Hace pocos años solo los especialistas tenían la necesidad de conocer la diferencia de significado entre las palabras prebiótico y probiótico. Actualmente es prácticamente una cuestión de cultura general. Pero, ¿sabes qué son los postbióticos?
Las investigaciones en marcha en los más importantes laboratorios del mundo sobre la microbiota intentan descubrir las propiedades de cada tipo de población bacteriana y comienzan a desarrollarse tratamientos a base de bacterias vivas o suplementos nutricionales para conseguir los efectos deseados.
Los postbióticos permiten prevenir y tratar enfermedades
Pero existe otra estrategia terapéutica relacionada con la microbiota. En lugar de administrar bacterias vivas al paciente, se le pueden recetar los metabolitos que esas bacterias producen y que justifican sus efectos beneficiosos.
Esas sustancias, esos metabolitos, son los postbióticos. No son un invento nuevo. Los antibióticos son también postbióticos. Pero actualmente los científicos avanzan que es posible utilizar terapéuticamente una amplia variedad de moléculas sintetizadas por las bacterias.
La microbiota se encuentra distribuida por todo el cuerpo y la mayor parte (unos 100 billones de bacterias, virus, hongos y parásitos) se encuentra concentrada en el colon. Pero estas cifras son aproximadas.
Hay un "microbioma oscuro" por descubrir
Estudios recientes hablan de un "microbioma oscuro" –como la materia oscura del universo– que estaría compuesto por una cantidad indeterminada de microorganismos pertenecientes al reino arquea.
Resulta difícil imaginar cuántas sustancias con funciones específicas en el cuerpo puede estar produciendo este catálogo casi infinito de vida.
Los descubrimientos continuos sobre la influencia del microbioma en la salud y en la enfermedad han abierto una nueva era para la medicina.
Una farmacia con miles de postbióticos potencialmente terapéuticos
La microbiota conocida ya posee un patrimonio genético que multiplica por 200 la cantidad de genes en las células humanas. Cada gen o conjunto de genes es una fábrica de miles de sustancias que intervienen en todos los procesos fisiológicos.
Los microorganismos digestivos descomponen sales biliares, proteínas y fibra para producir vitaminas y otros cofactores esenciales para la salud. También estimulan la inmunidad, mantienen en buen estado la barrera intestinal y evitan la proliferación de bacterias, virus u hongos patógenos.
El buen o mal estado de la microbiota se relaciona con enfermedades como la inflamación intestinal, las alergias, el asma, la diabetes, con trastornos del sistema nervioso central (depresión y autismo) o neurodegenerativas (alzhéimer, parkinson, esclerosis múltiple) e incluso con algunos tipos del cáncer.
Una investigación reciente de los doctores Tim Spector y Cristina Meni, del King's College de Londres, arroja luz sobre la relación entre lo que comemos, la manera en que los alimentos son procesados por la microbiota y la forma en que se transforma en energía o en grasa que se acumula en el cuerpo, especialmente alrededor de la cintura.
Pueden prevenir y tratar la obesidad y la diabetes
Spector y Meni han analizado las heces de 500 parejas de gemelos y han descubierto más de 800 compuestos bioquímicos producidos por los microorganismos. Y han podido identificar las sustancias que se relacionan con la tendencia a acumular grasa abdominal (esta tendencia implica un riesgo mayor de diabetes y enfermedad cardiaca).
Los autores del estudio explican que es posible influir en la producción de estos metabolitos a través de los alimentos que ingerimos, que a su vez nutren unos u otros microorganismos.
Si seleccionamos los alimentos que gustan a las bacterias que sintetizan las moléculas con una función fisiológica estaremos actuando sobre los procesos que mantienen la salud.
Y cuando llegue a conocerse bien cada proceso, será posible tomar como un suplemento la sustancia concreta, como si fuera una vitamina o un mineral.
Los omega-3 estimulan la producción de postbióticos
De hecho, los suplementos nutricionales ya actúan de esta manera. Spector y Menni han descubierto que los suplementos de omega-3 son beneficiosos porque favorecen que la microbiota produzca otras sustancias, como el metabolito denominado n-carbamil glutamato, que posee propiedades antiinflamatorias.
Pero este efecto beneficioso se produce solo en las personas con un determinado tipo de microbiota. Por eso los suplementos de omega-3 ayudan a unas personas más que a otras.
Spector y Menni tratan actualmente de descubrir los metabolitos postbióticos que ayudan al cuerpo a tratar eficientemente las grasas, de manera que se podrían utilizar para tratar la obesidad y la diabetes.
Evitar la arterioesclerosis
Otra investigación, liderada por Ana Valdes, de la Universidad de Nottingham, ha descubierto que una producción deficiente de ácido indolepropionico por parte de la microbiota es la causa principal del endurecimiento de las arterias o arterioesclerosis. La misma sustancia se asocia al riesgo de diabetes.
Valdes explica que se puede aumentar la producción de este postbiótico consumiendo más alimentos ricos en omega-3 (como las semillas de lino), en fibra (prebióticos, como frutas, hortalizas, frutos secos, avena, legumbres...); alimentos o suplementos probióticos (con bacterias vivas), o recibiendo un trasplante fecal (este es todavía un tratamiento experimental).