Investigadores de la Universidad Estatal de Pensilvania han decubierto que consumir diariamente una ración de 90 g de setas sirve para controlar los niveles de glucosa en sangre y puede evitar el desarrollo de la enfermedad.

La doctora Margherita T. Cantorna, autora principal del estudio, publicado en el Journal of Functional Foods, explica que las setasproducen cambios sutiles en la composición de la microbiota que mejoran la regulación de la glucosa en el hígado.

La fibra de las setas modifica la expresión de genes

El efecto beneficioso se debe a laacción prebiótica de la quitina,la fibra característica de las setas. Según los investigadores, las bacterias digestivas alimentadas por la fibra de las setas producen ácidos grasos que actúan sobre la expresión de los genes que participan en el control de la glucosa.

Una mejor gestión de la glucosa es importante para prevenir la diabetes y tiene implicaciones para otras enfermedades metabólicas.

Aumentan las bacterias Prevotella

En concreto, las setas aumentan la población de las bacterias del género Prevotella, que producen los ácidos grasos propionato y succinato. Cantorna explica que el estudio sugiere que cualquier cambio que realicemos en la dieta se reflejará en un cambio en la microbiota intestinal.

La investigación ha sido realizada con ratones de laboratorio, pero se considera que puede reflejar lo que ocurre en el intestino humano.

Medidas para prevenir la diabetes

Cada año se diagnostican 400.000 nuevos casos de diabetes en España. Una alimentación desequilibrada y la falta de ejercicio físico son las principales causas de la enfermedad. Las recomendaciones generales para prevenir la diabetes son:

  • Mantener un peso saludable.
  • Seguir una dieta nutricionalmente equilibrada. La alimentación no debe aportar más calorías de las necesarias y se deben evitar los excesos de azúcares, las harinas refinadas, las carnes procesadas y la carne roja. En cambio, conviene consumir cereales integrales, hortalizas y frutas. Las setas también pueden formar parte de la dieta habitual.
  • Hacer ejercicio regularmente. Ayuda a controlar el peso y a regular los niveles de azúcar en la sangre. Para una persona sana el mínimo es 30 minutos de actividad física intensa, cinco días a la semana.
  • No fumar. El hábito de fumar contribuye a la resistencia a la insulina, lo que puede llevar a tener diabetes tipo 2.