Pediatras y endocrinos han observado en los últimos años que la edad a la que llega la menstruación en las niñas se ha adelantado. Hace unos años la media se situaba entre los 12 y los 13 años. Actualmente, la menstruación suele llegar entre los 10 y los 11 años. ¿Por qué se ha adelantado la edad? Un estudio realizado en la Universidad de Granada (UGR) ha demostrado que este avance de la pubertad precoz está relacionaddo con la exposición a pesticidas y fungicidas durante la infancia. La investigación ha sido llevada a cabo por científicos del Instituto de Investigación Biosanitaria y del Ciberesp (Instituto Carlos III) y ha sido presentado por Nicolás Olea, catedrático del departamento de Radiología y Medicina Física de la UGR, y Carmen Freire, del grupo de Investigación en Medicina Ambiental de la UGR.

La investigación, publicado en la en la revista científica Environmental Pollution, se realizó a partir de las muestras de orina tomadas en el grupo INMA, entre 2010-2016, a 606 niñas y de 933 niños de Asturias, Guipúzcoa, Sabadell, Valencia y Granada con edades comprendidas entre los 7 y los 11 años. Estas muestras se analizaron para medir la concentración de cuatro metabolitos de insecticidas organofosforados (clorpirifós, diazinón y piretroides, muy utilizados en el control de plagas agrícolas y en jardines) y de fungicidas ditiocarbamatos, como el mancozeb.

Por otra parte, la endocrina Carme Valls Llobet sostiene que los microplásticos presentes en el ambiente también están relacionados con la pubertad precoz. ¿Qué son los microplásticos? Se trata de diminutas partículas de plástico que se desprenden del plástico que tiramos o que utilizamos en numerosos objetos cotidianos. Estos microplásticos se han detectado tanto en el aire del cielo como en el agua que bebemos, sea agua de grifo o agua embotellada, y también en alimentos como la sal de mesa, el pescado o incluso algunas frutas y hortalizas que comemos. Además de contaminar el medio ambiente, pueden pasar al cuerpo humano y, según la Dra. Valls Llobet, al hacerlo alteran las hormonas de las niñas y hasta de los fetos.

Síntomas de pubertad precoz en niños y niñas

¿Qué se considera pubertad precoz? En las niñas se considera pubertad precoz el crecimiento mamario, que llegue la primera menstruación o aparezca vello púbico o axilar a los 8 años. En los niños puede indicar pubertad precoz un crecimiento genital o aparición de vello púbico o axilar a los 9 años

Desarrollo mamario precoz en niños

La orina del 60% de los niños y niñas estudiados contenía pesticidas de la clase de los organofosforados (sobre todo dianizón); más del 50%, restos de fungicidas; y el 40%, clorpirifós (prohibido en Europa desde 2020) y piretroides. La bibliografía científica muestra que este tipo de contaminantes se asocia con alteraciones del sistema endocrino y podría ser responsable de un inicio temprano de la pubertad en niñas y niños.

Los efectos de estos contaminantes han sido corroborados por la investigación española. La presencia en mayores concentraciones de los compuestos tóxicos se asocia con mayor desarrollo mamario y otros signos de pubertad en las niñas, sobre todo en las peso normal, algo que ha sorprendido a los investigadores, pues la obesidad se relaciona tradicionalmente con el adelanto de la pubertad.

Desarrollo genital en niños

Por otra parte, la exposición al insecticida clorpirifós se vinculó con mayor probabilidad de desarrollo genital en los niños y, como en el caso de las niñas, el efecto es mayor en los niños con peso normal. En el caso de los piretroides, que además de en los cultivos agrícolas y jardines se usan en el control de las pulgas en animales domésticos y en los piojos en personas, la asociación sólo se observó en los niños con sobrepeso u obesidad.

Los resultados son calificados de muy preocupantes por los investigadores, porque el adelanto de la pubertad y otros efectos endocrinos se relacionan con mayor riesgo de sufrir distintas enfermedades con el paso de los años, incluidas enfermedades metabólicas, cardiovasculares y cáncer.

Cómo evitar pesticidas y microplásticos

Más allá de los fríos datos estadísticos y científicos, el doctor Olea ha sido contundente al denunciar la pasividad de las autoridades políticas y sanitarias. En declaraciones a La Vanguardia, ha explicado que los efectos encontrados en los niños "son algo que jamás debería de haber ocurrido" y que ahora "nadie hace nada para remediar el daño causado, nadie se hace responsable.

Cómo reducir la exposición a pesticidas

Las asociaciones que se han descubierto entre pesticidas, efectos hormonales y salud obligan a tomar medidas, porque los límites de residuos que establece la autoridad europea no son suficientes para proteger la salud de los niños y de los ciudadanos en general, argumenta Nicolás Olea, que es experto en disruptores endocrinos y contaminación ambiental.

La principal vía de entradas en el cuerpo de estos productos tóxicos es la dieta, sobre todo el consumo de hortalizas y frutas de producción convencional. Por supuesto, no resulta recomendable reducir por esta razón el consumo de estos alimentos saludables, porque las consecuencias serían aún peores, pero se puede exigir que se reduzca o elimine la presencia de pesticidas y, mientras tanto, se puede elegir, en la medida de lo posible, alimentos de producción ecológica certificada.

En el momento de realizar la compra, para reducir la exposición a pesticidas si el producto no es ecológico, se puede optar por el alimento de temporada y de producción local. Además se pueden evitar los alimentos que normalmente están más contaminados, y preferir los más limpios. Pero la única garantía de que no se consumen residuos de pesticidas es elegir alimentos ecológicos.

Es cierto que los alimentos ecológicos son más caros en un primer momento, pero Olea es muy claro: al precio de los productos convencionales hay que sumarle el precio de la infertilidad, la obesidad y el cáncer de mama, por ejemplo.

Cómo reducir la exposición a microplásticos

Se cree que la mayoría de microplásticos que se acumulan en casa proceden de la degradación de plásticos presentes en el propio hogar: en envoltorios y recipientes de comida, alfombras, prendas de ropa, cepillos de dientes... que se van degradando y soltando partículas.

Así lo afirman los autores de un estudio llevado a cabo por la Universidad Macquarie de Sidney (Australia), que además alertan de que los más expuestos a estos microplásticos en el hogar son los niños pequeños, pues al pasar más tiempo por el suelo y llevarse más veces las manos a la boca los inhalan e ingieren en mayor cantidad.

Los investigadores de este otro estudio tomaron 32 muestras de polvo doméstico en hogares australianos y comprobaron que el 39% de las partículas depositadas en el polvo eran de fibras derivadas del petróleo. Este porcentaje aumentaba significativamente en los suelos alfombrados frente a los suelos desnudos. El uso frecuente del aspirador, por el contrario, ayudaba a disminuirlo.

Otra forma de reducir la presencia de microplásticos en el hogar sería evitar el plástico en la medida de lo posible, desde el plástico de los objetos de uso cotidiano que metemos en casa (en la cocina, para la higiene personal, muebles...) al plástico de la ropa sintética con la que nos vestimos y el de los textiles del hogar como cortinas o alfombras sintéticas.