En invierno, anhelamos un baño tibio o una ducha caliente. Sin embargo, el agua demasiado caliente daña el cabello, lo priva de humedad y esto hace que se reseque y se vuelva quebradizo. Los cambios entre el ambiente seco y caliente en los interiores y fríos y húmedos en los exteriores tampoco ayudan. Entonces, buscamos soluciones en mascarillas "poder reparador", de "cuidado profundo" y con otras propiedades con las que los fabricantes quieren vender sus productos. Sin embargo, no todas las mascarillas son capaces de ofrecer algo positivo a nuestro cabello.

Lo cierto es que, en los últimos años, la calidad de los ingredientes de las mascarillas capilares ha mejorado mucho. Cada vez hay más fabricantes que eliminan las sustancias dudosas o perjudiciales de sus formulaciones.

Sin embargo, siguen habiendo productos desaconsejables que no deberían estar en el estante de droguerías y supermercados. Te explicamos cuales son las sustancias problemáticas que se encuentran en estos productos y cómo elegir las mejores mascarillas para el pelo.

Mascarillas para el pelo que no son saludables

Las mascarillas para el pelo convencionales contienen sustancias sospechosas. El primer problema son los perfumes almizclados. Es posible encontrar en las mascarillas aromas sintéticos que incorporan galaxolid y tonalid, sustancias fijadoras del olor, que se acumulan en el tejido adiposo humano y en el medio ambiente, y que son sospechosas de ser disruptoras endocrinas. La organización Environmental Working Group que sostiene una importante base de datos sobre ingredientes cosméticos, los considera "inaceptables".

También son inaceptables ingredientes conservantes como la clorometilisotiazolinona (CLMI) debido a su potencial irritante y alergénico, cuyo uso ya está limitado legalmente a los productos que luego se enjuagan. Además, es un compuesto organohalogenado que, una vez liberado en el medioambiente, se comporta como un contaminante persistente.

Otros conservantes organohalogenados son la clorfenesina y el digluconato de clorhexidina, igualmente indeseables.

¿Cómo actúan sobre el cabello las mascarillas capilares?

Aparte de los aromas y conservantes, las mascarillas contienen aceites naturales o sintéticos que confieren brillo y manejabilidad. O sustancias como la queratina y el pantenol, que penetran más profundamente en el cabello y lo vuelven flexible.

A largo plazo, los tratamientos capilares pueden proteger contra los daños, lo que no pueden hacer es reparar los que ya se han producido en la estructura del cabello, por mucho que lo aseguren en su publicidad.

Algunos fabricantes hablan de "reparación inmediata", de "un 90 por ciento menos de rotura del cabello" o que "ayuda a reparar seis meses de daño en una sola aplicación". Por supuesto, no pueden aportar pruebas avaladas por laboratorios o publicaciones independientes.

Lo que pueden hacer es simular la reparación. Para ello, incluyen entre los ingredientes siliconas que forman una película fina sobre los cabellos. A la larga, sin embargo, pueden apelmazar el cabello y evitar que las sustancias realmente beneficiosas penetren en él.

Las siliconas son inocuas para la salud, pero en el medio ambiente se degradan muy lentamente y pueden interferir en el equilibrio de los ecosistemas.

Mascarillas para el pelo caseras y naturales

Para evitar encontrarte con componentes no deseables o tóxicos, sobre todo si sufres alergias o tienes una piel sensible, es buena idea apostar por productos de cosmética natural o ecológica certificada,que se elabora únicamente con sustancias naturales sin efectos secundarios.

Los productos naturales incluyen aceites vegetales, como los de coco, almendras o aguacate, aceites esenciales y extractos de plantas con propiedades suavizantes y sustancias humectantes como el gel de aloe vera.

Otra opción es prepararte tu propia mascarilla con ingredientes que puedes tener en la despensa. Por ejemplo, mezcla 2 cucharadas de aceie de coco, 2 de mayonesa y una cucharadita de yogur (también puede ser de miel). Aplícate la mezcla en el cabello húmedo y deja que actúe durante 20-30 minutos. Luego aclara y observa el cambio. Los mejores resultados se consiguen con un uso regular.