Ninguna guerra, ninguna invasión, resulta incruenta; un conflicto armado siempre supone una tragedia para los millones de personas que lo sufren. Además, la invasión de Ucrania por parte de Rusia –que estamos viviendo estos días– ha pillado a toda la humanidad en el peor momento emocional posible, tras dos años de lucha contra una pandemia.

Si a la incertidumbre y el sentimiento de pérdida de control que aún estamos viviendo con las diferentes variantes de Covid, le sumamos el peligro de una escalada bélica de imprevisibles consecuencias, se entiende que muchas personas, en los últimos días, hayan notado cómo su su umbral de aguante emocional se ha visto desbordado. Se sienten angustiadas, ansiosas y no saben cómo afrontar esta nueva situación tan desoladora.

Por qué nos está afectando tanto la guerra

En mi consulta ya estoy empezando a detectar dos aspectos emocionales que hacen que esta guerra nos esté afectando de forma más devastadora que otros conflictos igualmente injustos y trágicos que ocurren en el planeta.

  • Nos recuerda al pasado. Para muchas personas de a partir de 30 o 40 años, que vivieron en las últimas décadas del siglo XX, la actitud amenazadora y desafiante del líder ruso les conecta directamente con los acontecimientos que desencadenaron la II Guerra Mundial (la invasión de Polonia y la expansión de Alemania) y el peligro de escalada nuclear que se vivió durante la Guerra Fría. Esto añade una tensión extra a esta crisis.
  • Nuestra salud emocional está "tocada". Tras dos años de pandemia, la resistencia emocional de la mayoría de las personas está muy dañada. Justo cuando teníamos la esperanza de ir saliendo de este túnel, aparece la amenaza de una gran guerra y, además, el peligro de una fuerte crisis y recesión económica. Muchas personas ya se encontraban en un límite emocional muy delicado; esta guerra les ha desbordado definitivamente.

Qué podemos hacer si la guerra nos genera ansiedad

Evitar el exceso de información

Muchas personas ven todos los informativos diarios o consultan a cada rato las noticias sobre la invasión de Ucrania, bajo la excusa de estar informados de todo lo que ocurre. Sin embargo, la mayoría de las noticias diarias no aportan nada nuevo y ver una y otra vez las imágenes de bombardeo y destrucción, únicamente genera más sensación de ansiedad y desasosiego.

Es necesario estar informados sobre lo que ocurre, obviamente, pero debemos evitar este exceso de información repetitiva. Se puede limitar el tiempo o la frecuencia de consulta de las redes sobre este tema a, por ejemplo, una cuarta parte de lo que haces ahora. De esta forma, puedes seguir informada, pero evitarás la saturación.

Reconocer y expresar las emociones

Sentir miedo, preocupación y cierto nivel de ansiedad ante la situación tan inestable que estamos viviendo es algo totalmente normal, no es patológico. Es una respuesta de defensa y anticipación de nuestro organismo ante la incertidumbre. De hecho, lo extraño sería no sentirlo.

Resulta muy saludable y necesario hablar con nuestras personas de confianza (pareja o amigos) sobre cómo nos está afectando toda esta situación. Compartirlo con otros, puede ayudar a reducir el nivel de ansiedad.

Sin embargo, si el miedo o la ansiedad se mantiene durante un tiempo prolongado, ocupa gran parte del pensamiento diario o impide descansar por la noche, sí es recomendable buscar apoyo profesional que te ayude a sobrellevar mejor esta situación.

Recordar que no se puede controlar todo

Nuestro cerebro se siente seguro en el control, pero situaciones como la pandemia o las guerras nos muestran que resulta imposible tener el control de todo lo que nos ocurre. Resulta totalmente normal sentir ansiedad frente a estas situaciones tan inestables, pero si permitimos que la ansiedad tome el control de nuestra vida, corremos el riesgo de sufrir bloqueos que nos impidan avanzar y buscar soluciones a los problemas que surgen en nuestro día a día.

Resulta duro asumir que no podemos controlarlo todo, pero es algo necesario para poder centrarnos en lo que sí podemos hacer. Si dejamos de perder energía y atención en todos los posibles escenarios y peligros, y nos centramos en cuál es la situación actual y qué acciones podemos emprender, lograremos avanzar mucho más.

Frente a la incertidumbre, ir paso a paso.

Las redes sociales han comenzado a llenarse de mensajes catastrofistas, planteando los peores futuros sobre esta crisis (III Guerra Mundial, amenazas nucleares, etc.). No podemos dejar que la mente se pierda en este tipo de mensajes porque nos colocaríamos en una situación de ansiedad innecesaria que no es nada útil.

Debemos mantener la mente en el presente, siendo conscientes de cuál es la situación actual, cada día, pero no dejando que la mente divague de forma catastrofista. Mañana podremos reaccionar a lo que ocurra mañana, pero no tiene sentido alarmarse por adelantado.