Es difícil realizar una rutina facial con muchos productos diferentes. Si sigues la secuencia correcta a la hora de cuidar tu rostro, maximizarás la eficacia de los productos.

Por eso te ofrecemos instrucciones para pieles normales y te mostramos todo lo que necesitas. Por supuesto, puedes ampliar la lista y adaptarla a las necesidades individuales de tu piel.

¿cuáles son los beneficios de limpiar tu rostro?

La grasa, la suciedad y los residuos de maquillaje obstruyen los poros e impiden que la piel absorba eficazmente los principios activos de los cosméticos.

Por eso la limpieza debe ser una parte integral de tu rutina de cuidado de la piel tanto por la mañana como por la noche.

1. Limpia tu rostro  (mañana y noche)

Toma un gel limpiador, aceite limpiador o bálsamo limpiador y aplícalo sobre la piel del rostro con suaves movimientos circulares. Enjuaga el residuo con agua tibia y luego seca tu cara suavemente con una toalla o un paño limpios.

Los geles ligeramente espumosos son especialmente adecuados para pieles propensas a las impurezas. Con ellos podrás eliminar el exceso de sebo en el primer paso sin resecar la piel.

Si tienes la piel seca o sensible o si usas maquillaje resistente al agua y de larga duración, lo mejor es utilizar un aceite limpiador o un bálsamo limpiador. Gracias a su textura, es especialmente suave y al mismo tiempo desmaquilla en profundidad. Si tienes la piel muy sensible, basta con agua para limpiarla por la mañana.

2. Exfolia (por la noche)

Después de la limpieza, utiliza un peeling adicional una o dos veces por semana. También en este caso, aplica el producto sobre la piel con movimientos circulares. Dependiendo de las instrucciones de uso, es posible que tengas que retirar el peeling con agua.

Los peelings limpian la piel profundamente. Eliminan las células muertas, garantizan un brillo inmediato y dejan una sensación de piel flexible.

Pero ten cuidado, exfoliar con demasiada frecuencia puede alterar la barrera cutánea natural y resecar la piel. Por lo tanto, utiliza exfoliaantes suaves y naturales, solo una o dos veces por semana.

3. aplica el tónico facial (mañana y noche)

Vierte un poco de tónico en un algodón y aplícalo en tu cara. Asegúrate de evitar la zona sensible alrededor de los ojos.

Después de la limpieza, un tónico facial resulta resfrescante y antiinflamatorio. Pero un buen tónico facial puede hacer aún más: aporta a la piel ingredientes activos nutritivos, equilibra el valor del pH y la hace más receptiva a la próxima rutina de cuidado.

Sin embargo, muchos tónicos faciales contienen alcohol. Si tiendes a tener la piel seca o sensible, debes evitar las fórmulas que contengan alcohol.

4. ponte el sérum  (mañana y noche)

Aplica un poco de tu suero favorito en tus palmas y masajéalo en tu piel. Espera hasta que el suero se absorba por completo antes de continuar con el siguiente paso.

5. Cuidado de los ojos (mañana y noche)

Aplica un poco de crema para el contorno de los ojos en el dedo anular y aplícalo suavemente. Realiza muy poca presión, ya que la piel alrededor de los ojos es muy fina y sensible.

 Los productos enriquecidos con ácido hialurónico o colágeno pueden prevenir las arrugas y las ojeras y proporcionarte una apariencia fresca y radiante.

6. Hidratación (mañana y noche)

Con este último paso se potencia la acción de los productos anteriores, además de cumplir con el objetivo de la hidratación. Aplica generosamente tu crema hidratante y no olvides el cuello y el escote.

Dependiendo de la hora del día, tu piel necesita diferentes niveles de vitaminas, nutrientes e hidratación. Por la mañana basta con una capa fina de crema hidratante. Por la noche, sin embargo, conviene ser más generoso para que nutra y regenere la piel.

7. Protección solar (mañana)

Por último, pero no menos importante, aplícate protector solar natural en la cara, el cuello y las orejas si vas a pasar el día fuera. Si hace sol, para una protección eficaz, elige un factor de protección solar alto, de al menos 30.

¿por qué es importante el orden?

Debes prestar atención al orden correcto en tu rutina facial porque si se aplican incorrectamente, los productos pueden "bloquearse" entre sí y no se conseguirán los resultados esperados.