Diarrea, fatiga, gases, dolor e hinchazón abdominal, picor en el ano, náuseas o pérdida de peso pueden ser síntomas de que tenemos parásitos intestinales, aunque también pueden no dar ninguna molestia... hasta que, si se trata de lombrices, un día nos llevamos el susto ¡y las vemos!

Existen diferentes tipos de parásitos intestinales. Las lombrices o "helmintos" son los más frecuentes, en especial los oxiuros (pequeños y blancos, como hebras o alfileres) y los áscaris (redondos, como un cordel). La tenia es más infrecuente pero requiere especial atención y precisa acudir lo antes posible al médico una vez se detecta, para que establezca el tratamiento adecuado.

Otros parásitos intestinales comunes son los protozoos, como la Giardia lamblia. A veces la giardia está detrás de cuadros como el síndrome de colon irritable.

Lombrices intestinales: causas y síntomas

Solemos pensar que los parásitos los contraemos en viajes a países tropicales o al beber aguas no tratadas, y así puede ser.

Sin embargo, también puede suceder al ingerir alimentos contaminados, o en el contacto diario con niños, que al tocarlo todo y llevarse las manos a la boca son muy vulnerables. Las personas mayores o con inmunodeficiencias son otro grupo vulnerable y pueden ser también foco transmisor.

Aparte de dar molestias como las mencionadas (diarrea, cansancio, gases, dolor, picores o náuseas), los parásitos pueden reducir la absorción de nutrientes y, en algunos casos, como el de la tenia o algunos protozoos, derivar en complicaciones.

Además, en el caso de algunos parásitos, por ejemplo los oxiuros, es fácil contagiar a otras personas si no se toman extremas medidas de higiene. Por ello, aunque algunos parásitos intestinales pueden desaparecer en unas semanas, ante la sospecha conviene siempre consultar con el médico para un correcto diagnóstico.

Por otro lado, saber qué parásito tenemos es importante, pues no todos los antiparasitarios sirven para todo, tampoco los naturales.

Las pruebas más habituales para determinar qué parásito intestinal tenemos son un examen de heces (tanto el caso de las lombrices como en el de los protozoos) y la colocación de cinta engomada en el ano que permite detectar la presencia de posibles huevos.

Lombrices intestinales: tratamiento natural

Como refuerzo del tratamiento o alternativa para personas a las que la terapia convencional no acaba de solucionar el problema, la medicina complementaria propone diferentes medidas que van desde algunos cambios en la alimentación al uso de plantas medicinales y suplementos que actúan contra los parásitos o refuerzan la inmunidad. Muchos de ellos se han utilizado tradicionalmente contra las lombrices y otros parásitos, pero una parte ha sido objeto de estudios científicos in vitro que han corroborado su acción antiparasitaria.

En cualquier caso, hay que tener en cuenta que los tratamientos, tanto con la mayoría de fármacos como con plantas medicinales, solo actúan sobre los parásitos pero no sobre los huevos, por lo que siempre, después de un primer
tratamiento de 24 a 48 horas, conviene repetirlo a los tres días
para eliminar los
nuevos parásitos que hayan podido salir de los huevos.

1. Alimentación contra los parásitos intestinales

Aunque no existe una dieta específica contra las lombrices y otros parásitos intestinales, en general se aconseja seguir una alimentación rica en fibra, pues la fibra puede ayudar a arrastrarlos. También se aconseja:

  • Reducir el consumo de azúcares.
  • Potenciar el consumo de ciertos alimentos de acción antiparasitaria, entre ellos el ajo, la cebolla. La pulpa de calabaza y las pipas de calabaza, el zumo de col, la granada o la remolacha.
  • Apoyar el sistema inmunitario con una alimentación rica en vitamina C y zinc.
  • Tomar probióticos y enzimas digestivas, pues ayudan a restaurar el estado de los intestinos.

2. Fitoterapia: las mejores plantas antiparasitarias

Las plantas pueden ser otro gran apoyo. Algunas atacan el sistema nervioso de los parásitos o impiden que se adhieran a las paredes intestinales.

"El tratamiento con plantas medicinales es efectivo", dice el Dr. Berdonces. "Sin embargo, el tratamiento no debe prolongarse más allá de los 15 días, sobre todo si usamos ajenjo o tanaceto. Además, estas plantas pueden tener efectos secundarios y no deben administrarse nunca a niños".

Las más efectivas para el tratamiento de los parásitos intestinales según el doctor Josep Lluis Berdonces, experto en fitoterapia, son:

  • Artemisa (Artemisia annua): La artemisa, utilizada tradicionalmente como antiparasitaria en la medicina tradicional china, asfixia a los parásitos mediante peroxidación. Su uso es seguro y se puede preparar en infusión o tomar en polvo en dosis de 500-100 mg diarios.
  • Ajenjo (Artemisia absinthium): Esta planta reduce la adherencia de los parásitos a la pared intestinal y ayuda a expulsarlos, pero tiene efectos secundarios y debe usarse con mucha precaución, siempre con asesoramiento médico. Es muy amarga y se utiliza en infusión (muy concentrada, de 1 gramo por taza), sobre todo en infestaciones por áscaris. Se debe evitar en niños y embarazadas.
  • Tanaceto (Tanacetum vulgare): Otra planta que requiere precaución, de acción insecticida. Se ha usado contra infestaciones tropicales como los esquistosomas. Se usa en infusión conjunta con las plantas anteriores, en polvo o en infusión

Otras plantas con estudios científicos detrás que respaldan su acción antiparasitaria son el ajo, el nogal negro, las semillas de papaya, la mirra o el extracto de berberina.

Frente a la giardia (Giardia lamblia), que se suele tratar con fármacos agresivos como el metronidazol, en medicina naturista una planta que se utiliza a menudo es la guayaba (Psidium guajava). Varios estudios in vitro, como este del Instituto Nacional de Pediatría de México D.F., y este otro, de las universidades de Damanhur y de Alejandría, corroboran su efecto antiparasitario.

Se pueden encontrar suplementos naturales con estas y otras plantas, como clavo, granada o semillas de pomelo.

En cualquier caso, consulta siempre con tu médico, pues algunas pueden interferir con otras medicaciones y los estudios en personas sobre su eficacia y posible generación de resistencias son limitados.

Cómo prevenir el contagio y la reinfección de lombrices

Extremar la higiene es básico para no reinfectarnos o contagiar a otros. Las lombrices dejan huevos que se eliminan por el ano y que pueden sobrevivir durante 2 o 3 semanas en la ropa interior, las sábanas, las toallas, el asiento del inodoro o las uñas de los dedos. Por todo ello es esencial:

  • Evitar rascarse alrededor del ano y, aún así, cepillar bien las uñas. Uno puede rascarse inconscientemente por la mañana, así que es importante al levantarse insistir en el aseo.
  • Lavar a diario la ropa interior y de cama con agua caliente.
  • Lavar bien el ano por la mañana (las hembras dejan los huevos por la noche).
  • Desinfectar el váter a diario, y mejor después de cada uso.

Remedios caseros con calabaza

Según explica el Dr. Berdonces, médico naturista y experto en fitoterapia, con la calabaza (Cucurbita pepo) te puedes preparar dos remedios naturales contra los parásitos. Se puede utilizar tanto las semillas de calabaza como la pulpa de calabaza:

  • Con las semillas de calabaza: Son muy ricas en cucurbitina, de acción antihelmíntica, con lo que son ideales para combatir las lombrices. Puedes ir comiéndotelas tal cual a lo largo del día, como tentempié, pero lo mejor es tomarlas en ayunas. También puedes prepararte una horchata de semillas de calabaza: para ello macera 200 gramos de semillas en 1 litro de agua durante 24 horas y beberel agua a lo largo del día (puedes endulzarla con un poco de miel, que sea muy ligeramente, pues el azúcar atrae a las lombrices)
  • Con la pulpa de la calabaza y ajo: Se hierven 100 gramos de pulpa de calabaza en dos litros de agua hasta que se reduzcan a la mitad. Se añaden a la decocción muy caliente, pero con el fuego apagado 500 gramos de dientes de ajo pulverizados. Deja dos horas en infusión, añade luego 250 gramos de azúcar y filtra a través de un tul. La dosis diaria es de dos cucharadas soperas cada mañana durante una semana.