Según la OMS, la Covid-19 (Coronavirus disease 2019) es más grave que la gripe, principalmente porque nadie tiene inmunidad. Además, la capacidad de contagio es mayor. Ese es sobre todo aéreo, a través de las gotas de saliva.

En los casos del MERS, el SARS o la gripe A, como hemos visto por las cifras de la OMS mencionadas, la mortalidad fue muy alta (hasta un 40%), pero la contagiosidad fue más bien reducida si la comparamos con el virus normal de la gripe o el de la Covid-19.

En esta ocasión, parece que nos encontramos con un virus muy preocupante porque tiene una contagiosidad muy elevada, lo que hace que la población afectada sea muchísimo mayor y que, por lo tanto, las cifras finales de defunciones sean más.

Capacidad de contagio del coronavirus

No solo se esconde en la saliva

Sabremos si estamos contagiados por una detección genética del virus en los fluidos corporales, generalmente en la saliva, pero también en heces y en ocasiones otros fluidos. En el proceso agudo de la enfermedad, en el 80% de los pacientes el virus se detecta en la saliva.

La proporción va decreciendo en la recuperación (hasta un 30%) para posiblemente desaparecer. Preocupa, sin embargo, que mientras en la saliva disminuye, en los días posteriores aumenta en las heces, constituyendo un potencial riesgo de contaminación fecal/oral (la contaminación que posiblemente se produjo en el "caso cero" desde un animal a un ser humano).

No queda claro si existen falsos negativos, que es posible en cualquier prueba de detección, o si existen portadores asintomáticos, como en otros tipos de gripe; es decir, personas que pueden contagiar a otras sin tener los síntomas de la gripe, o que tras haberla pasado siguen presentando el virus. Estos datos se aclararán en un futuro cercano, aunque la opinión generalizada mientras se elabora este artículo es que no son el foco principal de contagio.

No tenemos inmunidad frente a él

Cada día salen nuevas informaciones sobre el SARS-CoV-2, a veces desmintiendo la anterior. Pero una de las cosas que parece plausible es que, como virus anteriores, se trata de una zoonosis. Es decir, un paso del virus de una especie animal a otra. Esto en principio lo hace más peligroso para el ser humano, ya que no disponemos de una inmunidad específica frente a él u organismos similares.

Es, por tanto, un virus nuevo para la especie humana.

Como en otros casos, se supone que se ha producido con el consumo de carne salvaje: posiblemente un murciélago –reservorio natural de coronavirus– infectó a un animal que hizo de puente con los humanos. Y es muy probable que el "caso cero" de la infección se haya dado en el mercado de Wuhan, con el pangolín como principal sospechoso.

No existe tratamiento

Se están haciendo tratamientos específicos con fármacos antivirales que han demostrado alguna eficacia en otras patologías virales como el SIDA o el SARS, entre otras. Sin embargo, como en el caso de la gripe, aún no existe un tratamiento para esta nueva enfermedad vírica.

Ha empezado la carrera por fabricar una vacuna a tiempo. En Europa, China, Estados Unidos y otros países ya se está elaborando, aunque está en "construcción". Aún tendrá que probarse su eficacia en animales de experimentación y en personas. No se trata de tener una vacuna sino de que sea eficaz. A toda prisa, es posible que en la próxima campaña de la gripe podamos tener una vacuna genérica para la gripe o específica para el coronavirus. Mientras, habrá que seguir esperando.

¿Qué es un coronavirus?

Es un virus corriente y vulgar que, entre otras patologías, puede producir un simple resfriado. Lo que tiene de novedoso este tipo o especie de coronavirus es que no se había identificado antes en humanos. Anteriormente, hemos tenido algunos brotes similares y otros virus.

  • SARS (acrónimo de Síndrome Agudo Respiratorio Severo: Coronavirus que tuvo un brote epidémico en 2003 iniciado en la ciudad china de Guandong y que después desapareció de forma espontánea. Provenía de pequeños mamíferos (posiblemente civetas, que se comen en China) y afectó a 8.500 personas, con más de 800 defunciones.
  • MERS (acrónimo de Síndrome Respiratorio del Medio Este): Coronavirus endémico de dromedarios y camellos en Arabia y África oriental, aunque se piensa que fue transmitido por los murciélagos. Estalló por primera vez en el Líbano en 2012 (2.000 casos con 712 defunciones).
  • Gripe aviar o gripe A: Producida por diversos subtipos del virus de la gripe (ortomixovirus). También produjo un brote iniciado en Hong Kong, donde las personas dormían en estrecho contacto con gallinas y aves. Se trata de una zoonosis que afecta a las aves y que solo esporádicamente afecta a las personas. Han existido diversos brotes de gripe aviar (1997, 2003, 2013), el último y más conocido es el de la gripe A, en los cuales parece ser que el reservorio son las aves acuáticas, además de las de corral. El ADN de este virus ya está incluido en las vacunas antigripales anuales porque se ha convertido en uno más de los que participan en la epidemias gripales. Según la OMS, ha producido 861 casos con 455 defunciones.