Por qué es necesario el conflicto
¿Qué sería del cuento de los tres cerditos sin un lobo feroz? De hecho cualquier relato resultaría insulso sin un malo que genere cierta tensión y suspense.
Sin ánimo de menospreciar el dolor que producen los conflictos –sobre todo cuando se trata de conflictos armados que hieren a poblaciones enteras durante generaciones–, situémonos por un instante en ese lugar donde los buenos contrastan con los malos, donde las personas se sienten justas porque otras parecen no serlo, un escenario donde los comprensivos no tienen sentido sin los desaprensivos...
Todo ello con una simple intención: explicar que si la vida estuviese exenta de conflictos probablemente sería imposible el progreso y no se ofrecería a la humanidad la oportunidad de desarrollar nuevos recursos para superarse.
Dice un proverbio chino: "Ten a tu amigo cerca y a tu enemigo más cerca aún, porque puede convertirse en el mejor maestro para iluminar partes de uno mismo que se desconocían."
Si se es capaz de aparcar por un momento la intensa necesidad de juzgar y de etiquetar que surge ante un conflicto, así como las emociones desbordantes que lo acompañan, se puede entender que todo conflicto implica una intensa aproximación hacia el otro y hacia aquello que a priori vemos como diferente porque obliga a prestarle atención y a afrontarlo.
Lecturas para profundizar
- Sentados en el fuego; Arnold Mindell, Ed. Icaria
- Paz en tiempos de guerra; Pema Chödrön, Ed. Oniro
- Cómo llegar a ser un adulto; David Richo, Ed. D. de Brouwer