Para mantenerse en buena forma física, no es absolutamente necesario hacer ejercicios extenuantes de forma regular. Lo que es más importante es que te muevas con suficiente frecuencia.

Caminar regularmente puede ayudarte con esto. Aunque realices paseos cortos, puedes beneficiarte de ellos desde el punto de vista de la salud, pero de nuevo, es importante que hagas ejercicio con regularidad. Descubre los beneficios de dar más de dos paseos al día. 

1. Caminar favorece una vida potencialmente más larga

Según un estudio realizado en Estados Unidos, con alrededor de 351.000 participantes, el ejercicio regular nos hace vivir más tiempo. Los investigadores dicen que el concepto "ejercicio regular" equivale a por lo menos 150 minutos de actividad con intensidad moderada a la semana semana o 75 minutos de ejercicio intensivo.

Y, ¿qué es ejercicio moderado? Cualquier actividad que aumente la frecuencia cardíaca (en comparación con la frecuencia cardíaca en reposo) entre un 50 y un 60% se considera ejercicio moderado. Esto también puede incluir una caminata rápida.

2. Caminar mejora el estado de ánimo

Aunque no esperemos nada de un paseo, es casi seguro que mejorará el mal humor. Este fue el resultado de un estudio publicado en la revista internacional de psicología Emotion.

Según el trabajo científico, incluso una actividad física escasa y ocasional, como salir a caminar, puede tener un efecto positivo en nuestro estado de ánimo.

En el estudio, los beneficios se producían incluso a las personas que tenían una actitud negativa hacia salir a caminar. Aunque no te apetezca de antemano, el paseo merecerá la pena.

3. Salir a caminar como introducción a un estilo de vida saludable

Caminar puede ser una buena introducción a un estilo de vida más saludable. Los paseos también podrían mejorar la forma física, siempre que no sean simplemente “paseos agradables”, sino más bien paseos que te cansen de verdad. Para hacer esto debes caminar un poco más rápido de lo que lo harías normalmente.

Para los principiantes, las caminatas también pueden ser una buena forma de preparar el cuerpo para actividades más intensivas, como correr.

Si realizas caminatas rápidas con regularidad, tus articulaciones, tendones y huesos podrán adaptarse lentamente a un estilo de vida más activo. Luego podrás ir aumentando la intensidad poco a poco hasta que te sientas preparado para tu primera sesión de running.

Cada persona debería descubrir por sí misma cuántos pasos puede dar por día. Por ejemplo, podrías intentar dar unos 3.000 pasos más cada día sobre lo habitual. Pero para ello no es absolutamente necesaria una aplicación. También puedes simplemente escuchar las sensaciones de tu propio cuerpo.

4. pasear para concentrarse mejor

¿Sabes lo que es no poder seguir realizando una tarea porque ya no te puedes concentrar? Es algo normal. Pasear no solo dará descanso a tu cerebro, sino que al sentarte comprobarás que tu cerebro funciona mejor porque se habrá oxigenado y alimentado de nutrientes. 

Te resultará más fácil tomar decisiones, recordar datos  y, en general, serás más productivo intelectualmente.  

5. Los paseos pueden aliviar la depresión

Un estudio del Instituto Robert Koch examinó la conexión entre la actividad física y la salud mental.  El resultado fue que el ejercicio puede aliviar permanentemente los síntomas de enfermedades mentales como la depresión. El ejercicio también reduce el riesgo de desarrollar dicha enfermedad.

El trabajo científico afirma que el entrenamiento físico puede ser eficaz para la depresión en un grado similar al de la terapia farmacológica.

6. Los paseos pueden prevenir y aliviar la demencia

Otro estudio científico examinó los vínculos entre la actividad física y la demencia. El resultado fue que el ejercicio regular puede reducir el riesgo de enfermedad neurológica degenerativa.

Según el estudio, esto es especialmente cierto en el caso del alzhéimer, el tipo más común de demencia. Los investigadores también consideraron que caminar ligero y rápido era una actividad física apropiada. Y se pudo observar otro efecto: la actividad física no sólo reduce el riesgo de demencia, sino que también puede frenar el desarrollo de la enfermedad.

Referencias científicas: