Imagino que muchos de vosotros habréis picado en hacer los curiosos test de personalidad que deambulan por internet insertados entre las noticias y que, planteados como divertidos juegos,  seducen con enunciados del tipo:“Si quieres conocer tu verdadera forma de ser echa un rápido vistazo a esta imagen y dime cuántos perros ves aquí”, o “Indica qué árbol de estos que aparecen aquí pintados te gusta más y te diré cómo eres” o “¿Cuáles de estas figuras que ves aquí: perro, iguana, chimpancé, etc. prefieres?”

Aseguran que sólo conociendo tu singular estilo perceptivo y preferencias y sustentados por esta información paupérrima alcanzarán certeras conclusiones sobre tu verdadero carácter o incluso cuán inteligente o no eres

Siento decepcionarte: estas pruebas carecen de toda validez, es decir, no miden lo que aseguran medir. En resumidas cuentas, son una engañifa. Sería algo así como si quisieras conocer tu temperatura corporal con un barómetro o mejor, con una cortadora de césped. Entonces, ¿por qué seguimos cayendo en la tentación de hacerlos?

por qué tienen tanto éxito los tests de personalidad

El hecho de que estés predispuesto a otorgar a estos pasatiempos una alta credibilidad estaría influenciada por varios factores:

  1. El desconocimiento general de la población acerca de qué es un test psicológico, cómo funcionan, cómo se interpretan, cuáles son las diferentes y complejas pruebas que existen, así como los marcos teóricos de referencia en los que cada uno de ellos se inscribe.
  2. Vivimos inmersos en una era digital y el hecho de que aparezcan en supuestas plataformas serias en internet genera confianza, aunque en realidad su distribución sólo busca la interacción y el “like” para insertar sus codiciados banners de publicidad.
  3. Su nivel de sugestionabilidad. Algunas de estas pruebas juegan a adivinar estilos perceptivos, pero en ningún caso se ha demostrado que correlacionen con una determinada manera de ser y mucho menos nos den como resultado un cociente intelectual. 

Por qué una misma imagen la vemos de distinta manera

Estos juegos sí emplean algunas de las famosas Leyes de la Gestalt que desarrollaron psicólogos alemanes a principios del siglo XX (Gestalt en alemán significa “forma”) y quienes subrayaron la importancia en la percepción sensorial de la configuración global de imágenes visuales y auditivas.

Nos demostraron que la percepción es mucho más de lo que vemos, oímos, sentimos saboreamos u olemos. Es el significado que damos a esa sensación. Y, lo alcanzamos por la singular manera en que nuestro cerebro organiza la información sensorial que proviene directamente de nuestros sentidos

Así que cuando te preguntan qué ves ante una imagen como ésta o similares saben que dividirás la información sensorial entre la figura (sería el objeto sobre el que focalizamos nuestra atención) y el fondo (el fondo del objeto focalizado).

test personalidad jarrón
iStock

Así que, si en esta imagen ves una copa o dos caras es indiferente. Estaríamos simplemente corroborando la existencia de una ley gestáltica que reza:  “Cuando la relación entre la figura y el fondo es ambigua, nuestras percepciones de la figura se alternan”. 

Es más, no hay manera de percibir las dos cosas simultáneamente. Así, en algunas ocasiones verás un precioso florero y en otras el delicado perfil de dos caras que se recortan en un fondo blanco como un haz de luz.

En el juego de la percepción de esta alternancia figura-fondo simplemente demuestra la naturaleza dinámica nuestro sistema perceptivo

¿Existen tests basados en imágenes en psicología?

Los test que se distribuyen por internet algunas personas podrían confundirlos con los famosos test proyectivos que son pruebas reales de personalidad en las que se pide a la persona responder a escenas, palabras o imágenes ambiguas. 

La meta y el objetivo es provocar que la persona proyecte su mundo interno pidiéndole que organice el campo de estímulos que se le presentan, los interprete y pueda reaccionar ante ellos afectivamente. 

Cuando en un test se realiza una pegunta directa sobre un tema, la persona dedica un tiempo a elaborar una respuesta consciente. Esto puede dar lugar a sesgos o inventar falsedades porque puede que el sujeto esté tratando de engañar al examinador. Y, por ejemplo, quiera ofrecer respuestas para que el evaluador piense que son aceptables o más esperables socialmente, pero que en realidad no corresponden ni con sus sentimientos ni con sus comportamientos reales. 

Al colocar delante de la persona una serie de estímulos ambiguos como láminas con manchas, como en el caso del clásico y famoso test del H. Rorschach (1921), lo hace mucho más difícil porque el sujeto no sabe qué pistas debe seguir para decirle al otro lo que este piensa que debe ver y de esta manera refleje mejor su mundo interno.

Estas pruebas se desarrollaron en el marco de las teorías asociacionistas y psicoanalíticas de principios del siglo XX y barajan “hipótesis proyectivas” (Rappaport, 1948), según las cuales en cualquier percepción de una situación externa intervienen aspectos internos, lo que permite revelar:

  1. Las estructuras psicológicas (Ello, Yo, Superyo).
  2. Los rasgos esenciales de la personalidad (a través del inconsciente y del contenido latente de las respuestas) a los estímulos del test. 

Pruebas proyectivas que se usan en psicología:

Las pruebas proyectivas más famosas dentro del ámbito de la psicología son:

  1. El test de manchas de tinta de Hermann Rorschach.
  2. El test de apercepción temática (TAT) de Murray.
  3. Dibujo de una figura humana.
  4. Dibujo de la casa, el árbol y la persona.

Muchas de ellas son utilizadas especialmente en contextos clínicos, pero también forenses. 

¿Se puede determinar el grado de inteligencia con un test?

Si alguna vez has acudido a la consulta de algún psicóloga/o y te ha aplicado un test de inteligencia destinado a medir tu cociente intelectual habrás descubierto que supone enfrentarse a una tarea compleja y que llevará bastante tiempo (algunos más de una hora), aunque eso sí será un poco más larga o corta dependiendo del test elegido por el evaluador. 

Este tipo de pruebas son las más administradas en la actualidad y se emplean en el ámbito educativo, clínico, laboral y forense.

Tuvieron su origen, tal y como lo entendemos en la actualidad, en Francia, en concreto en los colegios. En 1905 el ministerio de Educación Francés puso al famosísimo psicólogo Alfred Binet a la cabeza con el encargo de identificar a aquellos niños que no se estaban beneficiando de una educación académica y así proveerlos de una ayuda especial para que pudieran continuar con sus estudios. 

Binet se puso manos a la obra e inventó el primer test de inteligencia, junto a su colega Theophile Simon, para niños de edades comprendidas entre 3 y 13 años. Acuñaron un novedoso concepto: el nivel mental para informar de la puntuación de un niño en el test que después pasó a llamarse edad mental.  Este termino se usó a su vez para calcular el cociente intelectual de una persona y que Stern, su autor, desligó de la edad cronológica. Es decir, podíamos conocer tu inteligencia con independencia de tu edad y su nombre “cociente intelectual” se debió a que en esencia a que corresponde a una fórmula matemática:

(Edad mental/Edad cronológica) x 100=  Cociente de Inteligencia 

¿Qué es un test de inteligencia?

El test de inteligencia sirve para medir un rango de habilidades cognitivas que le proporciona una puntuación que a su vez ofrece una medida de sus recursos intelectuales y de su potencial.

¿Cómo se interpreta un test de inteligencia?

Después tenemos que interpretar su puntuación. En general, dado que la mayor parte de las pruebas se hallan estadísticamente estandarizadas, las puntuaciones se obtienen comparando el desempeño individual con la norma para las personas del mismo grupo de edad

La puntuación que obtienes, es decir, tu CI (cociente intelectual) nos informa de cuán por encima o por debajo te sitúas respecto a tu grupo de pares siendo la media siempre de 100 que es donde se situaría la mayor parte de la población, de hecho, el 68,7% de la población cae en el intervalo entre 84 y 116 y siempre contando con una desviación típica de 16.

¿Qué miden los tests de inteligencia? 

En general las pruebas de cociente intelectual se centran en medir:

  • Habilidades verbales
  • Habilidades matemáticas
  • Habilidades lingüísticas
  • Memoria
  • Velocidad de procesamiento
  • Capacidad de resolución de problemas
  • Razonamiento lógico
  • Procesamiento y aptitudes viso-espaciales 

¿Los test de inteligencia predicen el éxito en la vida?

Es importante recordar que las pruebas de cociente intelectual son sólo una medida de la inteligencia y si bien las puntuaciones más altas están relacionadas con mejor salud, rendimiento académico y sensación de bienestar en general, no necesariamente siempre predicen el éxito de una persona en la vida. De hecho, las habilidades emocionales y sociales son más importantes para predecir el éxito en la vida, según un estudio de Bartholomew D.J en la London School of Economics and Political Science). Y  esta realidad entronca con la teoría de Gardner sobre inteligencias múltiples

La aplicación de cualquier test de inteligencia o personalidad requiere por principio de un adecuado contexto de evaluación, un/a psicóloga/o entrenado/a en la pasación e interpretación de los test, algunos de ellos requieren largas formaciones específicas. Cumplir estos requisitos garantiza conocer la personalidad real, el nivel de inteligencia y emplear los resultados en el ámbito de aplicación adecuado: académico, laboral, jurídico o bien para obtener una correcta orientación e intervención terapéutica en caso de que sea necesario.  Así que no te dejes engañar y acude a tu Psicóloga/o de confianza.