La pandemia del Covid-19, que tantas vidas ha sesgado, ya lleva casi un año entre nosotros. Las consecuencias emocionales y psicológicas de la pandemia, de tantos meses de tensión y restricciones, se están haciendo notar en personas de todas las edades: adultos, niños y, en especial, adolescentes.
Para las madres y los padres, uno de los efectos más duros que está teniendo la pandemia es el de percibir, día a día, cómo esta ha empeorado la calidad de vida de sus hijos. Los problemas psicológicos (estrés, ansiedad, miedo o depresión) derivados de la crisis del covid se están percibiendo especialmente entre los adolescentes. ¿Cómo ayudar a los adolescentes afectados psicológicamente por la pandemia durante este periodo?
COVID-19: la primera gran crisis vital de los adolescentes
Resulta complicado y difícil no poder llevar la vida de antes, no poder reunirse libremente con los amigos, no poder quitarse la mascarilla durante horas, estar alejado durante meses de tus seres queridos, tener mil precauciones al pasear por la calle, al ir a comprar.
Todos nos sentimos crispados y agotados psicológicamente.
Ya llevamos muchos meses envueltos en esta atmósfera de alarma y aún falta bastante para recuperar la seguridad sanitaria.
Todas estas limitaciones que nos agobian a niños y adultos, para los adolescentes resultan aún más asfixiantes. En un momento de la vida, como es la adolescencia, caracterizado por la necesidad explorar nuevos intereses, de tener más libertad y de pasar mucho tiempo junto a sus amigos, sus movimientos se han visto enormemente restringidos.
Por otra parte, nuestros adolescentes, justo en el momento en el que están construyendo su identidad de adultos, están teniendo que afrontar su primera gran crisis vital.
Cómo ayudar a los adolescentes afectados por la pandemia
Como padres o educadores, la mejor forma de ayudarles en este proceso madurativo es el de ofrecerles un buen modelo de afrontamiento. Un modelo positivo de flexibilidad y resiliencia que les sirva para sobrellevar, desde el equilibrio emocional, las dificultades de la vida.
A lo largo de estos últimos meses, muchos adolescentes me han pedido ayuda psicológica para intentar aliviar los problemas causados por esta pandemia. Uno de estos jóvenes es Antonio, un chico de 17 años, que está cursando segundo de Bachiller y vino a verme porque, justo en un año tan importante para él, había perdido totalmente el interés por el estudio.
En nuestras primeras sesiones, Antonio me comentó que se sentía agobiado, preocupado y, sobre todo, agotado emocionalmente. Le parecía que estos meses de pandemia y restricciones estaban siendo larguísimos y sentía que se estaba perdiendo muchas cosas que podría estar haciendo como joven de 17 años.
El caso de Antonio es representativo de muchísimos jóvenes que están sufriendo esta pandemia, coincidiendo con una etapa tan crucial y desequilibrante como es la adolescencia.
Estas pautas pueden ayudar a los adolescentes que sufren los efectos psicológicos de la pandemia:
Resulta fundamental propiciar, en la familia, un entorno donde poder hablar, sin emitir juicios o criticar todos los temas que les preocupan. Hay que procurarles a los adolescentes un ambiente saludable en el que se puedan sentir comprendidos y donde los padres también expresen libremente cómo se sienten.
En asuntos tan serios como este, los adultos no tenemos la solución mágica: también estamos sufriendo enormemente. Compartir con nuestros hijos nuestros temores, emociones y sensaciones les ayuda a madurar y genera empatía y comprensión hacia ellos mismos y hacia nosotros.
El ejercicio es necesario a todas las edades, pero ayuda especialmente a los adolescentes. El confinamiento y las demás limitaciones les hacen acumular mucha tensión física. Dedicar un tiempo diario a hacer algún tipo de ejercicio puede resultarles muy beneficioso, tanto a nivel físico como mental.
Dedicar un tiempo para la reflexión, sobre los aprendizajes que nos está aportando esta crisis, puede ser muy beneficioso para todos. Podemos partir de las siguientes cuestiones: "¿Qué estamos aprendiendo de esta crisis? ¿Qué cosas debemos valorar como importantes? ¿Qué conclusiones podemos sacar para nuestras vidas?"
Ver películas o leer juntos libros de historias de superación personal ayuda a examinar la vida con perspectiva. Por ejemplo, Jorge Bucay tiene un cuento en el que un sabio le recuerda al rey que los malos (y los buenos) momentos pasarán y que nada es eterno.
Estas historias personales, ayudan a nuestros jóvenes a ampliar su visión y a mirar hacia un futuro cercano con esperanza.
Esta pandemia tendrá un fin, no durará para siempre. Llegará un momento en el que podremos retomar nuestra vida y recuperar nuestra libertad de movimiento. Todo lo que nuestros adolescentes no están haciendo ahora (viajar, salir de fiesta con los amigos o, incluso, iniciar una relación sentimental), podrán experimentarlo dentro de un tiempo, cuando superemos esta crisis.