¿El silencio es lo que hace más daño?
“Aquel silencio me hacía mucho daño y mis padres también parecían tristes. Yo no sabía qué hacer: si reír –lo que es una sobreadaptación–, si simular que no oía, si ponerme triste o si hacer una rabieta”, dice uno de nuestros cuentos. Cuando nos hacen una pregunta conviene contestarles, eso sí de la forma adecuada y no desde el lenguaje de los adultos que nos lleva a hablar y a hablar llevándolos a la desconectar porque no nos siguen.
Se trata de adaptar nuestras explicaciones a la etapa evolutiva en la que se encuentran y estos cuentos constituyen una buena herramienta terapéutica para ello, así como un recurso literario que facilita dar respuestas y acompañamiento a través de su lectura.
¿Cómo explicarles que sus padres se van a divorciar?
En el libro creado para acompañar a los niños en esta situación vemos a dos adultos peleando porque a menudo creemos que nuestros hijos no se dan cuenta que discutimos, pero sí lo hacen. Y la separación de los padres genera en ellos un gran sentimiento de culpa, mucha frustración y miedo.
Creen que pueden perder a sus padres, que no se les va a querer más o que se les va a abandonar y, para no sentir, a abusan de la tecnología o se muestran agresivos. Ante una situación de divorcio es fundamental dejarles claro que la separación no es culpa suya,que se les seguirá queriendo y que los padres siempre estarán allí para ellos. Esto les da seguridad. También deben saber que no van a perder a ninguno de ellos y que cuando estén con uno siempre podrán llamar al otro.
No debemos interrogarlos ni forzarlos a que nos cuenten qué han hecho cuando han estado con el otro progenitor. Saber es nuestra necesidad, no la de ellos. Tampoco debemos desahogarnos con ellos hablándoles sobre lo que nos ha hecho su madre o su padre, porque entonces acaban comportándose como unos pseudoadultos fusionados en exceso con sus padres a nivel emocional.