Los ovarios son dos estructuras del tamaño de una almendra, con un color blanco nacarado, que producen óvulos y hormonas sexuales. Son esenciales para el desarrollo sexual de las mujeres y para la fertilidad, pero también influyen durante toda la vida sobre el bienestar físico, emocional y sexual.

Las hormonas ováricas no solo hacen posible el embarazo y la gestación, sino que influyen sobre el metabolismo, el sistema nervioso, la inmunidad, el funcionamiento cardiovascular y la distribución de líquidos en el cuerpo, entre otras cosas.

En cada momento del ciclo tenemos diferentes sensaciones, que podemos notar más o menos, porque las mujeres durante la edad fértil sencillamente somos cíclicas. Esto también significa que podemos experimentar diferentes molestias y trastornos, cuyo origen hay que buscarlo en los ovarios y el sistema hormonal.

Veamos cuáles son las principales alteraciones que pueden tener su origen en los ovarios y qué podemos hacer para prevenirlas o mejorarlas.

desequilibrios hormonales y síndrome premenstrual

¿Por qué algunas mujeres experimentan hinchazón, dolor, tristeza, irritabilidad, etc. antes de la regla? Es lo que llamamos síndrome premenstrual (SPM) y ocurre cuando no tenemos suficiente progesterona en la segunda fase del ciclo. Este déficit puede tener diferentes causas: alteraciones en el eje hipotálamo-hipofiso-ovárico, estrés, déficits de micronutrientes o macronutrientes, enfermedades de base que alteran el eje hormonal, etc.

Durante la adolescencia y la perimenopausia podemos notar más síntomas. De forma fisiológica puede haber ciclos sin ovulación, y por tanto sin suficiente progesterona.

En cualquier fase de la vida, para que el eje hipotálamo-hipofiso-ovárico esté bien regulado es necesario contar con unos hábitos saludables como:

  • Alimentación: Una dieta rica en alimentos frescos y de temporada, en fibras, proteínas, grasas saludables, vitaminas y minerales. Evitar los alimentos ultraprocesados y los azúcares refinados.
  • Controlar el estrés: El cortisol (hormona del estrés) altera el ritmo de producción de hormona liberadora de gonadotropina, que a su vez controla la producción de hormonas sexuales.
  • Ejercicio físico regular: Mejora la salud en general, incluida la salud hormonal.
  • Descanso adecuado: Es importante la adecuada secreción de melatonina para muchas funciones en el organismo, incluyendo el equilibrio hormonal.
  • Evitar la exposición a tóxicos que actúan o pueden actuar como disruptores endocrinos, como pesticidas, metales pesados, ftalatos, bisfenoles, tabaco, alcohol y otras drogas tóxicas.
  • Suplementos naturales: Para regular el equilibrio estrógenos-progesterona, aparte de los hábitos sanos, podemos contar con la ayuda de los suplementos que regulan las hormonas y mejoran los síntomas del síndrome premenstrual y el dolor de regla.
  • Tratamiento médico: Cuando el síndrome premenstrual no mejora con los buenos hábitos ni los suplementos, o en los casos de trastorno disfórico premenstrual (forma grave de síndrome premenstrual), el tratamiento que observo que mejor funciona es la progesterona natural micronizada en la segunda fase del ciclo hormonal.

    trastornos funcionales de los ovarios

    Los ovarios pueden sufrir trastornos funcionales hormonales y también alteraciones orgánicas (como tumores o quistes, benignos y malignos). En los problemas funcionales se observa un desorden en el ciclo hormonal, como avances o retrasos en la menstruación o su ausencia (amenorrea).

    Hay que descartar patologías que sean primariamente del ovario (es decir, saber si es el ovario el «culpable») o bien si se trata de una reacción del ovario a otro problema (por ejemplo, un hipotiroidismo que está alterando su función hormonal.

    Si no se observa una causa orgánica, una analítica que incluya las hormonas del eje hipotálamo-hipofiso-ovárico, la prolactina y las hormonas tiroideas (ya que pueden alterar secundariamente la función del ovario) puede ayudar a descubrir el origen del trastorno.

    • Déficit de energía o nutrientes. Si no se producen adecuadamente las hormonas en la hipófisis, puede producirse, por ejemplo, una amenorrea central porque el cerebro no estimula al ovario al interpretar que no se pueden gastar recursos en mantener el eje hormonal reproductivo. Es necesario revisar qué puede estar ocurriendo para que el organismo haya prescindido del ciclo hormonal, es decir, dónde está el déficit energético: si es por el estrés, ejercicio físico intenso, falta de nutrientes o un índice de masa corporal demasiado bajo.

    Quistes ováricos funcionales

    Los quistes ováricos que se descubren en la ecografía se derivan de un desorden en la función ovárica y suelen desaparecer espontáneamente por sí solos.

    Un quiste puede ser un folículo dominante que en lugar de desprenderse (óvulo) sigue creciendo, o puede ser un cuerpo lúteo agrandado. En estos casos, antiguamente se pautaban anticonceptivos unos meses para que con el «reposo ovárico» desaparecieran, pero hoy sabemos que esto no es necesario porque desaparecen igualmente.

    Solo en casos excepcionales pueden dar problemas como, por ejemplo, una torsión ovárica, que es tremendamente dolorosa y precisa cirugía. Otras veces, el cuerpo lúteo puede sangrar y puede requerir también de cirugía.

    Síndrome de ovarios poliquísticos

    El nombre de síndrome de ovarios poliquísticos produce mucha confusión: no se trata de que un ovario esté lleno de quistes como tales y no es un problema estructural del ovario en el que se deba «vigilar» si salen o no salen quistes, como muchas mujeres piensan. La presencia de la palabra «poliquísticos» se debe a que frecuentemente estas mujeres tienen una distribución peculiar de sus folículos en el ovario.

    En la ecografía vemos más folículos de los habituales y todos muy pequeñitos, a los que se empezó a llamar microquistes y luego «poliquísticos». Pero no todas las mujeres que tienen síndrome de ovarios poliquísticos tienen este tipo de ovarios, ni todas las personas con ovarios poliquísticos tienen este síndrome.  Que mejore o empeore tu síndrome de ovarios poliquísticos no depende de si tienes o dejas de tener estas imágenes características en la ecografía, sino de cómo están funcionando tus hormonas ováricas.

    Es un desorden hormonal, en realidad, que puede causar irregularidades en la regla y síntomas virilizantes por el aumento de andrógenos (hirsutismo, acné, alopecia, etc.). No tienen por qué darse todos estos síntomas para el diagnóstico.

    El síndrome de ovarios poliquísticos es un trastorno hormonal, y la resistencia a la insulina es la «gasolina» que lo empeora. Este problema metabólico se relaciona frecuentemente con malos hábitos, por eso es tan importante evitar los azúcares añadidos y los ultraprocesados, tomar alimentos saludables con densidad de micronutrientes y hacer ejercicio.

    • Plantas medicinales como la Cimicífuga racemosa o el Vitex agnus castus pueden contribuir a la regulación hormonal.
    • Nutrientes esenciales: Aunque todos son imprescindibles, hay que cuidar especialmente el complejo devitaminas B, la vitamina D, el magnesio y el zinc.
    • Suplementos: Para la resistencia a la insulina podemos utilizar complementos como el mioinositol. Pero la mejor terapia del síndrome de ovarios poliquísticos es la individualizada, pues resulta necesaria una valoración profesional antes de proponer un tratamiento médico o de tomar una suplementación.

    dieta para cuidar los ovarios

    Las mujeres con síndrome premenstrual consumen, en comparación con las mujeres sin síntomas, un 62% más de carbohidratos refinados, un 275% más de azúcares añadidos, un 79% más de productos lácteos, un 78% más de sodio, un 53% menos de hierro, un 77% menos de manganeso y un 52% menos de zinc, según un estudio publicado en The Journal of Reproductive Medicine. Por tanto, una dieta vegetal, baja en hidratos de carbono y rica en fibra y proteína vegetal puede ayudar tanto en el síndrome premenstrual como en el síndrome de ovario poliquístico.

    Los siguientes nutrientes son claves para la salud ovárica:

    • Vitamina D: La deficiencia se asocia al síndrome premenstrual y a los ovarios poliquísticos. Se consigue exponiendo la piel al sol al menos 20 minutos al día. Si la analítica revela una deficiencia, se puede tomar un suplemento de 5.000 UI.
    • Magnesio: Relaja el útero y reduce las prostaglandinas inflamatorias. Alimentos ricos en magnesio son las almendras y otros frutos secos, las legumbres y las verduras. Se puede tomar un suplemento de 300 mg diarios.
    • Zinc: Es necesario para sintetizar hormonas sexuales. Conviene asegurarse este mineral esencial con un consumo suficiente de cereales integrales, tofu, tempeh, pipas de calabaza y otras semillas y frutos secos, cacao puro, levadura de cerveza y legumbres.

    Plantas para la salud ovárica

    Algunas plantas ayudan especialmente a la salud de las mujes:

    • Sauzgatillo: El Vitex agnus castus es un remedio tradicional contra las molestias menstruales, sobre todo cuando van acompañadas de irritabilidad y dolor de cabeza. La dosis recomendada es 100 mg de extracto por las mañanas.
    • Cimicífuga: La Cimicifuga racemosa promueve la eficacia de los estrógenos sin alterar el equilibrio hormonal. Una dosis habitual es 40 mg de extracto alcohólico al día.
    • Cardo mariano: Silybum marianum contribuye al equilibrio hormonal a través de su efecto beneficioso sobre el hígado. Puedes preparar una infusión con 5 g de planta seca en 100 ml de agua y tomarla antes de cada comida.
    • Artemisa: La Artemisia vulgarisrebaja el dolor menstrual y regula el flujo menstrual. Se toma en infusión de 15 minutos en 150 ml de agua (hasta tres tazas al día). Se puede combinar con hierbaluisa o diente de león, entre otras plantas.
    • Onagra: El aceite de Oenothera biennis regula los desequilibrios entre estrógenos y progesterona. Se pueden tomar de 3 a 6 perlas diarias o 10 gotas de extracto con zumo de fruta.
    • Azafrán: Los estigmas de la flor del Crocus sativus se utilizan para tratar el desánimo relacionado con el síndrome premenstrual. Además de como condimento ocasional, se pueden tomar 30 mg al día del extracto hidroalcohólico.