se endurezcan y se estrechen.

Dependiendo de qué arterias se vean afectadas, la arteriosclerosis puede provocar un ataque al corazón, un derrame cerebral, una enfermedad renal o enfermedad arterial periférica (EAP, también conocida como claudicación intermitente).

Las investigaciones anteriores sobre la influencia de los metales en la arteriosclerosis se centraron exclusivamente en la arteria carótida. El estudio español, por su parte, también hace referencia a las arterias coronarias (arterias del corazón) y las arterias femorales (arterias de los muslos, que suministran sangre a la parte inferior del cuerpo.

Asociación entre metales y aterosclerosis

Los investigadores españoles examinaron a casi 2.000 adultos, principalmente hombres de entre 40 y 55 años, participantes en el Estudio de salud de los trabajadores de Aragón y trabajadores de una fábrica de automóviles.

En primer lugar, se midió la exposición de los participantes a nueve metales tóxicos: arsénico, bario, uranio, cadmio, cromo, antimonio, titanio, vanadio y tungsteno. Luego comprobaron si había relación con los primeros signos de arterioesclerosis en las arterias mencionadas.

La exposición de los participantes a metales procedentes del aire, el agua y los alimentos se pudo comprobar en las muestras de orina. El estado de las arterias, por otro lado, se registró mediante exámenes de ultrasonido y el llamado puntaje de calcio. En este último caso, el grado de calcificación arterial se determina mediante tomografía computerizada.

Los análisis mostraron que a mayor carga de metales, mayor riesgo de arterioesclerosis. Los resultados del estudio fueron los siguientes:

  • Los participantes mayores tenían los niveles más altos de metal en la orina.
  • Las pocas mujeres participantes tenían valores de metales más altos que los hombres.
  • Los fumadores o exfumadores tenían niveles más altos de arsénico, cadmio, cromo y titanio en comparación con los que nunca habían fumado.
  • Cuanto mayor sea la exposición al arsénico, cadmio, titanio y posiblemente también al antimonio, mayor será la probabilidad de los primeros signos de arteriosclerosis.
  • La conexión más clara con una arteriosclerosis incipiente de la arteria carótida se encontró para el arsénico y el cadmio.
  • El cadmio y el titanio ejercen más presión sobre la arteria femoral, mientras que el titanio y posiblemente también el cadmio y el antimonio son especialmente dañinos para las arterias coronarias.
  • Se descubrió que el arsénico es más tóxico para las arterias cuando ingresa al cuerpo junto con el cadmio y el titanio.

Incluso pequeñas cantidades de metal son dañinas

"Nuestro estudio sugiere con fuerza que la exposición a metales ambientales tóxicos, incluso en dosis bajas, es tóxica para la salud cardiovascular", dijo la coautora del estudio María Téllez-Plaza, médica e investigadora científica del Centro Nacional de Epidemiología y el Instituto de Salud Carlos III en Madrid.

Los metales y, en particular, el arsénico, el cadmio y el titanio son probablemente factores de riesgo importantes para el desarrollo de la arteriosclerosis, incluso en las cantidades más pequeñas", añadió.

Tiene que mejorar la normativa de contaminantes

"Los estándares ambientales laborales y de seguridad alimentaria actuales para el cadmio, el arsénico y otros metales son probablemente insuficientes para proteger a las poblaciones de los efectos adversos para la salud", explica Tellez-Plaza.

"Si prevenimos la exposición a metales, esto podría mejorar significativamente nuestras opciones para prevenir y tratar enfermedades cardiovasculares".

Referencias científicas: