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Dentro del campo médico, el análisis rutinario de sangre (y a menudo también de orina) es como una especie de pantalla que permite una visión interior del paciente. Las "constantes" revisadas indican normalidad funcional cuando están dentro de los parámetros adecuados o, por el contrario, traducen anomalías si están por encima o por debajo de las cifras estándar.

Así pues, los datos de laboratorio ofrecen una importante información del estado de las funciones orgánicas, pero el diagnóstico final se basará igualmente en otras pruebas y consideraciones clínicas. El análisis rutinario es algo cuya importancia conocen tanto médicos como pacicntes a la hora de indagar el estado de salud o enfermedad y también es indispensable antes de cada intervención quirúrgica (en el preoperatorio se realiza al paciente un hemograma, así como pruebas para determinar la coagulación sanguínea). En este artículo despejamos dudas respecto al análisis de sangre.

¿Se puede beber agua antes de un análisis de sangre?

No siempre las variaciones y anomalías en el resultado de una analítica indican una alteración importante. Muchos medicamentos o incluso una comida abundante, por no hablar de particularidades personales o de las posibles diferencias técnicas entre laboratorios, pueden alterar el resultado, siendo labor del médico hacer la justa valoración de cada caso.

Las pruebas de sangre rutinarias pueden aportar información errónea o presentan alguna variación según el laboratorio. Para que estos resultados sean los más fieles posibles a la realidad, el análisis de sangre suele hacerse en ayunas. Muchas personas tienen la duda de si se puede beber agua antes de un análisis de sangre: sí se puede. En realidad es el único líquido que se debería tomar antes de un análisis de sangre, puesto que no aporta azúcares de ningún tipo ni otras sustancias que puedan alterar el resultado.

¿Son fiables los resultados de un análisis de sangre?

En realidad, ningún tipo de análisis es fiable de modo absoluto. A veces, la prueba es errónea y da un resultado anormal en alguien que no padece la enfermedad ("falso positivo"). Otras, el resultado puede ser incorrectamente normal ("falso negativo").

Cuando dan resultados anormales, puede ser necesario repetir las pruebas o bien realizar pruebas complementarias si el médico no está seguro. Así, una persona que ha dado positivo en una prueba del sida se someterá a otras más específicas.

En todo caso, las cifras de "normalidad", basadas en los criterios y valoración media obtenidos en la población sana, no permiten tener en cuenta ciertas diferencias individuales no necesariamente patológicas.

Es posible, por ejemplo, que haya personas con un nivel relativamente alto de colesterol, pero sin otros factores de riesgo cardiovascular, que bien podrían ser normales en su caso particular.

Pero este relativo grado de fiabilidad no quita que en la mayoría de los casos las analíticas convencionales aportan datos de gran interés.

¿Qué se ve en la sangre con un microscopio?

Los médicos han estudiado la composición de la sangre desde la invención del microscopio, y posiblemente también antes.

Pero las cosas han cambiado mucho desde que el holandés Anton van Leeuwenhoek observó por primera vez los glóbulos rojos en el siglo XVII en su microscopio casero.

Ahora los microscopios de alta resolución y los ordenadores permiten observar y medir casi todo, desde el número y el tipo de glóbulos sanguíneos hasta la presencia de tóxicos.

Una de las cosas que puede mirarse en un análisis de sangre es el tipo sanguíneo de una persona, aunque en un hemograma hoy en día puede verse hasta la forma, el tamaño y el color de las células, una información muy valiosa a la hora de diagnosticar. En una leucemia, por ejemplo, no solo aumenta excesivamente el recuento de leucocitos; su aspecto también varía.

En este vídeo te revelamos una curiosidad: ¿qué tiene que ver el grupo sanguíneo con la dieta?

¿Qué es un hemograma completo?

Se trata de uno de los apartados básicos de una analítica.

Incluye un recuento de eritrocitos o glóbulos rojos, expresado en millones por milímetro cúbico, que son los más numerosos de los componentes celulares y normalmente suponen casi la mitad del volumen sanguíneo.

También de leucocitos, detallándose los diferentes tipos de glóbulos blancos: linfocitos, monocitos y neutrófilos, que actúan ante la presencia de infecciones; y de eosinófilos y basófilos que se relacionan con los procesos alérgicos.

El recuento plaquetario, como su nombre indica, informa del número de plaquetas, indispensables en la coagulación y cicatrización de heridas.

La hemoglobina en sangre se expresa en gramos por decilitro; se trata de una molécula que contiene hierro y cuya función es captar oxígeno y liberarlo donde sea necesario.

El hematocrito, por su parte, indica la proporción de glóbulos rojos en el volumen total de sangre; el volumen corpuscular medio (VCM), el volumen medio de los eritrocitos; la hemoglobina corpuscular media (HCM), la cantidad media de hemoglobina que contienen los glóbulos rojos.

Análisis de sangre: qué es la bioquímica

La sangre distribuida por todo el organismo a través de los vasos sanguíneos mediante el impulso de corazón se encarga de suministrar oxígeno y nutrientes a todas las células, así como de recoger los desechos que serán eliminados. La parte bioquímica de un análisis de sangre se centra en buscar sustancias (electrolitos, grasas, proteínas, glucosa o enzimas) que indiquen que alguno de los órganos del cuerpo no está funcionando bien.

Análisis de sangre: cómo se detecta la anemia

Los síntomas que hacen sospechar una anemia suelen ser: cansancio muscular, palidez cutánea, alteración del ritmo cardíaco, menor rendimiento en el trabajo, disminución de la capacidad de aprendizaje...

La anemia puede ser debida a una pérdida excesiva de sangre (caso más frecuente en la mujer debido al ciclo menstrual), a una exagerada destrucción de glóbulos rojos por parte del organismo o a una deficiente producción de los mismos.

En este sentido la falta de hierro es la causa nutricional más frecuente (aunque también puede haber déficit de ácido fólico o de vitamina B).

Antes de plantearse un tratamiento a base de hierro, se debe confirmar que existe anemia ferropénica con una analítica, que valorará no sólo el nivel de hierro o sideremia (60-150 mcg/dl en el vrón y 50-130 mcg/dl en la mujer), sino también de la ferritina (30-300 ng/ml en el hombre y 15-180 ng/ml en la mujer), que mide la reserva de hierro.

Naturalmente, también habrá que tener en cuenta el número de hematíes y la cantidad de hemoglobina presentes en la sangre.

Análisis de sangre: qué es el perfil hepático

El hígado es un gran laboratorio orgánico que recoge dos tipos de sangre: la arterial, que es la sangre oxigenada, y la venosa, que llega cargada de los productos de la digestión elaborados por los intestinos.

La función principal de las células hepáticas es producir bilis, que contribuye a la emulsión de las grasas y estimula los movimientos del intestino.

Además, el hígado protege al organismo debido a que ejerce una acción depurativa (descompone las sustancias tóxicas absorbidas por el intestino o producidas en cualquier parte del organismo) y también de defensa inmunitaria.

El abuso de alcohol y fármacos, así como diversas enfermedades (hepatitis vírica, bacteriana o medicamentosa), cirrosis (el hígado se vuelve fibroso y duro), esteatosis (acúmulo excesivo de lípidos) o tumores pueden alterar las constantes del "perfil hepático".

Los principales marcadores son las transaminasas: GOT (AST), cuya elevación puede indicar una afectación muscular o hepática (alcoholismo, por ejemplo), GPT (ALT), que aumenta cuando hay lesión hepática.

Forman asimismo Parte del perfil hepático la GGT y la foslatasa alcalina, también enzimas cuya alteración indica trastornos en el hígado.

Un nivel de bilirrubina alterado puede indicar un problema hepático o biliar (obstrucción), o bien una anemia hemolítica.

Por su parte, la serología frente al virus de la hepatitis (A, B o C) nos da información respecto a fases agudas o crónicas de la enfermedad.

Análisis de sangre: qué es el perfil reumático

Además de las pruebas que pueden valorar el estado de la propia articulación (radiografía, resonancia magnética, tomografía computerizada) y el de huesos y cartílagos, el dolor articular también puede apreciarse indirectamente en el análisis de sangre.

Así, en el llamado "perfil reumático" se valora la velocidad de sedimentación globular (VSG): la velocidad a la que se depositan los diferentes componentes de la sangre en el fondo de un tubo de ensayo.

Indica el aumento de ciertos componentes y células sanguíneas y sirve para determinar muchas dolencias, como infecciones o procesos inflamatorios (artritis reumatoide, fiebre reumática). No debe sobrepasar la cifra de 12 en el varón o 19 en la mujer.

Por su parte, los factores reumatoides son autoanticuerpos cuya detección indica la presencia de una enfermedad reumática de cualquier tipo, un dato que debe valorarse en presencia de una clínica compatible con artritis reumatoidea.

También cifras altas de ácido úrico en sangre (más de 7,5 mg/dl en el hombre y 6 mg/dl en la mujer) pueden dar lugar a ataques de "gota" por depósito de microcristales de uratos en las articulaciones, sobre todo en el dedo gordo del pie y las rodillas.

El nivel de ácido úrico en la sangre permite detectar, además, alteraciones de la función renal o valorar si existe una hiperuricemia debida a diuréticos.

Análisis de sangre: qué es el perfil renal

La principal función de los riñones es filtrar y eliminar los productos metabólicos de desecho, así como el exceso de sodio y agua en la sangre.

El análisis de orina (detección de hematíes, azúcar, proteína, leucocitos, bacterias, etc.) puede realizarse mediante un examen microscópico del sedimento de la orina.

También el análisis de sangre aporta datos de interés. Así, el denominado "perfil renal" valora los niveles de urea y creatinina en la sangre.

La primera evalúa la función renal (nitrógeno ureico, cuyo valor oscila entre 8-20 mg/dl); un valor aumentado puede indicar obstrucción por litiasis renal o restricción del flujo sanguíneo en los riñones.

La creatinina la producen los propios riñones, que también se encargan de filtrarla, por lo que indica si la función renal es adecuada. Los valores normales oscilan entre 0,6-1,2 mg/dl en el hombre y 0,6-1,0 en la mujer.

Un aumento puede indicar insuficiencia renal, ingestión exagerada de proteínas, embarazo, hipertiroidismo y daño en las células musculares.

El "aclaramiento de creatinina" evalúa la función renal e indica la forma en que los riñones excretan la creatinina y los productos del metabolismo de las proteínas.

Análisis de sangre: que es el perfil tiroideo

En realidad todas las glándulas de secreción interna liberan sus hormonas en el torrente sanguíneo para así regular órganos y funciones en todo el organismo,

La determinación hormonal que actualmente casi forma parte de las analíticas básicas, sobre todo en el caso de las mujeres, es el "perfil tiroideo". Debido seguramente al estrés psicofísico y a la contaminación, es cada vez más frecuente que esta glándula se vea afectada.

Cansancio, apatía o un aumento de peso pueden indicar una tendencia al hipotiroidismo. Por el contrario, adelgazamiento y nerviosismo acompañan al hipertiroidismo.

Se buscan entonces los valores de las hormonas tiroideas propiamente dichas (T3 y T4), así como de la hormona hipofisarisa (estimulante del tiroides o TSH) que frena o activa su funcionamiento para mantener la normalidad.

Otro campo en el que se suelen determinar las hormonas femeninas es el ginecológico, a fin de diagnosticar trastornos menstruales o dificultades para lograr el embarazo. Aunque no tan habitual, también se valoran las hormonas masculinas (testosterona) en la andrología.

Análisis de sangre: que es el perfil lipídico

Tanto el colesterol como los triglicéridos son lípidos que deben estar presentes en la sangre, pues cumplen funciones metabólicas y hormonales, pero dentro de unas cifras adecuadas. Esto es lo que se evalúa en el perfil lipídico.

Colesterol

En los últimos tiempos se ha ido reduciendo el nivel aceptable (quizá el interés de la industria farmacéutica sea uno de los factores en juego). Actualmente se considera un nivel conveniente de colesterol total para personas mayores de 18 años la cantidad de 130-200 mg/dl.

También es importante considerar las cifras del HDL o "colesterol bueno" (30-76 en el varón, 30-92 en la mujer) y de LDL o "colesterol malo" (90- 125 mg/dl). En el caso de dos personas con el mismo nivel de colesterol total, los riesgos son menores para la que tenga más elevada la cifra de colesterol HDL.

Un aumento del nivel de colesterol en la sangre no siempre obedece a malos hábitos dietéticos (elevada ingesta de grasas saturadas de origen animal). En ocasiones puede deberse a un trastorno metabólico de origen genético, como en la hipercolesterolemia familiar.

Triglicéridos

El nivel normal de los triglicéridos en la sangre, unos lípidos de reserva con valor energético, varía entre 30-160 mg/dl en el hombre y 30-120 mg/dl en la mujer.

Es sabido que un aumento de colesterol acompañado de triglicéridos elevados favorece la incidencia de enfermedades vasculares.

A diferencia del colesterol, su exceso no suele deberse al abuso de grasas, sino de bebidas alcohólicas o azúcar refinado.

¿Existen métodos de análisis alternativos?

Además de las analíticas convencionales, hay otros sistemas de valorar la sangre. Uno de ellos es el denominado método HLB, que consiste en tomar una gota de sangre y examinarla bajo el microscopio.

Pasados unos minutos, cuando la sangre ha coagulado, se efectúa la observación.

Los múltiples elementos (células, proteínas, desechos tóxicos, medicamentos) que viajan por el torrente sanguíneo determinan la forma de esa coagulación.

Hay ciertos patrones que se repiten en las personas con una determinada dolencia.

Así, quienes tienen un problema reumático en fase inflamatoria muestran muchas lagunas o espacios vacíos. En los que tienen problemas hepáticos o digestivos se observa un agrupamiento central de las proteínas sanguíneas.

Todas estas formas permiten realizar un análisis cualitativo de ciertas funciones orgánicas e indican predisposiciones patológicas.

También no deja de ser un "análisis" de sangre la técnica de pulsología de la medicina oriental (china, india y tibetana). Pues mientras el médico occidental sólo valora la velocidad del ritmo cardiaco (lentitud o bradicardia y aceleración o taquicardia), quienes practican estas medicinas de origen asiático obtienen a través del pulso datos sobre el funcionamiento de los principales órganos y pueden incluso detectar enfermedades antes de que se manifiesten físicamente o en los análisis clínicos.

El simbolismo de la sangre

  • En todas las culturas la sangre simboliza la vida misma. Su color rojo evoca fuerza y vitalidad, pero debe permanecer invisible en el interior del cuerpo. Derramada al exterior por motivo de una agresión o un accidente, puede acompañarse de debilidad y —en casos extremos— incluso provocar la muerte.

  • Si la vitalidad se asemeja a un fuego que permite que los procesos orgánicos tengan lugar, la "luz" que tal fuego genera estaría representada por el sistema nervioso (sensibilidad y movimiento), mientras que el "calor" corresponde al sistema circulatorio (metabolismo).

  • También hay en la sangre una impronta energética personal, física e incluso psicológica, que los médicos antiguos relacionaban en parte con el alma.

  • La ciencia actual también demuestra que el temperamento psicofísico tiene una de sus sedes principales en la sangre, pues la individualidad queda reflejada en la estructura de las moléculas proteicas y en los componentes del sistema inmunitario que allí actúan, así como en la proporción de hormonas que fluyen continuamente.

Libros sobre el papel de la sangre en la salud

  • ¿Sabemos comer?; Andrew Weil. Ed.Urano
  • Recetas nutritivas que curan; James F. Balch. Ed. Océano
  • Los grupos sanguíneos y la alimentación; Peter J. D'Adamo. Ediciones B