¿Quién tiene la culpa de la obesidad? ¿Los hidratos de carbono o las grasas? ¿Una alteración metabólica? ¿La gula? ¿La comida industrial o los azúcares simples? Seguramente hay un poco de todo, pero si tu objetivo es perder algunos kilos para favorecer tu salud, vale la pena tener en cuenta todos los factores posibles… sin olvidar el agua con gas.

¿Habías pensado en el agua con gas? Así es: las bebidas carbonatadas, incluso el agua con gas sin calorías, favorecen que la grasa se acumule en el cuerpo, según un estudio realizado por científicos de la Universidad Birzeit en Ramallah (Palestina).

El agua con gas estimula la hormona del hambre

Los investigadores, encabezados por el doctor Johnny Stiban, se dedicaron a comparar los efectos sobre el peso y los valores hepáticos de distintas bebidas: agua del grifo, limonadas, refrescos y agua mineral con y sin gas.

Los resultados mostraron que las personas que consumían bebidas carbonatadas tendían a aumentar de peso más que los que no las tomaban. Y también tenían incrementados los valores hepáticos que se relacionan con el exceso de grasa corporal. Los estudios se realizaron primero con animales de laboratorio durante un año entero y luego con personas.

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Las burbujas cuyas cosquillas en el paladar tanto nos gustan están formadas por gas carbónico. El gas carbónico no tiene calorías, pero estimula el apetito. Según los autores de la investigación, publicada en Obesity Research and Clinical Practice Journal, lo hace estimulando la secreción de grelina en la mucosa del estómago. La grelina es la hormona que cuando llega al cerebro transmite un mensaje: hambre.

Expande el estómago

Un nivel de grelina elevado significa tener continuamente hambre y apetito, pero ¿cómo moviliza el gas carbónico la grelina? Según los autores, el gas carbónico expande el estómago y ejerce una presión estimulante sobre las células que producen la grelina. Según la investigación, la producción de grelina se multiplica por 6 en las personas que beben agua carbonatada.

Por supuesto, no se puede echar toda la culpa del exceso de apetito y la obesidad a las burbujas. Son solo un pequeño factor más. Pero perder peso no es un objetivo sencillo y si lo estás intentando quizá te interese prescindir de las bebidas con gas o moderar su consumo.

Estudios contradictorios

A buen seguro el estudio será polémico, pues muchas investigaciones anteriores sobre el agua con gas la consideraban adecuada para perder peso, al ser acalórica, y se suponía que promovía la sensación de saciedad.

Varios científicos ya han pedido que se realicen más estudios para verificar el efecto descubierto por el equipo de Stiban.