Los tendones transmiten transmiten la fuerza ejercida por los músculos a los huesos y así permiten nuestra movilidad. Los tendones son parte de los músculos y están hechos en tejido conectivo muy resistente.

Los tendones unen el tejido muscular con el hueso. Si un músculo se tensa, la fuerza de tracción actúa sobre el tendón, que a su vez mueve el hueso conectado.

¿Qué es el tendón de Aquiles?

El tendón más fuerte y grueso del cuerpo humano es el de Aquiles. Conecta el extremo inferior del tríceps sural, el músculo de la pantorrilla de tres cabezas que incluye el gemelo y el sóleo, con el hueso del talón.

Si tensamos los músculos de la pantorrilla, el talón se levanta y nuestro pie se dobla hacia la planta del pie. Esto es lo que nos permite caminar y correr.

Síntomas de inflamación del talón de Aquiles

La tendinitis o inflamación del tendón de Aquiles generalmente ocurre como resultado de una sobrecarga que se mantiene en el tiempo. Pueden favorecerla un esfuerzo físico puntual y el sobrepeso. Si el tendón está irritado e inflamado, notarás los siguientes síntomas:

  • Hinchazón de la zona del tendón y el talón.
  • Sensibilidad al pisar.
  • Dolor difuso e irradiado en el tendón.
  • Movimiento restringido del tobillo.
  • Enrojecimiento y calor en el tendón.
  • Cojera.

Causas de la tendinitis

En la mayoría de los casos, la tendinitis está causada por desgarros microscópicos y pequeñas lesiones en el tejido conectivo del tendón.

Estas lesiones pueden ser causadas por unos músculos de la pantorrilla acortados que, cuando están tensos, ejercen una tensión constante sobre el tendón y favorecen la sobrecarga. Otras causas de tensión inadecuada en el tendón de Aquiles incluyen:

  • Músculos isquiotibiales acortados.
  • Piernas de diferentes longitudes y, por lo tanto, más tensión en los tendones.
  • Desalineación de la cadera.
  • Curvatura espinal anormal.
  • Pies planos.

Cómo evitar dolor en el tendón de Aquiles

La tendinitis aguda de Aquiles a menudo tiene causas relacionadas con la práctica del deporte. Lo favorecen:

  • No hacer un buen calentamiento antes de una sesión de ejercicio físico o no relajarse después.
  • Correr con un calzado inadecuado.
  • Correr sobre superficies duras, como el asfalto o el hormigón.
  • Realizar actividades físicas que implican saltar continuamente.

Los atletas aficionados cometen el error de entrenar con demasiada intensidad y durante más tiempo del necesario para su condición física. Si los tendones no están acostumbrados al estrés constante, las microfisuras en el tejido no pueden sanar adecuadamente y se favorece la inflamación.

Si el tendón de Aquiles se sobrecarga repetidamente, la inflamación aguda puede convertirse en crónica. En estos casos, se forma tejido cicatricial en los sitios de los microdesgarros no curados, que se sienten como nudos en el tendón. Estos nudos rozan el tendón con cada movimiento, causando más irritación y dolor adicionales.

Tratamiento de la inflamación

El tratamiento depende de la causa de la inflamación. La tendinitis aguda de Aquiles, por ejemplo, se trata en la mayoría de los casos simplemente descansando del ejercicio. Enfriar el área afectada también puede ayudar si hay calor, enrojecimiento e hinchazón.

Si la causa de la sobrecarga del tendón de Aquiles es la desalineación de la cadera o la diferente longitud de las piernas, los ortopedistas pueden aliviarlo con plantillas hechas a medida.

La inflamación crónica se puede tratar con ejercicios específicos con pesas y fisioterapia. Un fisioterapeuta podría recomendar la realización de ejercicios de estiramiento y de fortalecimiento excéntrico. Este ejercicio se realiza de la siquiente manera (según el denominado protocolo de Alfredson). Para hacerlo tiene que haber muy poco dolor o ninguno:

  • Ponte de pie en el bor de un escalón, apoyando solo la mitad delantera de los pies y dejando los talones en el aire.
  • Ponte de puntillas en el borde del escalón.
  • Flexiona la pierna no lesionada para apoyar todo el peso en el otro pie.
  • Desciendo lentamente el talón del pie apoyado.
  • Apoya el otro pie, que permanecía en el aire, para recuperar lentamente la altura sin hacer esfuerzo con el pie lesionado.
  • Ahora vuelves a estar de puntillas sobre los dos pies. Desciende de nuevo y utiliza el otro pie para ascender.
  • Repite 15 veces. Descansa y realiza dos series más.
  • Haz lo mismo cambiando de pierna para evitar descompensaciones.
  • Practica este ejercicio dos veces al día durante 12 semanas. A las 5 semanas, si no duele y resulta cómodo, se puede cargar una mochila de 5 kg.

Para hacer este ejercicio correctamente puedes practicarlo con la ayuda de un fisioterapeuta u observar con atención vídeos como este.

Por otra parte, existen tratamientos ortopédicos. Una cuña o una plantilla para calzado que eleve ligeramente el talón pueden aliviar la tensión en el tendón y funcionar como un amortiguador que disminuya la cantidad de fuerza ejercida.

Evitar la sobrecarga del tendón de Aquiles

El tendón de Aquiles tiene un área total de 80 milímetros cuadrados. Puede soportar cargas de 60 a 100 Newtons por milímetro cuadrado. Calculado sobre toda su superficie, esto corresponde a una carga de 800 kilogramos.

El tendón soporta todas las fuerzas que se producen al caminar, saltar, correr y también las cargas deportivas extremas. No obstante, si lo sobrecargamos constantemente y no atendemos los síntomas de inflamación, se puede romper (se oye un fuerte chasquido), una lesión muy dolorosa y grave que obliga a pasar por el quirófano con un tiempo de recuperación de unos 6 meses.