Existen varias definiciones de trauma. La más popular se corresponde con el trastorno de estrés postraumático, causado por una experiencia emocional intensa pasada que influye negativamente en nuestra vida presente.

También existe un trauma de desarrollo que se origina en las dinámicas afectivas durante la infancia, que es el más común y se puede describir como una fuerza invisible que nos moldea y condiciona, según Cristina Melo, directora de la primera Cumbre Virtual Trauma, Resiliencia y Plenitud, bajo el lema “el trauma como neuroexperiencia”.

¿Qué es el trauma de desarrollo?

El trauma de desarrollo se produce cuando crecemos en un entorno familiar o institucional en que hay falta de afecto o escasa atención a las necesidades emocionales. Los cuidadores primarios están ausentes física o emocionalmente o son, incluso, maltratadores psicológica o físicamente.

Este tipo de entorno produce en los niños heridas profundas de abandono, negligencia y maltrato, que condicionan su desarrollo neuropsicológico, su autoestima, su forma de verse a mismos, a los demás y al mundo, explica Cristina Melo.

Boris Cirulink

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Síntomas del trauma de desarrollo son ansiedad, depresión, agresividad, adicciones, dependencia o evitación emocional, necesidad de tener enemigos y trastornos alimentarios, entre otros.

Cifras que reflejan la extensión del trauma en nuestra sociedad son que España sea el país donde se consumen legalmente más ansiolíticos, hipnóticos y sedantes, que la depresión sea la causa del 20% de las bajas laborales y que el suicidio sea un problema de salud público grave (el número de casos dobla al de accidentes de tráfico), pero ocultado.

Terapias para abordar el trauma

El Congreso Trauma, Resiliencia y Plenitud abordará entre el 18 y el 30 de octubre el problema desde la neurociencia y se centrará en la exposición de las terapias que pueden servir de ayuda.

“Existen una variedad de tratamientos y recursos basados en neurociencia, experiencia somática y terapias basadas en la conexión cuerpo-mente, que han sido contrastadas a lo largo de los años y se han demostrado eficaces para el tratamiento y recuperación del trauma”, explica la directora del evento, Cristina Melo.

Algunas de estas terapias son la psicoterapia integrativa basada en atención plena o mindfulness, el neurorreprocesamiento del trauma (método Aleceia), el brainspotting, la Desensibilización y Reprocesamiento por los Movimientos Oculares (EMDR), Somatic Experiencing, IFS Internal Family Systems, el método Hakomi, la terapia sistémica familiar, la traumaterapia infantojuvenil sistémica o la psicoterapia sistémica transpersonal…

La Cumbre Virtual Trauma, Resiliencia y Plenitud reunirá a más de 40 psicólogos, psiquiatras y terapeutas, referentes en este sector, con el objetivo de aportar comprensión, divulgar métodos terapéuticos basados en neurociencia y experiencia somática, y ofrecer recursos que ayuden a comprender, sanar y prevenir los síntomas del trauma.