La miopía en los niños y adolescentes está relacionada en un 50% por su estilo de vida, según la profesora Bettina Wabbels, responsable del departamento de oftalmología pediátrica en la Clínica Universitaria de Bonn.

Las pantallas de móviles, tablets y ordenadores hacen que la vista de los niños permanezca enfocada en una distancia cercana y concentrada en un campo de visión reducido. En los niños menores de 3 años el efecto es especialmente grave. El globo ocular se alarga y cuando crece de esta manera ya no se encogerá nunca más.

Las pantallas están aumentando los casos de miopía entre los niños

En Alemania, la mitad de los chicos jóvenes ya llevan gafas. En muchos países asiáticos la proporción ya ha llegado a un espeluznante 95%. La miopía no sólo implica el uso de gafas o lentillas de por vida, sino que aumenta el riesgo de padecer enfermedades de la retina y cataratas.

Las recomendaciones de Wabbels son claras:

  • Hasta los 3 años un niño no debiera mirar nunca una pantalla.
  • Hasta los 6 años se recomienda un máximo de 30 minutos diarios.
  • Hasta los 10 años, no más de una hora.
  • Entre los 11 y los 18, dos horas.

Además del tiempo que se pasa observando las pantallas, otro factor que influye sobre los ojos es la distancia. Como norma general, cuanto más cerca está la pantalla, peor. Por eso, el móvil y la tablet son más dañinos que la televisión.

La miopía no es el único problema que causan las nuevas tecnologías.

Cuando los niños pequeños juegan con frecuencia con el móvil, la tablet o la consola no solo sufre el ojo. Su experiencia sensorial y cognitiva durante ese tiempo es muy limitada. Se encuentran en un mundo prediseñado de dos dimensiones dimensiones. En ese mundo sufre el desarrollo de su capacidad espacial y la capacidad imaginativa.

Por otra parte, el cambio constante entre visión más cercana y lejana potencia la visión borrosa y el bizqueo. A todo ello se suma la irritación ocular y el ojo seco.

La luz azul quita el sueño

La tecnología LED de las pantallas emite luz azul que inhibe la producción de melatonina, la hormona del sueño y la regeneración nocturna. Los expertos recomiendan no mirar las pantallas en las dos horas previas al sueño y que las pongamos en modo nocturno. Estas recomendaciones valen tanto para los niños como para los adultos.

En el fondo, las pantallas son como las golosinas. Gustan mucho a los niños, que no se ponen límites a sí mismos, por eso los padres deben establecerlos. Móviles, tablets y consolas deben estar al alcance de los niños solo durante un tiempo limitado. El resto del día tienen el aire libre y otros juegos para aprender a vivir.