Desde hace más de la friolera de 70 años los Psicólogos conocemos que la ansiedad ante los exámenes emerge con fuerza en los estudiantes enfrentados a situaciones de evaluación en las que su desempeño va a ser juzgado y que es interpretado como altamente amenazante.

Esto es lo que les ocurre a algunos estudiantes que se enfrentan a los exámenes de la selectividad o a los que encaran evaluaciones universitarias. ¿Cómo reconocer la ansiedad ante los exámenes y qué se puede hacer para tratar el problema?

Qué hay tras el pánico a los exámenes

Esta sensación de amenaza proviene de que la persona que se examina considera que su sentido de autoestima y de valoración personal puede resultar comprometido por dos razones:

  • Se sienten afectados ante el temor de ser juzgados negativamente por aquellos quienes le son importantes: sus profesores, compañeros y padres
  • Miedo al fracaso. Por no poder alcanzar, si sus resultados son malos, todas sus aspiraciones educativas y profesionales. Sienten el peso del temor al fracaso de sus íntimos anhelos y el ácido regusto de la decepción de quienes más quieren. Son conscientes de que sus malos resultados pueden afectar al diseño de su trayectoria vital y cargan con el fardo de esta responsabilidad. De hecho, se sabe que la ansiedad ante los exámenes es especialmente relevante en el caso de los alumnos universitarios.

Consecuencias del estrés ante las pruebas académicas

Las Psicólogas sabemos que un aumento moderado de la ansiedad ayuda a los estudiantes a incrementar el esfuerzo y a concentrar su atención en el examen. Un aumento excesivo, en cambio, puede dar al traste con un buen desempeño.

Sin embargo, pese a no constituir una condición de salud mental, es importante que la ansiedad ante los exámenes no se trivialice pues se sabe que la presión ante los exámenes es uno de los mayores factores de estrés entre los niños, niñas y jóvenes. Cuando emerge en niveles elevados afecta al sueño, provoca el desencadenamiento de ataques de ansiedad, depresión y trastornos alimentarios.

De hecho, un estudio llevado a cabo en el 2014 en el Reino Unido por Herzer encontró que el 94% de los estudiantes con alta ansiedad ante los exámenes cumplían criterios clínicos para al menos un trastorno psicológico, siendo el más común el de ansiedad social.

Síntomas de la ansiedad por los exámenes

¿Qué sucede por dentro cuando una persona con alta ansiedad se enfrenta a una situación de evaluación? Para ello solicitamos amablemente a una de nuestras estudiantes que nos describiera con detalle qué pensamientos, sentimientos y sensaciones físicas experimentó.

María enfiló el ancho corredor de su Universidad presa del temor a que sucediera lo de siempre: el nudo en la garganta, la saliva pastosa en la boca y la respiración entrecortada. Quería abstraerse de la intensidad de sus sensaciones físicas y para ello inició su ritual sagrado para exámenes.

Focalizó toda la atención en colocar minuciosamente sus lápices ordenados por colores, se aseguró de que la estampa de la Virgen del Carmen que le había dado su abuela seguía en su bolsillo y se colocó en el lugar de siempre al lado de la puerta dispuesta a enfrentar su examen final y definitivo. Eso la calmaría, pensó.

Sin embargo, mientras observaba como el ayudante del profesor distribuía parsimoniosamente por el aula magna los exámenes empezó un bombardeo en toda regla de perturbadores pensamientos negativos:

Voy a suspender. Seguro que esta vez se me olvida como siempre algo importante. Es que soy un desastre. Todos lo van a hacer mejor que yo. Mira a Miriam allí a lo lejos, concentrada parece conocer de antemano todas las respuestas. Pero, ¿Qué hago aquí en la Universidad? A ver, céntrate María, te estás poniendo nerviosa. Comienza por la primera pregunta. Cuando salgan las notas van a ver que no debería haber pasado y seguro que mis amigos ven que voy a quedar en último lugar. Me va a dar una vergüenza horrorosa. ¡Dios mío! ¿Qué será de mí? ¿Dónde trabajaré? Mi cabeza va a estallar, me empieza a doler y mi mano me tiembla. ¡Venga, venga! ¡Cálmate! Regresa a la primera pregunta, a ver, cómo puedes responderla. …”

Es importante, poder identificar cuándo estamos sintiendo ansiedad. Esta puede expresarse a través de estas tres esferas:

  • Síntomas cognitivos (esfera cognitiva). Como le sucedía a María, es fácil sentirse abrumado por la propia situación y pensar que has perdido el control. Cuando esto sucede es sencillo entrar en pánico, agobiarte y pensar que puedes “quedarte en blanco” y ser incapaz de recordar nada del contenido aprendido. Los mensajes negativos que te diriges a ti misma estarán corroyendo tu motivación para el éxito. Y, el carácter automático y esteriotipado de tus pensamientos, más que controlar su nivel de ansiedad lo único que producía era una elevación del mismo.
  • Síntomas emocionales (esfera afectiva). Puedes sentir el coletazo del pánico, el miedo y la ansiedad por la ejecución en sí misma del examen y las consecuencias del potencial fracaso. En María resultaba fácilmente observable al estar atrapada en la rueda sin fin de sus pensamientos acerca de qué ocurría en su futuro, como anticipo de una desastrosa vida….
  • Síntomas físicos (esfera fisiológica). Puedes fácilmente sentir malestar en el estómago, el corazón acelerado como una locomotora desbocada, la sensación de que tus piernas son temblorosas o gelatinosas, sufrir de temblores o de sudoración excesiva antes y después del examen. Todo ello es además un indicativo de que tu Sistema Nervioso Autónomo se encuentra seriamente activado.

Cómo superar el miedo a los exámenes

Dado que sabemos que elevados niveles de ansiedad ante los exámenes tiene importantes consecuencias no ya sólo en la confianza ante el desempeño académico sino también para el bienestar emocional de nuestros menores es esencial que los Psicólogos que trabajan esforzadamente dentro del sistema educativo ayuden a estos estudiantes mediante una adecuada evaluación de sus dificultades que permitan asignarles al programa específico para cada uno. Estos programas pueden ser muy variados.

Mencionaremos algunos de ellos:

  1. Programas de mejora de hábitos de estudio.
  2. Aquellos basados en la enseñanza de técnicas de relajación mediante el entrenamiento en realizar una respiración adecuada, ejercicios de mindfullness que favorezcan la regulación emocional y focalicen la atención en el presente. Todas destinadas a recobrar al estudiante un sentimiento de calma interna y serenidad.
  3. Entrenamiento en formas alternativas de comportamiento ante un examen.
  4. Ayuda a explorar y modificar los mensajes que se mandan a sí mismos.
  5. Novedosas técnicas como la diseñada por las Psicólogas Ramirez & Beilock en el 2011 que consiste en solicitar a los estudiantes que escriban sus pensamientos y sentimientos inmediatamente antes de realizar el examen. El objetivo principal es ayudarles a mantener los pensamientos de preocupación “fuera de su sistema” de manera que no interfiera con su ejecución. Parece ser que ha ofrecido luminosos y esperanzadores resultados, especialmente con estudiantes generalmente ansiosos y con síntomas depresivos y que les ayudó a mejorar significativamente sus resultados.