La Cumbre del clima (COP25) acogerá el próximo 7 de diciembre de 2019 la Cumbre Mundial sobre Clima y Salud, cuyo objetivo es destacar que la acción global sobre el cambio climático es también una medida urgente para preservar la salud de las personas.

Tal como reconoce la OMS, el cambio climático impacta gravemente sobre la salud de las personas, sobre todo por su relación con la contaminación del aire, responsable de millones de muertes en todo el mundo. Por ello, de las acciones globales y de la respuesta política que se le de al cambio climático dependerá en buena parte también nuestra salud futura.

Si los países firmantes del Acuerdo del Clima de París, que contempla el “derecho a la salud” como uno de sus principios fundamentales, anuncian su voluntad de reducir las emisiones de CO2 (NDC), nuestra salud también saldrá beneficiada.

Si te interesa el tema, consulta el artículo ¿Qué es el cambio climático?

Contaminantes que cambian el clima y afectan a la salud

Aunque los contaminantes del aire son a menudo invisibles, sus efectos en la salud pueden ser graves, especialmente en los pulmones, corazón y otros órganos, así como en el desarrollo del feto. Niños y ancianos, enfermos respiratorios crónicos, del corazón o con salud frágil son los más vulnerables.

Los recientes datos de la Organización Mundial de la Salud confirman que 9 de cada 10 personas en todo el mundo respiran aire contaminado. Es la tercera causa de muerte en el mundo y solo en España provoca la muerte de 10.000 personas al año. Colectivos ecologistas y científicos advierten de que nos enfrentamos a una crisis de salud pública, por lo que es necesario que los gobiernos tomen medidas urgentes.

Entre los contaminantes ambientales más perjudiciales figuran los óxidos de nitrógeno NO2 (precisamente los que más muertes provocan en España, en torno a 6.000 al año), según alerta la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR). Les siguen las partículas en suspensión (2.600 muertes anuales), el ozono troposférico (más de 500) y otros como el dióxido de azufre, el monóxido de carbono o el plomo.

El sector del transporte está creciendo más rápidamente que otras fuentes de emisiones y se triplicará para 2050. Esto es relevante, porque los óxidos de nitrógeno de los motores diésel son el contaminante más dañino en las grandes ciudades, como Madrid o Barcelona, donde los niveles máximos se incumplen sistemáticamente.

Las partículas en suspensión son consideradas un carcinógeno de primer orden y están muy asociadas a tumores pulmonares, de mama y digestivos. También son causa de neumonía infantil e ingresos hospitalarios por asma, EPOC o alergias.

El ozono troposférico se produce por la reacción entre el dióxido de nitrógeno y los hidrocarburos del transporte y de algunas industrias en presencia de radiación solar. La Agencia Europea de Medio Ambiente estima que en España provoca 1.800 fallecimientos prematuros anuales.

¿Es saludable el aire que respiran los españoles?

Según Ecologistas en Acción, los niveles de ozono troposférico en España están disparados y se incumplen sistemáticamente los niveles máximos. Las zonas donde se incumplen perturban a casi 19 millones de habitantes de Andalucía, Aragón, Baleares, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Cataluña, País Valenciano, Extremadura, Murcia, Navarra y Madrid, la más afectada por el tráfico urbano.

Otro gran foco se encuentra en el litoral mediterráneo, desde Girona hasta Algeciras, Comunidad Valenciana, Murcia e Islas Baleares, donde el alto grado de urbanización de la costa y el elevado tránsito marítimo y aeroportuario afecta a más de tres millones de personas. También los gases y partículas tóxicas de las granjas intensivas, como el amoniaco y las micropartículas PM2,5, incrementan las enfermedades respiratorias en la población limítrofe.

En España, los grandes buques contaminantes contaminan en la misma proporción que los gases emitidos por los tubos de escape del tráfico rodado (32,5%) y las plantas industriales o productoras de energía (32,4%), según SEPAR.

Cada vez más personas tienen que lidiar con los terribles impactos en la salud (del aire contaminado y tóxico) y la ciudadanía ya se está levantando y exigiendo soluciones en todo el mundo. Además, "la contaminación del aire viaja por la atmósfera y no conoce fronteras nacionales", advertía la directora ejecutiva de Greenpeace International, Jennifer Morgan, con motivo del Día Mundial del Medio Ambiente este año. "Hay que parar a este asesino silencioso y dar el salto hacia un futuro más limpio, justo y sostenible”, añadía.

Los gobiernos deben actuar

El aire limpio es un derecho humano básico. Por eso asociaciones ecologistas, científicos y ciudadanía exigen medidas urgentes para mejorar la calidad del aire. Entre estas medidas se encuentran:

  • Eliminar paulatinamente las centrales térmicas de carbón y hacer una reconversión hacia un transporte más eficiente y con energías renovables.
  • Restringir la circulación de los vehículos más contaminantes mediante Zonas de Bajas Emisiones, grandes áreas peatonales o peajes urbanos.
  • Promover los desplazamientos públicos, colectivos, a pie y en bici.
  • Crear un Área de Control de Emisiones que limite la entrada de buques altamente contaminantes en el mar Mediterráneo.
  • Actuar sobre la industria con planes concretos para poner coto al ozono troposférico.