Si alguna vez te has quedado sin champú o sin gel te habrás preguntado si en realidad no podrías utilizar lo que tienes a mano tanto para la higiene del cuerpo como para el cabello. 

La respuesta breve es que un uso ocasional del champú o gel más allá de su indicación esencial no tiene ningún inconveniente. No te va a hacer daño, pero es mejor que no lo tomes como una norma porque champú y gel se diferencian en la composición, no solo en el envase. 

¿Cuáles son las diferencias entre un gel y un champú?

La piel es un órgano vivo en continuo intercambio con su entorno, mientras que el cabello consiste esencialmente en una sustancia córnea muerta (como las uñas).

Además, los ideales de belleza actuales no contemplan exactamente las mismas propiedades para la piel y el cabello; por ejemplo, la melena debe brillar, la frente no.

Todo esto tiene como consecuencia que los champús y los geles de ducha contengan ingredientes ligeramente diferentes o que algunos estén presentes en una proporción mayor.

Composición de los champús

Los champús contienen una mayor proporción de ingredientes que eliminan la suciedad (detergentes) y el exceso de grasa del cabello, pero sin desengrasarlo demasiado ni irritar el cuero cabelludo.

Si se pierde demasiado sebo, el resultado puede ser cabello seco o cuero cabelludo seco; si se elimina muy poca grasa, el cabello queda grasoso.

Básicamente, los champús tienen una formulación más "agresiva" que los geles de ducha; después de todo, el cabello está "muerto" y, por lo tanto, no es tan sensible ni requiere sustancias humectantes que retengan la humedad.

Los productos para el cabello también suelen contener ingredientes específicos para conseguir efectos específicos en el cabello y que, por lo tanto, no se encuentran en el gel de ducha:

  • Ingredientes activos contra la caspa (que a veces tienen un efecto irritante para la piel).
  • Cafeína (para acelerar el crecimiento del cabello).
  • Siliconas que envuelven el cabello y que suelen encontrarse en los champús reparadores.
  • Agentes espumantes, que también son más comunes en los champús porque los consumidores a menudo asocian más espuma con más limpieza (lo que no es necesariamente cierto).

Composición de los geles de baño

Los geles de ducha, por otro lado, deben limpiar, pero también mantener la piel hidratada. Los ingredientes deben adherirse a la suciedad, al sebo y al sudor para eliminarlos, pero, al mismo tiempo, idealmente deben mantener suficiente grasa en la piel para que no se reseque.

Esta es la razón por la que los geles de lavado suelen contener una mayor proporción de aceite que los champús y menos detergentes y espumantes.

Debido a que la piel generalmente reacciona de manera más sensible que el cabello, se usan menos (o más suaves) tensioactivos en los geles de ducha y productos similares que en los champús.

 

Mejor si utilizas el gel como champú que el champú como gel

El champú es demasiado agresivo con la piel, por lo que no se recomienda este uso más allá de alguna ocasión. 

En cambio, el gel puede no limpiar tan eficazmente el cabello, pero el cuero cabelludo puede salir beneficiado, porque perderá menos grasa y mantendrá su hidratación. 

 

 

Existen productos dos en uno

Todo lo que hemos explicado vale para los productos específicos para piel o cabello, pero existen productos 2 en 1 cuya composición es equilibrada.  No es mala idea utilizarlos porque reduces el uso de envases de plástico. 

A menudo estos productos están pensados para los niños, pero también pueden utilizarlos los adultos. Puedes encontrar, incluso, productos 2 en 1 con certificaciones naturales o ecológicas que están libres de ingredientes sintéticos e irritantes.