A veces nos gustaría que la salud fuera un asunto sencillo. Que el cuerpo se comportase como una máquina simple confeccionada con dos o tres piezas, como una tostadora, por ejemplo. Así al enfermar sólo habría que apretar un tornillo flojo o conectar el cable suelto. Pero no somos tostadoras, sino seres vivos y enormemente complicados, de una complejidad que quizá no estamos preparados para comprender en todos sus detalles.

La medicina tradicional a menudo no puede probar la relación entre los múltiples fenómenos que suceden en el cuerpo, ni entre la enfermedad y el paciente, lo que incluye su modo de vivir, pensar o sentir. Sin embargo, la medicina holística se caracteriza por centrar su atención sobre toda la persona y no en una o algunas de sus partes, y teniendo en cuenta sus pensamientos, emociones y sentimientos, porque condicionan la salud.

Qué es la medicina holística

Holistico deriva del término griego holos, que significa todo. El concepto fue creado en 1926 por Jan Christian Smuts, biólogo y primer ministro de Suráfrica, quien argumentó que los organismos deben ser estudiados como un todo, pues poseen propiedades que no se encuentran en las partes que los componen.

Pero no fue hasta la década de 1970 cuando la idea se aplicó por primera vez a la medicina. Desde entonces, los terapeutas que se consideran holísticos defienden que la salud depende del equilibrio entre las dimensiones emocionales, sociales, físicas y espirituales, y entre la persona y el entorno.

La filosofía del cuidado global de la salud se impone poco a poco. Millones de personas en todo el mundo se interesan cada vez más por las terapias naturales.

Los centros de salud más avanzados incorporan el tratamiento personalizado, favorecen que el paciente sea responsable de su curación y que tome conciencia de los factores implicados en su salud.

También combinan los tratamientos de alta tecnología con terapias alternativas, como la visualización, la dietoterapia, la acupuntura, la homeopatía y la osteopatia entre otras.

Los descubrimientos científicos confirman que existen vínculos muy estrechos entre sistemas y órganos que se creían separados (los sistemas nervioso, endocrino e inmunitario forman prácticamente una unidad).

Las tendencias más actuales suponen un retorno a los orígenes de la medicina. En los templos griegos de Asclepio se combinaba la dieta, con las plantas, el ejercicio, la interpretación de los sueños, el descanso...

LOS 7 secretos para vivir con salud 

Según la medicina holística, antes que conocer los remedios a las enfermedades, conviene evitar sus causas, que son múltiples.

Este enfoque considera que  cualquier circunstancia de la vida, interior o exterior, es capaz de provocar un desequilibrio que se manifieste con determinados síntomas físicos y psíquicos. Por tanto, en el enfoque global, es cada persona la que tiene la responsabilidad mayor sobre el mantenimiento o la recuperación de su salud.

Por eso es necesario adquirir una cultura de la salud que poco tiene que ver con conocer síntomas de las enfermedades o los remedios: lo conveniente es saber cómo vivir.

Llevando un estilo de vida sano se previenen y corrigen los desequilibrios en sus primeras etapas, antes de que se transformen en enfermedades agudas o crónicas. Así no sólo se evitan los trastornos, también se vive con mayor bienestar y plenitud.

Estos son los aspectos clave de la salud. Podrían enumerarse más, como los papeles que desempeñan la cultura o la herencia. Mirado al detalle, no hay aspecto de la vida que no ejerza algún influjo. Por tanto cada persona puede dibujar su red de influencias y decidir qué medidas puede tomar para apoyar su bienestar general.

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1. PAZ MENTAL

Toda persona vive inmersa en un diálogo interior incesante que puede ser más o menos civilizado.

Los conflictos en este ámbito pueden ser poco o muy profundos, pero en cualquier caso llevan a algunas personas hasta el desequilibrio. Es necesario entenderse, reconocer las propias contradicciones y acercar posturas extremas, es decir, buscar el centro.

El trabajo de autoconocimiento (con la ayuda de técnicas psicológicas, meditativas, visualizaciones, biofeedback, escritura, expresión artísica... ) proporciona una comprensión del funcionamiento anímico y ayuda a desanudar los bucles mentales.

Por otra parte, hay que contrarrestar el exceso de negativismo que producen los noticias deprimentes o la televisión basura fomentando actividades y pensamientos que den un respiro al alma.

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2. Vida espiritual

Por vida espiritual no se entiende necesariamente la que se atiene a lo prescrito por una religión determinada, sino a la búsqueda personal de respuestas a las preguntas esenciales de la vida.

Se pueden encontrar en un credo, pero siempre han de acabar pasando por el cedazo de la experiencia personal. La búsqueda de un significado a la existencia no preocupa con la misma intensidad a todas las personas, pero en algunas el vacío espiritual puede ser causa de apatía, insatisfacción, neurosis e incluso síntomas físicos.

Lo que ocurre es que a menudo no se sospecha que el origen del problema pueda estar en algo tan intangible como la vida espiritual. Los miedos en general y el temor a la muerte en concreto revelan inquietudes en este sentido.

La búsqueda espiritual no es un valle de lágrimas, al contrario, quizá sea la aventura más apasionante, con sus momentos altos y bajos. La meditación, la reflexión, el estudio de los símbolos, la interpretación de los sueños, la lectura o la inducción de estados alterados de conciencia son sólo algunas de las posibles herramientas.

Las conquistas espirituales, en forma de conocimientos intuitivos, que conjugan razón y emoción, llenan de sentido las experiencias cotidianas y ayudan a discriminar lo importante de lo que no lo es tanto.

Esto tiene efectos importantes sobre el estilo de vida y las relaciones personales y por tanto sobre la salud.

En términos ideales, las personas espirituales se sienten conectadas a los demás y a la naturaleza, están en equilibrio y tienen menos enfermedades.

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3. Alimentación natural

Los expertos en nutrición trabajan para diseñar la "dieta perfecta" que ayude a mantener la salud el máximo de tiempo. Sus recomendaciones (como comer al menos cinco raciones diarias de frutas y verduras del tiempo, reducir la ingesta de grasas saturadas y de proteínas animales) resultan útiles a mucha gente, pero cada persona debe averiguar lo que es mejor para ella, pues existen importantes diferencias fisiológicas, constitucionales y de gustos.

Las recomendaciones generales junto con otras propuestas como la dieta mediterránea o la vegetariana son buenas bases sobre las que construir el propio modelo dietético.

Además de seleccionar los ingredientes y las dosis por su efecto sobre la salud, hay que tener en cuenta su calidad. Los alimentos frescos de temporada son los más recomendables junto con los ecológicos, que están libres de sustancias químicas perjudiciales para la salud.

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4. Ejercicio físico

Junto con la alimentación equilibrada, es uno de los pilares de la salud sobre los que más se insiste, y con razón.

Los pulmones, el corazón y el resto de órganos vitales necesitan de un dosis regular de movimiento para mantenerse en forma, eliminar toxinas y calorías y no degenerar precozmente.

El ejercicio físico resulta además benefactor para el equilibrio anímico, sobre todo cuando se realiza en compañía.

Según la Organización Mundial de la Salud, basta media hora diaria de marcha ligera para que los beneficios sean significativos.

Realizar cualquier deporte es positivo, pero hay que destacar aquellos que se practican al aire libre, en contacto con el agua, el sol, el aire y la tierra, elementos que proporcionan vitalidad extra.

El yoga y el taichi son ejercicios tranquilos, idóneos para conservar el equilibrio y la flexibilidad, tanto a nivel físico como energético y mental.

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5. Relaciones personales

Nadie es una isla. Cada día se sabe algo más sobre las ventajas de compartir, de tener personas en quienes confiar y apoyarse cuando es necesario.

Muchos estudios científicos se han encontrado por casualidad con los efectos beneficiosos de la pertenencia a una comunidad de vínculos afectivos.

Por ejemplo, una universidad estadounidense buscaba en la dieta la razón de que los italianos de Nueva York gozaran de mejor salud que sus vecinos anglosajones y descubrieron que la principal razón eran los vínculos familiares más extensos y estrechos.

Pero las relaciones personalesno producen sólo beneficios. También son causa de conflictos importantes que hay que aprender a sobrellevar si no se quiere perder el equilibrio. Las relaciones con los padres, con los amigos o con la pareja son un reto: comprender al otro significa en el fondo entenderse a uno mismo.

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6. Trabajo

El trabajo es una de las principales causas de desequilibrio. En unos casos perjudica el sedentarismo, en otros los movimientos repetitivos.

También afectan la rutina, las expectativas frustradas, la mala relación con los jefes o los compañeros y la competitividad.

Los antídotos son tomar conciencia de todo ello, evitar lo negativo y buscar los aspectos positivos de las tareas cotidianas: la satisfacción de ser útil a los demás, el afán de autosuperación, la labor en equipo...

El estrés crónico es una de las principales consecuencias del exceso de trabajo. Es una amenaza para la salud porque va consumiendo energía vital hasta que se desarrollan alteraciones físicas o mentales.

Algunas personas intentan liberarse de la tensión mediante actividades compulsivas, como fumar, comer o beber en exceso o tomar drogas recreativas sistemáticamente, lo que puede agravar todavía más el desequilibrio.

La única manera de librarse del estrés es aprender a controlarlo. El entrenamiento autógeno, los aparato de biofeedback, la sofrología , el yoga, la meditación o la relajación progresiva son algunas técnicas de relajación interesantes.

Cualquiera de ellas actúa sobre los sistemas nervioso(reduce la irritación), cardiovascular(disminuye la frecuencia cardiaca), endocrino(bajan las hormonas estresantes y aumentan las relacionadas con el bienestar) e inmunitario (aumenta el número y la actividad de células defensivas).

Por otra parte, las horas de trabajo deben compensarse con el doble de tiempo dedicado al descanso y a uno mismo. Dormir lo suficiente, conversar, ver crecer la hierba, escuchar el propio cuerpo, cultivarse... debieran entenderse como prioridades vitales.

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7. Entorno

La medicina convencional sólo hace vagas referencias a la humedad y a la higiene y los microorganismos (salvo los del yogur) se ven como "enemigos", cuando a menudo influyen positivamente sobre la salud.

Sin embargo, la relación entre lo interior y lo exterior es una clave de la salud. Ésta puede entenderse como el estado de equilibrio entre lo que ocurre a un lado y otro de la piel.

El cuerpo se revitaliza al respirar aire puro y cargado de iones negativos de la montaña, o al incorporar los nutrientes. En cambio, sufre al exponerse a la contaminación.

Pero la influencia del entorno va más allá de la calidad del aire, el agua y los alimentos. También tiene efecto sobre el organismo la belleza o la fealdad de los objetos que nos rodean, la luz o los colores.

No en vano el feng-shui muestra cómo mejorar la vida a múltiples niveles a partir de la armonización de los espacios.