"Damos forma a nuestras moradas y luego son nuestras moradas las que nos dan forma a nosotros". Esta cita de W. Churchill, describe cómo el lugar en el que vivimos incide en cómo nos sentimos, en los comportamientos, en los hábitos del día a día, también en la salud física y mental.

Hay casas que aportan vitalidad, serenidad, se duerme bien; otras, en cambio, nos alejan del confort, nos sentimos cansados, con estrés.

Reconectar con el hogar, a modo de una extensión de uno mismo; visualizarlo como una piel que acoge; reflejar en él nuestros valores; entrar en él lo que nos aporta armonía e invite a vivir desde la calma. Haz este ejercicio y convierte tu casa en un aliado de la salud.

Convierte tu casa en un oasis de relajación y salud

Vamos a ver qué factores ayudan a poner el ambiente del hogar a favor del equilibrio del cuerpo y de la mente.

1. piensa en tu casa como un espacio donde debe regir la naturaleza 

Si hay un ambiente que realmente actúa como pura medicina para el organismo es la naturaleza.

Ese es el entorno en el que se ha gestado la vida con todos sus sistemas, órganos, células... y ahí es donde se dan las condiciones ambientales que favorecen que el cuerpo y la mente se regeneren, recarguen, reconecten, encuentren la vitalidad y la calma que necesitan para vivir de forma equilibrada.

Llevar esas condiciones al interior de casa, reproducir los principios de la biofilia, resulta clave para hacer del espacio un entorno más saludable, que cuide y relaje, y mantenga la mente en calma.

Desde la disciplina de la biohabitabilidad se aborda el hogar como una piel que envuelve y cuida, y se aportan opciones para crear ambientes que promuevan la salud, haciendo del espacio un activo de bienestar y equilibrio para sus moradores.

Se toma como referencia lo que equilibra al organismo y se aplica al espacio.

2. Llena tu casa de plantas o asegúrate de ver alguna desde las ventanas

Rodearse de verde es la mejor opción para entrar la naturaleza en casa.

Las plantas son eficaces limpiadores del aire, absorben dióxido de carbono, oxigenan el ambiente, amortiguan el ruido, regulan la humedad relativa, aportan belleza, calman la mente, disminuyen el estrés y la fatiga, favorecen la concentración, la productividad y el aprendizaje y potencian el sistema inmune y el bienestar.

El contacto con el verde es tan potente que solo con verlo ya produce beneficios, por ello vivir en una casa con vistas a zonas con vegetación es tan saludable.

Una simple ventana produce ese efecto de escape psicológico y reconforta, y sumada a la visión de un paisaje natural –un jardín, unos árboles o un parque–, el efecto para el cerebro es medicinal.

Si bien la naturaleza viva es la mejor opción para el equilibrio de nuestros sistemas biológicos –estando en contacto directo o viéndola a través de la ventana–, el poder del verde va más allá, incluso los cuadros, fotos y pósters con paisajes de naturaleza producen efectos positivos para el cerebro, otra opción interesante para disfrutar de un entorno más natural y saludable en casa.

3. da a la cocina el valor que merece

Una casa sana da valor a la cocina como estancia donde se "cuece todo", desde la comida hasta las relaciones familiares alrededor de la mesa.

Prepara la comida con alimentos frescos, de temporada, de proximidad y sin tóxicos. Cocínalos con tiempo, con utensilios saludables como el vidrio o el acero inoxidable, y practica la alimentación consciente.

Lo que comemos y cómo lo comemos influye en la salud, la física y la de la mente.

4. Elige formas que ayudan a relajarse

La neuroarquitectura es una joven disciplina que une el conocimiento de la neurociencia con el de la arquitectura revelando cómo el espacio le "habla" al cerebro, activa unas redes neuronales u otras.

A través de las formas, la luz, el color o la vegetación se pueden conseguir ambientes que ponen en marcha mecanismos que llevan a la calma, al bienestar y al relax.

Las aristas y los ángulos agudos se perciben como un elemento agresivo.

Los estudios realizados a través de resonancias cerebrales muestran cómo cuando están presentes se activa la amígdala del cerebro relacionada con la alerta y el peligro.

Por contra, las formas curvas y redondeadas activan la calma.

5. pon OBJETOS CON MENSAJE para decorar tu casa

Revisar los elementos decorativos que hay en el hogar, qué recuerdos y emociones evocan, cómo nos hacen sentir.

Rodearse de objetos, fotos, muebles, con formas suaves, que aporten belleza, sean prácticos, evoquen sensaciones positivas y consigan un ambiente acogedor, que cuida y relaja.

La clave está en identificar los que no cumplen estos requisitos y regalarlos.

6. Pon elementos decorativos que sorprendan o destaquen

Según los estudios de la Academia de Neurociencias para la Arquitectura (ANFA) en San Diego (Estados Unidos), el ambiente es capaz de modelar el cerebro, y en concreto, cuando el espacio está más enriquecido, pues incluso ayuda a que se generen nuevas neuronas en el área del hipocampo del cerebro. 

Pon en tu casa algunos elementos decorativos que destaquen o que sorprendan, para evitar la monotonía a la vista. Puede ser una planta que te guste, un objeto de un color que destaque o algo que te traiga buenos recuerdos y se vea, por ejemplo.

7. Mantén el aire de casa limpio: aunque no se vea, es clave para tu bienestar

¿Sabías que tu casa puede tener un aire más contaminado que el de la calle? Los estudios indican cifras de 5 hasta 10 veces más contaminado, y es una consecuencia de los productos que se llevan a casa, de su composición.

Pinturas, alfombras, detergentes, productos de higiene personal, ambientadores... son fuente de sustancias orgánicas volátiles (COV), algunas consideradas nocivas o con efecto de disrupción endocrina.

Con algunos sencillos gestos se puede conseguir respirar un aire más limpio en casa, como son:

  • Dejar los zapatos en el recibidor, un hábito fácil y eficaz que evita entrar contaminantes en casa. Destina un calzado solo para andar por casa o aprovecha para ir descalzo, practicar el earthing.
  • Incorporar un medidor de CO2. Los niveles de dióxido de carbono (CO2) resultan un buen indicador de la calidad del aire; cuando superan los 700 ppm es momento de abrir ventanas y ventilar para renovar el aire. A menudo, el cansancio, el ánimo bajo o las cefaleas se deben a un aire cargado.
  • Limpiar "sin ensuciar". El acto de limpiar elimina microorganismos, pero según la composición del producto implica a la par introducir sustancias químicas nocivas al ambiente, se "ensucia" el aire. Para hacer el mantenimiento del día a día, opta por productos de la despensa, como bicarbonato, limón o vinagre blanco, y evita el uso habitual de lejías, amoníacos o salfumán. Limpiar con productos convencionales diariamente se asemeja a fumar 20 cigarrillos al día.
  • Usar productos de higiene personal más naturales y con certificado ecológico, libres de tóxicos derivados de la industria del petróleo.
  • Aromas sin tóxicos. Si se usa ambientadores, velas e inciensos, elegir los que son más naturales y evitan incorporar tóxicos en casa.
  • Pinturas y materiales naturales. En la próxima renovación del color de la pared, suelos o muebles, elige materiales con baja emisividad de COV, y en particular de formaldehído.

8. elige la Iluminación adecuada para rendir más en las zonas de día

La luz del sol actúa como un nutriente para el cerebro.

Empezar el día con luz natural es mucho más efectivo y saludable que el mejor café para despertar la mente y afrontar la jornada con vitalidad, serenidad y con buen ánimo.

Ubicar las zonas de día en las estancias que reciben luz natural es la mejor forma de que no falte y obtener todos sus beneficios.

Elige bombillas con un IRC (índice de reproducción cromática) mayor del 90%, y unos 6500ºK de temperatura de color, para iluminar de día.

El cerebro tendrá la calidad de luz adecuada para estar despierto, atento, creativo, más alegre y productivo.

La luz de día ayuda al cerebro a estar despierto, atento, creativo, más alegre, calmado y sereno. 

9. Pon colores que equilibren tu mente

Del mismo modo que la luz le "habla" al cerebro, el color también. Con el color se puede cambiar el estado de ánimo, activar o relajar, acelerar o relajar el ritmo respiratorio y el cardíaco, o equilibrar o estresar el sistema nervioso, como muestran los trabajos del Dr. Carlton Wagner del Institute for Color Research en Santa Barbara.

Estos son los tres colores que mejor representan la naturaleza:

  • Amarillo: el color del Sol aporta luminosidad, alegría y optimismo, y potencia la creatividad.
  • Verde: es el color de la vegetación, aporta calma y tranquilidad, equilibra el sistema nervioso, ayuda a la concentración, relaja los músculos y alivia la fatiga.
  • Azul: es el color del mar, de los ríos y lagos, relaja, ralentiza el pulso y la respiración, refresca.

Elige el color más acorde con lo que quieres potenciar en una estancia, por ejemplo, la calma en un rincón de relajación o en el dormitorio. Combínalo con blancos y crudos, e imprime la personalidad que desees al espacio.

10. Elige luces adecuadas para favorecer el descanso en las habitaciones

El día influye en la noche y viceversa. Pasar una mala noche repercute en la jornada, más difícil de llevar, con más cansancio, nerviosismo y peor humor. Si durante el día no se toma el sol, se come mal y sin horarios, se lleva ese desajuste a la noche.

Poner el ambiente de casa a favor de un descanso reparador es fundamental. Por eso, hacer que la noche sea noche, esa es la forma de lograr un descanso reparador.

Las bombillas cálidas, de unos 2500ºK, preparan al cerebro para ponerse en "modo noche" y activar la producción de la melatonina, la hormona del sueño.

Además, hay que evitar el uso de las pantallas, con su luz azulada, unas dos horas antes de acostarse.

11. Regula bien la TEMPERATURA por la noche

Evita las temperaturas altas para dormir. Para que la glándula pineal ubicada en el cerebro sintetice la hormona del sueño se necesita un ambiente más fresco, de alrededor de los 19- 20ºC. No se trata de pasar frío, se trata de dormir más abrigado y evitar tener la calefacción muy alta. Con ello se consigue regenerar noche a noche.

12. El sILENCIO es TERAPÉUTICO de día y de noche

Disponer de espacios sin ruido es vital para un cerebro sano, muy especialmente el dormitorio.

En las casas con contaminación acústica se hace necesario invertir medidas que ayuden a insonorizar para que ello no interfiera en la salud mental.

Además, disponer de tiempos de silencio digital aporta la calma y el relax mental tan necesario.

El síndrome de la casa enferma

El hogar es mucho más que un refugio, un lugar que te acoge al final de la jornada. La OMS considera la vivienda como un determinante de la salud en sí mismo.

Prácticamente un 80% del origen de las enfermedades se atribuye al ambiente y solo un 20% a la genética, por ello es relevante incidir en el exposoma, en las exposiciones ambientales que afectan a las personas desde la concepción y durante su vida.

Si bien la genética no la podemos cambiar, el ambiente de casa sí es modificable.

el problema de alejarse de la naturaleza

El alejarse de los parámetros que definen el ambiente natural ha ido de la mano de la aparición de problemas de salud derivados de los espacios interiores.

En la lista de los factores que contribuyen a no disponer de una calidad ambiental saludable está el uso de materiales sintéticos, la ventilación deficiente, el ruido, la cantidad y la calidad de la iluminación natural y eléctrica, el uso de productos de limpieza y de aseo personal que incluyen sustancias nocivas, o la omnipresente tecnología.

La ciencia ya ha acuñado el término "síndrome de la casa enferma" para referirse a problemas de salud en relación con factores presentes en el ambiente del hogar. Síntomas como fatiga, cansancio, falta de vitalidad, dolor de cabeza, estrés, insomnio o fallos de memoria pueden ser debidos a un ambiente poco saludable.