Si hablamos de salud, tenemos que hablar de movimiento. El movimiento es necesario para la salud, es más, el movimiento es un motor de la salud física. El cuerpo, de hecho, "se regenera" a través del movimiento.

Antes de entrar en materia me gustaría distinguir entre movimiento y deporte. Son dos conceptos a menudo metidos en un mismo saco, y que no son sinónimos, en absoluto. El deporte puede ser saludable o no. El movimiento siempre es saludable.

Definición de deporte: “Actividad física, ejercida como juego o competición, cuya práctica supone entrenamiento y sujeción a unas normas”. La actividad física a priori, es saludable, el problema surge en cómo la enfocamos: como juego o como competición. La imagen de las personas en los gimnasios, sudando, esforzándose, es habitual. Hay poco de juego y mucho de competición, de competición contra una misma.

¿Eso es malo? No necesariamente, aunque es un tanto excluyente. Un cuerpo puede ser llevado al extremo sin riesgo ni lesiones, pero esa norma no rige para todo el mundo, ni para todas las edades, ni para todos los cuerpos. Además, no a todo el mundo le gusta sufrir o esforzarse. Además el deporte se realiza en un sitio concreto (el gimnasio o la pista deportiva) y requiere "vestirse de deportista".

Por otra parte, se compra la idea de que correr (actualmente “running”) es la manera saludable de hacer deporte sin tener que pagar la cuota del gimnasio. ¿Qué pasa si no me gusta sufrir o esforzarme o no puedo correr? ¿Se acaban las opciones? En absoluto

El movimiento es vida, la vida es movimiento

Este concepto es un punto de partida: la Vida se expresa a través del movimiento y el movimiento genera Vida.

  • Las articulaciones necesitan movimiento para “autolubricarse”
  • Los intestinos necesitan movimiento para estimular el peristaltismo y desplazar el bolo alimenticio.
  • Los músculos necesitan movimiento para mantenerse fuertes y sanos.
  • Los huesos necesitan movimiento para evitar la osteoporosis.
  • El corazón necesita movimiento para mover la sangre…

El cuerpo entero necesita movimiento para funcionar correctamente.

Cómo beneficia el movimiento a las articulaciones

Quiero detenerme en las articulaciones. La mayoría de articulaciones del cuerpo están protegidas por una cápsula articular. Esta cápsula aísla totalmente el interior de la articulación del exterior. Podemos imaginar esa cápsula como una naranja a la que le entra un hueso por cada lado y en su centro se encuentran los dos huesos, articulándose entre ellos.

Los extremos de los huesos están protegidos por cartílago, una sustancia nacarada, especialmente diseñada para soportar el roce, la fricción. El cartílago es un tejido más que peculiar, no tiene inervación ni vascularización, es decir, no se alimenta a través de la sangre como el resto de los tejidos y estructuras.

El cartílago se alimenta del líquido sinovial que llena el interior de las cápsulas articulares; por lo tanto, la calidad del líquido define la calidad de vida del cartílago.

¿Como podemos renovar, es decir, enriquecer el líquido sinovial? A través del movimiento.

Las paredes interiores de la cápsula están tapizadas por una membrana (membrana sinovial) que segrega líquido articular a demanda. Cada movimiento, ya sea grande o pequeño, produce un estímulo en la cápsula articular. Cada estiramiento, giro, compresión, tracción que recibe la articulación, se traduce en estímulo sobre la membrana, que segrega líquido articular, que a su vez lubrica y nutre los cartílagos. El movimiento estimula la producción de lubricante que facilita, a su vez el movimiento: el movimiento genera movimiento.

El pequeño movimiento genera el gran movimiento

Este es un concepto básico y muy desconocido. Vivimos en una sociedad rápida y competitiva, que valora más la cantidad que la calidad. El movimiento no es una excepción. Nuestra mente funciona con valores tipo o todo o nada: si me duele un hombro y no puedo levantar el brazo hasta el techo, mejor no lo muevo; error.

El cuerpo está hecho de pequeñas células, absolutamente sensibles a los pequeños movimientos. Para el cuerpo, un movimiento pequeño ya es estímulo suficiente para lubricar la articulación.

Si me duele la articulación del hombro debería hacer movimientos pendulares pequeños y sin dolor, estos movimientos ayudarán a regenerar el cartílago y a lubricar la articulación. Hay que confiar en los tiempos del cuerpo, estimularlo pero no maltratarlo: lo pequeño crece, lo grande bloquea

Háblame de tus posibilidades, no de tus limitaciones

Finalmente, otro concepto que aleja el movimiento saludable de las personas es el foco. Tendemos a poner el foco en lo que no podemos hacer: "No puedo mover el brazo, me duele la cadera, no puedo girar el cuello…”. Este enfoque es limitante y frustrante.

Deja de pensar en lo que no puedes hacer y explora tus posibilidades. El cuerpo es una unidad. Un pequeño movimiento en un extremo crecerá y “contaminará”, poco a poco a su entorno. La clave es no asustar a los tejidos.

¿No puedes mover un brazo? Mueve el otro.

¿No puedes moverlo mucho? Muévelo poco.

¿No puedes girar hacia un lado? Gira hacia el otro.

Vas en silla de ruedas… mantén los brazos activos.

Estás en una cama… mueve los pies, haz ejercicios de respiración, mueve las manos…

Resumiendo: el movimiento es clave para la salud del cuerpo. El movimiento pequeño es tan efectivo como el grande. Mueve el cuerpo, no te pelees con él.
Busca lo que puedes hacer, olvida lo que no puedas hacer.

¿Sabes cuál es la actividad que mueve todas las articulaciones del cuerpo? Caminar… simplemente camina, a tu ritmo; el cuerpo hará el resto.