Hace tiempo que los disruptores endocrinos están en el punto de mira y cada vez es mayor la evidencia que confirma que suponen un importante riesgo para la salud. Así se ha confirmado en el 64º Congreso de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) que se celebra estos días en Barcelona.

 

¿Qué son los disruptores endocrinos?

Los disruptores endocrinos son sustancias químicas naturales o artificiales que pueden interferir con el funcionamiento de nuestro sistema endocrino, responsable de producir y regular hormonas claves para diversos procesos fisiológicos del cuerpo (como el crecimiento, el desarrollo, el metabolismo o la reproducción). Los disruptores endocrinos pueden imitar, bloquear o interferir nuestras hormonas naturales, algo que puede tener consecuencias para la salud. Entre los más conocidos están el bisfenol A (BPA), los ftalatos o los perfluorados (PFC).

Los disruptores endocrinos están presentes en muchos productos de uso cotidiano, como algunos cosméticos, envases de alimentos y bebidas, juguetes, detergentes, pesticidas... En este sentido, Ángel Nadal, catedrático de fisiología en la Universidad Miguel Hernández de Elche (Alicante),  hace referencia a una lista de la Unión Europea contempla más de 500 compuestos que son disruptores endocrinos o sospechosos de serlo a los que todos estamos expuestos.

La exposición a los disruptores endocrinos puede ocurrir de diferentes formas, a través del aire, la alimentación, la piel y el agua.

Riesgos de los disruptores endocrinos

La exposición a estas sustancias químicas que alteran el sistema endocrino, incluso a dosis bajas, puede alterar sistemas sensibles de nuestro cuerpo, provocar problemas de salud y agravar enfermedades que ya se padecen.

“Los disruptores endocrinos aumentan la probabilidad de desarrollar determinadas enfermedades como la Obesidad, la Diabetes, los cánceres hormono dependientes como el de próstata o el de mama, alteraciones del aparato reproductor masculino y femenino pudiendo causar infertilidad, así como alterar la función de la glándula tiroides, asegura Nadal.

En este sentido, el Dr. Javier Escalada, presidente de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) y director del departamento de Endocrinología y Nutrición de la Clínica Universidad de Navarra, recuerda que, de acuerdo con la Sociedad Europea de Endocrinología, “más de 1500 sustancias químicas presentes en plásticos contribuyen a la aparición de cánceres endocrinos, obesidad, diabetes, enfermedades tiroideas, osteoporosis e infertilidad”.

Disruptores endocrinos en el embarazo y la infancia

Los efectos de la exposición a los disruptores endocrinos son especialmente preocupantes durante el embarazo, un periodo en el que se está produciendo mucha expresión de genes.

“Durante el periodo fetal su acción es más crítica y puede producir efectos que se mantengan durante toda la vida e igualmente sucede durante la infancia, al menos los primeros 3 años, lo que no significa que cuando somos adultos no puedan ser perjudiciales o incluso en edades avanzadas”, indica Nadal.

Cómo evitar los disruptores endocrinos

Los disruptores endocrinos, como hemos mencionado, están presentes en multitud de productos cotidianos. Para evitarlos, ten en cuenta estas claves:

  • Evita los alimentos envasados en plástico, en especial alimentos grasos en contacto directo con el plástico porque hay migración.
  • Opta por los envases de vidrio o acero inoxidable en lugar de los de plástico.
  • No calientes los recipientes de plástico con comida dentro.
  • Evita utilizar recipientes de plástico durante mucho tiempo.
  • No laves los recipientes de plástico en el lavavajillas.
  • Bebe agua del grifo en lugar de embotellada
  • Opta preferentemente por la comida orgánica (sin pesticidas).
  • Abre las ventanas para ventilar la casa durante 10 o 15 minutos al día para eliminar los disruptores endocrinos volátiles.
  • Evita los productos cosméticos y de cuidado personal que contengan ftalatos, parabenos y triclosán.

A parte de estas medidas que podemos tomar cada uno de nosotros individualmente en nuestros hogares, los endocrinólogos destacan la importancia de que las autoridades nacionales y europeas tomen medidas para prohibir determinados compuestos presentes en comidas, bebidas y otros productos que actúan como disruptores endocrinos. No es una tarea fácil pues, tal como explica Nadal, “hay más de 100.000 compuestos químicos en el mercado y se liberan nuevos todos los años”.