La cara está llena de pequeños músculos que podemos ejercitar. Trabajando esos músculos de forma ordenada podemos reafirmar la piel, prevenir la aparición de líneas de expresión e incluso reducir la presencia de arrugas. Pero si además ponemos en ello toda nuestra atención, coordinando estos ejercicios antiarrugas con la respiración, los beneficios van más allá.

Es la base del yoga facial por el que se apasionó la canaria Diana Bordón, autora del libro Yoga facial: otra belleza es posible. Empezó preocupada por prevenir sus arrugas y acabó viajando por el mundo formándose en una gran variedad de técnicas orientales, desde meditación vipassana hasta masaje tailandés, masajes faciales con piedra de jade o reflexología facial. También viajó a Nueva York para formarse con Annalise Hagen, pionera de esta disciplina en Estados Unidos.

Esta amplia y ecléctica formación le permitió, con los años, desarrollar su propio método de gimnasia facial, al que llamó Facial Yoga Plan, un método con un enfoque holístico que, además de rutinas de ejercicios para trabajar directamente sobre el músculo y tonificarlo, da mucha importancia a la respiración e incluye diferentes técnicas de automasaje facial, tanto manual como con rodillo de jade o con guasha (una piedra de cuarzo empleada en medicina china).

Diana Bordón es, además, formadora en yoga facial y por sus cursos han pasado ya diez mil personas en España. Junto a los ejercicios para reafirmar la piel de la cara y el cuello, ha desarrollado también ejercicios para mejorar la salud del cabello y ejercicios específicos para la fisonomía masculina.

El yoga facial, más que ejercicios para los músculos de la cara

¿En qué consiste el yoga facial?
–Una de las partes del cuerpo que más reflejan el paso de los años es la cara. Todos somos conscientes de que, si no ejercitamos el cuerpo, los músculos se vuelven flácidos y se debilitan. Pues bien, lo mismo sucede con los músculos de la cara. Con el yoga facial trabajamos sobre un principio básico: los músculos de la cara no son diferentes a los del resto del cuerpo, simplemente son más pequeños.

Para ejercitarlos, además de rutinas de ejercicios para trabajar directamente el músculo y tonificarlo, podemos recurrir a diferentes técnicas de automasaje facial tanto manual como con rodillo de jade y Guasha. Y siempre desde el cuello hasta la frente. Realizar ejercicios sueltos no da resultados: la cara hay que tonificarla por igual, porque los músculos faciales son como una red y están unidos.

Tú has creado tu propio método… ¿de dónde vienen las técnicas que aplicas?
–Sí, lo llamo Facial Yoga Plan, que ayuda acuidar el rostro, oxigenar el cuerpo y mejorar la salud combinando diferentes métodos ancestrales de salud y belleza: Kobido, guasha, rodillo de jade, respiración consciente pranayama, acupuntura…

Todas estas técnicas funcionan por separado, pero mi método, y mi reto, es haberme formado en todas ellas viajando por el mundo y unificarlas para que, de forma ordenada, trabajen en su medida justa los diferentes paquetes micromusculares del rostro. Así se logra una tonificación armónica.

"Mi reto fue unificar todas estas técnicas para que trabajen en su justa medida diferentes paquetes micromusculares del rostro."

¿Por qué hablamos de "yoga"? ¿Dirías que estos ejercicios son más que simple ejercicio físico?
–Me alegra muchísimo que me hagan esta pregunta porque hasta ahora nunca me lo habían hecho y te voy a contestar con todo el cariño y con toda la ilusión.

El yoga facial que propongo es más que ejercicio físico para no envejecer. Es una forma de vida, una rutina diaria que, al igual que el yoga corporal, conecta con nuestro interior. En este caso, nos conecta con la belleza interior: no solo se hacen movimientos que tonifican los músculos, se aprende mediante respiraciones conscientes a conectar la mente con las expresiones faciales, con las emociones.

Aprender a respetar el rostro y tomar conciencia de sus expresiones ayuda incluso a mejorar las emociones...

–¿De qué modo puede el yoga facial mejorar las emociones?
–Para ponerte un ejemplo, imagínate que empiezas una clase de yoga porque no tienes fuerza en la espalda y te duele el cuello y andas con los hombros caídos. Una vez que empiezas a practicar tus asanas de yoga y llevas un tiempo, tomas consciencia de tu cuerpo y de tu postura, y dejas de andar con los hombros caídos y colocas tus omoplatos en su sitio de manera consciente y controlada.

Lo mismo sucede cuando empiezas a prácticas yoga facial: pasas de no tener el control de tus músculos faciales, de hacer movimientos involuntarios a controlar y poder dar tú la orden a tus músculos faciales de cómo quieres que se coloquen.

Sin duda, con la práctica, tanto de los ejercicios como de los masajes, te conectas a través de tus manos directamente con la energía de tu rostro. Esto, sumado con la respiración, te ayuda cada día, poco a poco y sin darte cuenta, a conectar con tu fuerza interior, con el amor hacia ti misma.

Al final, no se trata solo de tener una buena apariencia física: el rostro debe ser un reflejo de nuestro corazón.

Ejercitar los músculos faciales para reducir las arrugas

–El pilar del yoga facial es la tonificación muscular. ¿Por qué deberíamos preocuparnos de tonificar los músculos de la cara?
–Tonificar los músculos faciales es igual de importante que tonificar los músculos del cuerpo. Unos orbiculares bien tonificados, una frente bien durita y un cuello bien firme es lo mismo que trabajar bíceps o glúteos.

Hay la opción de no hacerlo y ver cómo la flacidez gana la batalla o bien trabajar la musculatura facial y conseguir un mejor tono, con una piel adherida al músculo y un músculo colocado en su sitio para evitar la aparición de arrugas. Las líneas de expresión aparecen cuando el músculo está debilitado y flácido.

La mayoría de las personas se acercarán al yoga facial pensando en prevenir o eliminar las arrugas. Pero ¿tiene el yoga facial algún otro efecto sobre la piel, más allá de volverla más tersa por la tonificación muscular?
–El yoga facial rejuvenece, activa y tonifica los músculos de la cara y previene la flacidez y la aparición de arrugas. Pero también relaja y libera el estrés, mejora la respiración y mejora la circulación de la sangre y el oxígeno que circula por nuestro rostro.

–Una de las variantes del yoga facial es el yoga capilar… ¿Cómo pueden las técnicas del yoga facial favorecer el cuidado del cabello?
–Considero que la zona de la cabeza ha sido la gran olvidada. Nos hemos preocupado mucho por la limpieza, por la hidratación del rostro…, pero nunca se ha tocado lo suficiente el cuero cabelludo. Por eso debemos también tomar conciencia de esta zona de nuestro cuerpo: en ella también acumulamos tensión, estrés y emociones. Y de ella depende, además, la calidad y salud de nuestro pelo.

El yoga capilar, mediante la concienciación de esta zona con masajes, permite oxigenar y estimular el riego sanguíneo.

"En el cuero cabelludo también acumulamos tensión, estrés y emociones."

¿Podrías recomendarnos un ejercicio para empezar a practicar?
–Para empezar a practicar un solo ejercicio no es adecuado. La cara está compuesta por un conjunto de músculos que, además, se entrelazan y se apoyan entre ellos. Mi método, el Facial Yoga Plan precisamente se caracteriza y diferencia por su enfoque holístico, en el que se trabaja el todo, y no la parte, para lograr una belleza duradera y armónica a través de toda la musculatura facial, la piel y la respiración. Y se hace trabajando los músculos desde el cuello hasta la frente, para poder tener los resultados óptimos según el rango de edad.

Lo que sí podemos hacer, una vez nos hemos iniciado en el yoga, es centrarnos en diferentes partes del rostro. Por ejemplo en la mirada, que ahora con la mascarilla estamos forzando mucho. Para ello puedes probar mi método ERE: Eleva la mirada, Rellena patas de gallo y Elimina bolsas (ver recuadro al final de esta entrevista).

¿El yoga facial es mejor hacerlo por la mañana o por la noche?
Cada persona es diferente y lo importante es encontrar una rutina fija. Además de los ejercicios, los masajes son parte importante del yoga facial.

Para los masajes recomiendo crear una atmósfera placentera, por ejemplo, por la noche, después de haber limpiado e hidratado la piel para los masajes faciales, porque además de aportar luminosidad realizan un trabajo en la relajación muscular y mental.

¿Con qué frecuencia hay que practicarlo?
–Todo el mundo puede realizar los sencillos ejercicios del yoga facial: solo se necesitan entre diez y quince minutos al día, 4 veces por semana. El descanso es fundamental también. El músculo facial debe descansar como el del resto del cuerpo cuando se ejercita.

Se puede practicar frente al espejo, en el coche, viendo la tele. Con práctica y constancia se notan los resultados como en cualquier actividad física. Cuanto más mayor sea uno habrá que dedicarle más tiempo, claro, y los resultados llevarán unos meses de práctica, como en cualquier actividad física, pero llegan, con una mayor tonificación facial y bienestar de la piel. Y nunca es tarde para empezar.

"El descanso es fundamental también. El músculo facial debe descansar como el del resto del cuerpo cuando se ejercita"

¿Y a partir de qué edad sería recomendable empezar?
Si empezamos con 30 años, como empecé yo, lo que harás será mantener tu tono muscular tonificado, como congelado en el tiempo. Si comienzas con 45 y ya notas los efectos de la flacidez, con la práctica empezarás a recuperar el tono muscular y eso te ayudará a suavizar las líneas de expresión y recuperar la firmeza de la piel.

Cuanto antes empieces, sin duda, los efectos serán más visibles en menos tiempo, con lo cual podríamos empezar incluso desde los 25 años en adelante.

Pero para ver los resultados hay varios factores, y uno es la edad. También la constancia. Esto no es una varita mágica. Es igual que cuando vas al gimnasio: si comienzas con 30 años y vas 3 o 4 veces por semana, en tres meses ya empiezas a notar los resultados, de un abdomen más fuerte, más resistencia… Si entras con 40, vas a necesitar unos 6 meses de entrenamiento y, si pasas de los 50, tu musculatura está más debilitada y le llevarán más meses ponerse en forma.

Yo animo siempre a empezar desde ya: no importa la edad que tengas, lo importante es que empieces con la rutina de ejercicios y seas constante.

¿Se necesita alguna herramienta?
No, solo necesitas tener la piel bien hidratada y tus manos. Es la base: usar nuestras manos para realizar los ejercicios de resistencia y tonificación, al igual que los masajes faciales. Y sobre todo ser constante con la rutina para poder ver los resultados en pocas semanas.

Si queremos potenciar los resultados de la práctica, entonces podemos incluir en la rutina por la noche el uso del rodillo de jade y lo acompañamos con el guasha. Pero quiero dejar claro que el uso del rodillo de jade y el guasha, sin un buen entrenamiento facial, no tonifica el músculo, como se está escuchando, y tampoco conseguirá mitigar las arrugas si la musculatura continúa debilitada. Las herramientas de rodillo y guasha son un complemento al entrenamiento facial.

Método ERE: ejercicios de yoga facial para reafirmar el contorno de ojos

El método ERE de Diana Bordón forma parte de su Yoga Facial Plan y consiste en una serie de ejercicios que inciden específicamente en el contorno de ojos. ERE son las siglas de: Eleva la mirada, Rellena las patas de gallo, Elimina bolsas.

Para elevar la mirada:

  1. Apoya los dedos corazón e índice estirados, justo encima de las cejas (en el medio) y ejerce una leve presión.
  2. Abre y cierra los ojos notando la resistencia de los dedos que impiden que las cejas puedan subir.
  3. Repite este movimiento en 3 series de 15 parpadeos.

Para rellenar las patas de gallo:

  1. Coloca los dedos índice y pulgar en los laterales de los ojos en la zona de las patas de gallo ejerciendo una ligera presión. Al abrir y cerrar los ojos, se genera una resistencia que impide que se cierren con facilidad; ahí trabaja el músculo.
  2. Repite este movimiento en 3 series de 15 parpadeos.

Y para eliminar bolsas:

  1. Coloca los dedos índice y corazón en forma de V sobre la ceja y en el párpado inferior, sin tocar las bolsas. Ejerce una leve presión.
  2. Abre y cierra los ojos mientras que los dedos en forma de V hacen resistencia al músculo orbicular inferior, con mucha suavidad.
  3. Repite este movimiento en 3 series de 15 parpadeos.