Con solo unos pocos ingredientes como son el vinagre, el azúcar, el anís estrellado y el jengibre, la calabaza se convierte en una verdadera estrella para el mantener en la despensa. Te vamos a explicar una receta deliciosa para encurtir la calabaza.

Mientras que algunos todavía están de luto por el verano que acaba de terminar, otros esperan un otoño dorado. Los gourmets en particular que aman las castañas preparadas en todas sus versiones, la remolacha, todas las variedades de manzanas y las recetas clásicas de calabaza verán como la calabaza encurtida les abre una nueva perspectiva y un sabor sorprendente.

Calabaza agridulce para enriquecer tus platos

Lo que muchos conocedores no saben es que la calabaza también se puede convertir en un encurtido. La calabaza preparada de esta manera se puede conservar como una delicia culinaria que puede acompañar a infinidad de platos: acompañando bocadillos, servida con una raclette, junto con hamburguesas vegetarianas, platos con seitán...

Tú decides el tipo de calabaza que quieras usar para preparar la receta. Dos tipos de calabaza muy adecuados para preparar la receta son la calabaza Butternut y la calabaza de Hokkaido, esta última se verá particularmente hermosa en el tarro de cristal gracias a su color brillante.

Cómo esterilizar los tarros

Debe esterilizar los frascos de antemano. Lo más fácil y adecuado es esterilizarlos en un baño de agua caliente.

  • Coloca los frascos de conserva (con la abertura hacia arriba) y las tapas en una cacerola grande
  • Vierte agua sobre los vasos hasta cubrirlos
  • Pon a hervir el agua de la olla
  • Hierve los frascos durante 15 minutos
  • Saca con cuidado el agua caliente
  • Retira con cuidado los frascos y las tapas de la olla con un paño de cocina recién lavado
  • Déjalos escurrir brevemente

Receta de calabaza encurtida

No necesitas ningún tarro especial o máquina de conservación para preparar esta conserva de calabaza, porque con vinagre y azúcar no hay necesidad de hervir y las verduras se pueden conservar durante mucho tiempo, simplemente colocándolas calientes en tarros esterilizados. Todo lo que tienes que hacer es seguir algunas reglas básicas de higiene.

La siguiente receta hace uso de un simple método antiguo de conservación, el vinagre mata los microorganismos y el azúcar sirve para darle a la calabaza encurtida una vida útil adicional. Y todo esto sin necesidad de hervir.

Ingredientes (para 15 tarros de 250 ml cada uno)

  • 2,5 kg de calabaza
  • 250 ml de vinagre de vino blanco
  • 750 g de azúcar
  • 2 ramas de canela
  • 12 piezas de anís estrellado
  • 5-6 clavos de olor
  • 1 trozo de jengibre cortado en rodajas finas (opcional)

Elaboración:

  1. Pela la calabaza, quítale las semillas y el interior fibroso de la pulpa y corta la carne en trozos pequeños (cubos de aproximadamente 1 - 2 cm de tamaño). Recuerda que las semillas puedes secarlas y tostarlas.
  2. Pon los dados de calabaza en un bol, vierte 125 ml de vinagre sobre ellos y revuelve bien.
  3. Tapa el bol y dejar reposar la calabaza durante toda la noche, unas12 horas.
  4. A la mañana siguiente, prepara los tarros que vas a utilizar para el encurtido. Los frascos deben estar siempre estériles para garantizar la vida útil del contenido.
  5. Escurre y recoge el líquido en el que has tenido la calabaza durante la noche, agrégale el vinagre restante, el azúcar y las especias y mételo todo en una cacerola grande. Revuelve el azúcar mientras se calienta hasta que se haya disuelto por completo.
  6. Lleva a ebullición y cocina a fuego lento durante 5 minutos, agrega la calabaza y cocínala a fuego lento hasta que los cubos de calabaza estén un poco blandos pero aún firmes. Dependiendo del tipo de calabaza, esto supone solo unos minutos.
  7. Ahora retira la canela y los clavos (el anís estrellado puede quedarse) y vierte todo en los tarros aún calientes.
  8. El borde debe permanecer limpio y el contenido debe estar como máximo 1-2 cm por debajo del borde.
  9. Cierra bien los frascos inmediatamente y déjalos enfriar.

Las tapas se deben haber convado hacia dentro, lo que significa que se ha hecho el vacío. Así sellados los tarros se mantienen durante un año. Los tarros que no han hecho el se deben colocar en el refrigerador y consumirse con prontitud.