Ahora que se hace evidente el descenso de luz, que nos vamos antes a dormir para levantarnos temprano, que por la mañana nada invita a abandonar la calidez de las sábanas y que solemos arrancar el día preocupados, pensando en las mil cuestiones que deberemos resolver durante la jornada, se impone más que nunca una inyección de energía que nos permita disfrutar plenamente de las cosas buenas que también nos ofrecen los meses fríos.

las 13 claves para empezar el día en "happy mood"

¿Qué tal si para comenzar intentamos adoptar una actitud positiva nada más despertar y recibimos el nuevo día como un milagro que hay que a provechar y saborear, como si fuera el último de nuestra existencia?

Seguramente este ejercicio nos hará tomar una mayor conciencia de nuestras acciones y comportamientos y servirá para que muchos de nuestros problemas se vean reducidos, pero, sobre todo, resultará decisivo para que el resto del día sea más positivo y tenga más sentido.

Aunque la mayoría de los días nos levantemos de la cama con el firme propósito de echarle imaginación a la jornada, hay momentos y situaciones ante los que no podemos evitar sentirnos desasosegados, como si la vida no pudiera aportarnos otra cosa que problemas y contratiempos.

En estos casos es cuando más debemos recurrir a nuestra fuerza interior y cultivar desde ahí una actitud positiva que nos permita ver la vida desde otro prisma. Para ello podemos:

1. PENSAR EN TODO LO BUENO

Dar gracias a la vida por todo lo bueno que hemos conseguido hasta el momento y por permitirnos disfrutar de nuestra pareja, hijos, padres y amigos es un acto de reverencia que no deberíamos perder de vista en momentos difíciles.

Seguramente mediante este ejercicio encontraremos buenas razones por las que seguir en pie.

2. AFRONTAR LOS PROBLEMAS

Hay que situar el problema frente a nosotros y analizar si realmente es tan importante como para minar nuestro estado de ánimo e impedirnos ser felices.

3. SONREÍR

Ver el lado cómico de las situaciones, por muy espinosas que éstas sean, y optar por la sonrisa es una de las formas más inteligentes de alejar las preocupaciones.

Sonreír facilita una comunicación más fluida con los demás, pero, sobre todo, hacerlo en los peores momentos implica ganarse a uno mismo.

Quizá las sonrisas del Buda o la Mona Lisa expresan algo de eso.

4. AYUDAR

Ofrecer lo mejor de nosotros actúa como un potente antidepresivo, ya que de alguna manera dejamos de centrarnos en nuestros pesares al entender que no son la única cuestión importante.

5. DESARROLLAR LA CREATIVIDAD

Satish Kumar, famoso pacifista y director de la revista de ecología Resurgence, comentaba que si queremos disfrutar de una vida más positiva debemos cambiar los parámetros de productividad, éxito y dinero por los de creatividad y calidad.

Creo que no se equivocaba, ya que sólo sintiéndonos satisfechos con lo que somos, realizamos y tenemos podemos experimentar una verdadera felicidad.

6. DIVERTIRSE

Ya sea en la naturaleza, en compañía, haciendo aquello que más nos gusta (viajar, hacer excursiones, leer, pintar, bailar... ) y también en el trabajo y en la rutina cotidiana es fundamental para mantener la ilusión que nos movía cuando éramos niños y exprimíamos al máximo el presente. 

7. Saludar al nuevo día

Salir de la cama sin prisas (podemos adelantar algo el despertador) y abrir la ventana de par en par, dejando que el aire de la mañana nos envuelva y oxigene, es una saludable manera de recibir el día, pero adquiere mayor fuerza si se convierte en un ritual cotidiano con el que detenernos a apreciar el hecho de estar vivos y prepararnos para descubrir un día irrepetible.

Mientras realizamos una respiración pausada y profunda ante la ventana abierta o nos regalamos una ducha vivificante, podemos repetir en voz alta o mentalmente aquellas afirmaciones positivas que mejor respondan a nuestra situación y expectativas.

Por ejemplo: "Hoy pienso tener un buen día. Voy a hacer lo posible por vivirlo intensamente conmigo mismo y con los demás".

Aunque pueda parecer un acto simplón e inocente, los mensajes positivos, al igual que los negativos, quedan alojados en nuestro subconsciente y se reflejan en nuestras actitudes y en nuestra manera de actuar.

8 .EstiraMIentos de pie

Tras la inactividad de la noche, realizar este ejercicio de estiramiento ayuda a distender la columna, eliminar la rigidez de los músculos, estimular el riego sanguíneo del cerebro y, sobre todo, a cargarse de energía.

Los movimientos deben ser suaves y lentos, dejando que cada uno dé paso al siguiente.

  1. De pie, con los pies un poco separados, juntamos la manos, en actitud de oración.
  2. Inspiramos levantando los brazos hacia arriba e inclinando el cuerpo hacia atrás, manteniendo la cabeza alineada con los brazos. Estiramos los dedos. 
  3. Espiramos y nos doblamos hacia delante por la cintura, con la espalda recta. Apoyamos las manos en el suelo flexionando las rodillas si es necesario.
  4. Apoyando las manos en el suelo, espiramos y deslizamos los pies hacia atrás. Levantamos los glúteos tocando el suelo con los taIones. Mantenemos cabeza y espalda en línea recta, con los abdominales hacia dentro.
  5. Inspiramos y colocamos el pie derecho entre las manos para realizar una profunda flexión, apoyando la rodilla izquierda en el suelo. Miramos al frente. Repetimos el ejercicio con la otra pierna.
  6. Espiramos y levantamos las caderas. Luego recogemos el pie izquierdo para juntarlo con el derecho. Flexionamos las rodillas si es necesario para mantener las manos apoyadas en el suelo.
  7. Inspiramos y regresamos a la posición inicial manteniendo la espalda rec ta. Levantamos los brazos por encima de la cabeza, espiramos y volvemos a colocar la manos en actitud de oración.

9. Respirar y ganar luCIdez

A diferencia de otras técnicas de respiración del yoga, ésta es rápida y rítmica y está pensada para obtener energía y lucidez por la mañana.

Hay que concentrarse en el acto de espirar, que es fuerte y bombeante, y olvidarse de las inspiraciones, que se producirán de manera automática.

  • Nos sentamos en el suelo con las piernas cruzadas o en una postura cómoda. Hacemos un par de inspiraciones normales y después inspiramos por la nariz haciendo llegar el aire hasta el abdomen.
  • A continuación espiramos bruscamente por la nariz. Podemos imaginar que la fuerza del aire es suficiente para apagar las velas de una tarta de cumpleaños.
  • Para hacerlo debemos contraer los músculos abdominales: el diafragma se elevará de inmediato (colocando una mano sobre las últimas costillas notaremos cómo se mueve).
  • Dejamos que los abdominales se relajen un instante, y, al hacerlo entrará aire en los pulmones.
  • Repetimos la espiración brusca seguida de la inpiración automática cuatro veces, en estallidos rítmicos.
  • Cuatro inspiraciones cuentan como una serie, así que procuramos realizar un total de cuatro series, volviendo a respirar luego de forma normal y disfrutando un rato de la sensación de quietud y claridad mental.
  • Finalmente, estiramos el cuerpo y comenzamos la jornada.
  • Como es una respiración rápida no se recomienda su práctica a las mujeres embarazadas o a las personas con problemas cardiovasculares, hipertensión arterial, depresión, ataques de pánico, ansiedad, epilepsia, diabetes o aquellas que hayan sido intervenidas quirúrgicamente en un tiempo reciente.

10. EXPerIMentar el taichí

En los parques chinos es habitual practicar taichí por la mañana.

Se trata de una secuencia de posturas que se realizan con movimientos fluidos y encadenados. Su práctica fortalece los músculos, estimula el flujo de energía vital por todos los canales del cuerpo, favorece la respiración regular y produce un estado de alerta relajada que resulta excelente para abordar el día.

Lo idóneo es aprender con un maestro, pero podemos practicar este sencillo ejercicio:

  1. Nos ponemos de pie, con los pies separados y los brazos en los costados.
  2. Inspirando, levantamos el brazo izquierdo por el codo hasta que quede paralelo al suelo. La palma de la mano debe mirar hacia el centro del pecho.
  3. Colocamos la palma de la mano derecha contra la izquierda, con el codo derecho apuntando al suelo, y extendemos el pie izquierdo adelante. Mientras espiramos usamos la palma derecha para empujar contra la izquierda, más allá del pie izquierdo.
  4. Con la mano izquierda, presionamos la derecha hacia el pecho. Inspiramos y volvemos a colocar el peso sobre el pie derecho.
  5. Terminamos la acción erguidos, con los pies paralelos y separados, manteniendo la misma anchura que los hombros, y llevando los brazos a los costados, con los codos flexionados y las palmas mirando hacia delante.
  6. Espiramos y repetimos esta secuencia completa cinco veces, alternando la posición de las manos. 

11. PaSear por eL bosque, la playa o el parque

Caminar por la mañana por algún paisaje naturalcercano a casa o, si no es posible, por alguno de los parques de la ciudad, resulta muy benefi cioso para la salud.

En el plano físico moviliza la energía corporal, reduce el nivel de estrés gracias a la acción de hormonas reguladoras de la ansiedad, tonifica el organismo y oxigena y limpia los pulmones.

En el ámbito de las emociones, nos pone en contacto con un entorno amable antes de comenzar la actividad, preparándonos para encarar el día con mayor optimismo: la presencia de los árboles y pájaros eierce un efecto revitalizante) y saliendo de la rutina casa-trabajo-casa.

Además, mientras caminamos podemos realizar un potente ejercicio de "meditación en movimiento", dejando fluir nuestros pensamientos sin detenernos en nada concreto.

Slmbólicamente, avanzar también implica dejar atrás lastre y preocupaciones, y qué mejor que hacerlo ya de buena mañana.

12. Practicar un Mudra energizante

Los mudras son gestos sagrados practicados con las manos que actúan de forma similar al yoga, y que movilizan de forma muy precisa la energía en el interior del cuerpo, serenando la mente.

El mudra del vigor, por ejemplo, activa los puntos que nos dan impulso, pero sin ponernos nerviosos, así como otros que previenen la depresión y la ansiedad.

También favorece la vejiga y las glándulas hormonales, y ayuda en los cambios de humor y la menopausia.

Podemos practicarlo al despertar:

  • Nos preparamos frotando enérgicamente las palmas de las manos entre sí, y a continuación, el dorso de la mano izquierda con la mano derecha, y el dorso de la mano derecha con la izquierda. Al terminar las frotación, las manos deben estar bien calientes.
  • Luego, entrecruzamos los dedos, giramos las palmas hacia fuera y levantamos enérgicamente los brazos por encima de la cabeza.
  • Con la inspiración extendemos los brazos, y con la espiración colocamos las manos con las palmas sobre el pecho si sufrimos fatiga emocional, y en caso de agotamiento mental sobre la parte posterior de la cabeza o con el dorso de las manos sobre la frente, dejándolas reposar.
  • Mientras se practica este mudra conviene llevar la atención a la zona de la frente. La respiración será profunda, lenta, rítmica y suave.

13. Meditación sin leVantarsE

En la tradición budista tibetana existe un ejercicio para iniciar el día de forma positiva que consiste en regalarse a uno mismo un tiempo para despertar sin sobresaltos y relajarse, aunque sean cinco minutos.

Consiste en atender a la sensación de cal idez y serenidad que nos envuelve bajo las sábanas. Sentiremos que esa calma llena nuestros pies y piernas, se extiende al abdomen y el pecho, se recrea sobre nuestros ojos y frente.

Nos fijaremos en la respiración pensando que cada célula respira también esa energía cálida y serena.

Realizar este ejercicio hará que el resto del día sea más cálido y sereno y contribuirá a que nuestra vida, por extensión, también lo sea.