Recientemente en países tan diversos como Alemania, Reino Unido, Canadá, Dinamarca y Francia numerosos jóvenes dicen estar aquejados de sufrir de una forma moderna de “Síndrome de Gilles de la Tourette” que algunos han bautizado como "TikTok tics", un “trastorno por Tics" en toda regla incluido en el Manual Diagnóstico y Estadístico de las enfermedades mentales DSM-V que aparece en la mayoría de los casos antes ya de los 14 años, y que tiene unos síntomas concretos:

  • La presencia de tics motores múltiples y uno o más tics verbales. Los tics motores más típicos suelen afectar a la zona de la cabeza, como el parpadeo, pero también pueden aparecer en otras partes del cuerpo como el tronco y las extremidades superiores.
  • Su evolución suele ser de larga duración, aunque también puede cursar con periodos de remisión completa y en ciertas personas desaparece completamente al comienzo de su vida adulta.

La realidad sobre este curioso fenómeno es que cuando estos jóvenes fueron psicológicamente evaluados solo presentaban síntomas funcionales que recordaban a este síndrome pero que no lo padecían realmente. Lo que sí sufrían, no obstante, era una nueva "enfermedad social de masas" inducida a través de las redes sociales.

El cómo se gestó esta alteración y se "contagió" a través de las redes es sorprendente. Los expertos han estudiado el caso y han descubierto el poderoso impacto que pueden tener los medios de comunicación online en la gestación de nuevas enfermedades inducidas socialmente.

Numerosos jóvenes de diversos países pensaban que padecían este síndrome y acudían a las consultas médicas aquejados de este este nuevo trastorno que provocaba unos síntomas muy concretos.

Al evaluarlos psicológicamente, los expertos llegaban a una misma conclusión: todos aquellos jóvenes presentaban síntomas funcionales del Síndrome de Gilles de la Tourette pero, en realidad, no lo padecían. ¿Qué estaba sucediendo?

Cómo se inducen las enfermedades sociales en redes

Los expertos en la materia, como la Dra. Kristen R. Müller -Vahl, profesora del Departamento de Psiquiatría, Socialpsiquiatría y Psicoterapia de la Escuela de Medicina de Hannover (Alemania) defienden que estamos ante una auténtica “nueva enfermedad social de masas”, inducida a través de los todopoderosos medios de comunicación social online y que ha prendido como en un reguero de pólvora favorecida por el viento del aislamiento de la pandemia. Y, que para ello no se necesita ni conocer ni interactuar con nadie para su difusión, basta con visualizar el contenido de estos videos para provocar un efecto desestabilizador en la persona y pensar que lo padece.

Sin embargo, es bueno recordar que el impacto emocional ante la visualización de cualquier contenido online se halla mediatizado por las características de personalidad previas de quien accede a los mismos. Así, habrá jóvenes claramente más influenciables y otros menos y eso también explica, al menos en buena parte, que no todos piensen que han desarrollado este síndrome.

El origen de este nuevo trastorno de masas: youtube

Parece ser que el origen de esta denominada nueva “epidemia” comenzó allá por el 21 de Febrero del 2019, justo antes de la pandemia cuando un joven alemán de 22 años, Joe Zimmerman quien, a juzgar por los videos, se podría considerar que padece una forma leve de éste Síndrome pero que empezó a grabarse y a subir videos creando un canal en Youtube “Gewitter un Kopt” donde mostraba lo que le sucedía.

Aseguraba a quien le escuchara que toda una serie de movimientos, vocalizaciones, frases, insultos y conductas disruptivas y extrañas que padecía eran en realidad “tics”. Joe exhibía todo un conjunto de exclamaciones como insultos y palabras malsonantes insertados en largas sentencias. Esta manera de expresarse era considerada por los expertos demasiado compleja y elaborada para que pudiera hacerlo cualquier persona que padeciera realmente un síndrome Gilles de la Tourette.

Por ejemplo, la coprolalia, que sí es un síntoma característico del Gilles de la Tourette y donde la persona sufre de un impulso irresistible a emitir obscenidades, se da de una manera muy diferente a cómo mostraba Joe en sus videos. Éste empleaba un amplio y rico rango de insultos cambiantes cada semana y parece que su contenido se veía directamente influenciado por el número de nuevas visualizaciones que conseguía al colocar sus videos entre los “más populares”.

Lo que sucedió al cabo de poco tiempo fue que el número de suscriptores a este Canal de Youtube subió como la espuma. Un millón de seguidores en menos de tres meses elevando a Jan Zimmerman como el creador de contenido number one de Youtube en Alemania durante el 2019.

Es decir, la ganancia secundaria que diría Freud o el beneficio, económico y de fuerte impacto social, fue descomunal. 2,91 millones de seguidores adolescentes, premios TopAdwards en Alemania y el segundo creador de contenido de Youtube más valorado.

Las Asociaciones de personas que padecían esta enfermedad protestaron enérgicamente por la presentación distorsionada y por el trato irrespetuoso y frívolo hacia una problemática que causa un sufrimiento real a muchos niños, adolescentes y adultos.

Pero sucedió que cuatro semanas más tarde a la emisión de estos videos numerosos jóvenes comenzaron a llegar a las consultas de los neurólogos alemanes diciendo que padecían este Síndrome. Algunos fueron incluso inicialmente diagnosticados así y a ser tratados con tratamientos farmacológicos tan potentes como neurolépticos e incluso a ser considerados como resistentes al tratamiento.

Ninguno pareció darse cuenta de que sus síntomas recordaban a los de los videos de Joe. Y, lo curioso era que cuando se revisaron estos casos muchos de sus síntomas eran similares a los que Joe mostraba en sus videos o dejaban de padecerlos cuando practicaban sus actividades favoritas e incluso se daban casos en los que cuando se les decían que no padecían este síndrome los síntomas se desvanecían como por arte de magia.

En muchos casos, no se hicieron estratosféricamente famosos, como Joe, pero también obtuvieron ganancias secundarias como ser eximidos de ciertas tareas escolares y de ayuda en casa alegando que padecían este síndrome.

El poderoso influjo de los ídolos e influencers

Lo que los expertos como Bartholomew (2012) creen es que esta nueva modalidad se enmarcaría en la categoría de “enfermedades inducidas socialmente” pero bajo un nuevo epígrafe “online”, dado que cumple todos los criterios requeridos para ello, como:

  • Un conjunto de síntomas que sugieren la presencia de una enfermedad orgánica sin causa identificable y que ocurre entre dos o más personas que comparten un conjunto de creencias acerca de estos síntomas.
  • La presencia de una forma de potente identificación que cursa de forma indirecta a través de la visualización de videos.
  • Todos los pacientes “admiraban” a Jan Zimmermann por su forma abierta de exponer que padecía este “supuesto Síndrome de la Tourette” y por alcanzar el éxito pese a su condición de enfermo.

Eran evidentes las potentes emociones que elicitaba en sus seguidores. Empatizaban fuertemente con él y esto se consideró que contribuía a disparar y extender los contagios.

Estos autores demuestran la poderosa influencia que ejercen los medios de comunicación de masas en la psicología de ciertos jóvenes, y cómo el incremento de su uso debido al aislamiento al que estuvieron sometidos durante la pandemia del COVID-19 potenció e hizo patente su enorme influencia en la imitación de cierto tipo de conductas y creencias falsas generalizadas hasta el punto de llegar a considerar una nueva categoría de “enfermedades inducidas socialmente” a través de plataformas de difusión online.