Si estando de viaje has experimentado la sensación de sentirte abrumada ante la belleza de un cuadro conmovedor, una catedral impresionante o un paisaje espectacular puedes sufrir el síndrome de Stendhal.

Sentirse impresionado es una reacción normal de nuestro cerebro ante la belleza pero cuando ocurre de forma tan extrema que provoca síntomas físicos, los psicólogos hablamos del Síndrome de Stendhal. No es un trastorno psicológico reconocido por los manuales ni un problema que requiera una solución, sinouna reacción psicosomática puntual que puede experimentar cualquier persona al contemplar la belleza o el arte.

Qué es el Síndrome de Stendhal

También conocido como Síndrome de Florencia o estrés del viajero, el síndrome de Stendhal fue descrito por primera vez en 1979, cuando la psiquiatra Graziella Magherini encontró frecuentes síntomas de mareos, taquicardias, trastornos del pensamiento e, incluso, crisis de pánico, en turistas que se encontraban de visita en Florencia.

Fue llamado así en honor al escritor francés Stendhal, que describió sus síntomas físicos al visitar la Basílica de la Santa Cruz (Florencia) de esta manera: “Absorto en la contemplación de la belleza sublime, la veía tan cerca que me parecía tocarla (…) Saliendo de Santa Croce, me latía el corazón, la vida estaba agotada en mí, andaba con miedo a caerme”.

Síndrome de stendhal: síntomas

Las personas que sufren síndrome de Stendhal experimentan diversas alteraciones físicas ante la exposición a la belleza artística.

  • Síntomas comunes de síndrome de Esthendal. Alteraciones en la percepción de los colores y los sonidos acompañado de sentimientos de culpa y ansiedad.
  • Síntomas cuando el síndrome de Esthendal es más grave. Un nivel algo más grave es el de personas que sienten angustia, confusión, euforia, exaltación y una pérdida del sentido de la realidad.
  • Síntomas de un síndrome de Esthendal grave. En un tercer nivel, más extremo, pero menos frecuente, se encuentran las personas que sufren síntomas de un ataque de pánico (taquicardias, sudoración, dificultades para respirar, mareos o, incluso, alucinaciones).

Causas del síndrome de stendhal

¿Por qué se produce este síntoma? Podemos encontrar varias causas como detonantes:

  • Estado mental especial de los viajes. Demasiados cambios (rutinas, comidas, largas visitas...), mantienen a nuestro cerebro en un estado de conciencia especial, mucho más alerta y sensible, diferente de cuando realizamos nuestras actividades rutinarias. En este estado mental, disfrutamos mucho más de todas las experiencias, pero también corremos el riesgo de sufrir un colapso debido a la excesiva estimulación.
  • Cansancio. El ritmo acelerado de los viajes, la suma de actividades novedosas e interesantes, nos hacen acumular cansancio físico y mental. Este agotamiento nos hace más vulnerables y predispuestos a sufrir un episodio de Stendhal.
  • Común en personas inteligentes y sensibles. Las personas extremadamente sensibles, viven los viajes de forma más extrema, tanto en lo positivo como en lo negativo. Ellas son las que deben tener más precaución para evitar el síndrome de Stendhal.

Qué hacer si tienes síndrome de Stendhal

El síndrome de Stendhal no está catalogado como una enfermedad, por lo tanto, no hay nada que curar. Lo que sí podemos hacer es prevenirlo y regular la intensidad de las emociones en situaciones presumiblemente intensas.

  • Antes del viaje.Podemos realizar un trabajo de prevención antes de salir de viaje. Documentarnos y buscar imágenes o vídeos sobre los lugares que vamos a visitar preparará nuestra mente para el impacto del arte y la belleza a la que la vamos a exponer.
  • Dosificar. La tendencia habitual, cuando vamos de viaje, es saturar los días de visitas a museos, catedrales, etc. Tenemos poco tiempo y queremos aprovecharlo bien. Sin embargo, nuestro cerebro no está preparado para este exceso de información. Dentro de lo posible, debemos programar el viaje para que las visitas importantes estén repartidas a lo largo de los días.
  • Descansar durante los viajes. Realizar pausas para descansar es imprescindible para resetear nuestro cerebro y darle tiempo para recomponerse antes de la siguiente visita. Procura dormir bien durante las noches y, si es posible, vuelve al hotel un rato para descansar a media tarde. Tu mente lo agradecerá.
  • Interrumpir si notas síntomas. Si experimentas síntomas de agobio o ansiedad durante una visita, no dudes en interrumpirla. Busca un espacio abierto donde puedas sentarte, respirar profundamente y relajar. Y, si lo consideras, pide ayuda.