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Cuida tu mundo emocional
El estrés inflama, oxida y resta defensas a nuestro organismo. Lo atribuimos a un estilo de vida frenético y este tiene sin duda su parte de culpa, pero el origen profundo del estrés reside en emociones no integradas que activan respuestas físicas y psíquicas repetitivas.
Ante una situación de estrés agudo, el cuerpo segrega adrenalina y noradrenalina para poder afrontar la situación. Aumenta los latidos del corazón, el ritmo respiratorio y la presión arterial, pero disminuye la secreción gástrica. El hígado libera glucosa, y el páncreas, insulina.
Sin embargo, cuando se está constantemente en "modo emergencia", las reacciones del organismo y las sustancias que libera al torrente sanguíneo no solo resultan ineficaces para afrontar la situación, sino que a la larga llegan a resultar muy perjudiciales.
La segregación constante de cortisol y catecolaminas inflama, oxida y envejece el organismo. Los niveles de azúcar se elevan, aumenta la tensión arterial, se ralentizan algunas actividades metabólicas y se inhibe el sistema inmunitario.
Cuidar el propio mundo emocional y tomarse en serio la reducción del estrés bajando el ritmo o practicando alguna técnica psicofísica reduce esa aluvión constante de sustancias químicas que inunda nuestro cuerpo y que al hígado tanto le cuesta eliminar.
No es casualidad que la medicina tradicional china relacione emociones como la ira, el miedo o la tristeza con los principales órganos de depuración: el hígado, los riñones y los pulmones.