Para alimentarse de manera saludable es necesario realizar las mejores elecciones posibles. No es fácil. El mundo de la alimentación mueve miles de millones de euros y está dominado por el marketing.

Es cierto que se promocionan alimentos healthy y que realmente son saludables, pero incluyéndolos en nuestra cesta de la compra no conseguirmos gran cosa si vienen acompañados de un gran número de productos mucho menos recomendables.

Por desgracia la lista de no aconsejables es enorme. No lo son los ultraprocesados que vienen envasados y con una larga lista de ingredientes que incluye aditivos y sustancias que un ciudadano común no puede reconocer. No son recomendables los elaborados cárnicos ni las carnes rojas, que según la Organización Mundial de la Salud aumentan el riesgo de cáncer.

Y aún hay otros alimentos que pueden parecernos sanos, pero que en realidad son ultraprocesados, refinados o con grasas y azúcares añadidos que los llevan a la lista de los alimentos que es mejor evitar. La buena noticia es que se pueden sustituir fácilmente por alternativa saludables.

1. Productos de harina blanca

El problema de la harina blanca es que ya no tiene los nutrientes ni la fibra del grano entero de trigo. Es una fuente casi exclusiva de hidratos de carbono que puede desequilibrar fácilmente la dieta.

La opción más saludable para los productos derivados del trigo –panes, pastas, etc.– es siempre la versión integral, porque conserva la mayor parte de los nutrientes originales.

Piensa además en otra alternativa: las harinas de legumbres y sus productos derivados, como las pastas elaboradas con harina de lentejas o los panes con harina de soja.

2. Arroz blanco

Como la harina blanca, el arroz blanco también es un carbohidrato con poca compañía nutritiva. El arroz integral es más saludable y no menos delicioso. No se pela ni se muele como el arroz blanco y, por lo tanto, contiene significativamente más minerales y fibra.

¿Alguna vez has probado el arroz rojo o el arroz negro? Si la respuesta es no, atrévete ya que contienen una mayor proporción de proteínas, fibra, antioxidantes y minerales saludables.

3. Cereales para el desayuno

No se empieza un día sano con muesli crujiente o cereales del supermercado, porque una mirada a la lista de ingredientes revela que la mayoría de estos productos listos para comer contienen demasiado azúcar, a menudo disfrazados de fructosa o glucosa.

Pudes prepararte un desayuno saludable mezclando copos de avena, semillas de lino trituradas, frutos secos y fruta fresca.

4. Crema de chocolate para untar

Hablando del desayuno, que la crema de chocolate no es saludable no debe ser algo que no sepas ya. Combinada con una rebanada de pan blanco, se aleja mucho del desayuno ideal. Porque la crema de chocolate se compone principalmente de azúcar, leche y aceite de palma.

Obtienes más nutrientes con una rebanada de pan integral, también tostado. Y para la cobertura, cualquier receta de crema casera de chocolate con avellanas y menos azúcar será sin duda mejor. También puedes enriquecer el pan con aceite de oliva, aguacate o un paté vegetal casero.

5. Barritas de proteína

Los deportistas que quieran evitar los alimentos poco saludables deben dejar las barritas de proteína en el estante. Pueden tener un alto contenido de proteínas, pero no son saludables.

Se trata de alimentos muy procesados ​​que además son muy altos en calorías y no prescinden del azúcar, los edulcorantes y las grasas refinadas o artificiales.

Hay recetas de barritas energéticas caseras no solo más saludables, sino también más sabrosas, que puedes tener y guardar para cuanso las necesites.

6. Palomitas de microondas

Las palomitas de maíz crean una atmósfera de cine en casa, cuando se abren en el microondas y el aroma dulce y mantecoso se esparce por toda la casa.

Sin embargo, este capricho no es más saludable que las bolsas de patatas fritas grasosas y saladas. Esto se debe a que las palomitas de maíz para microondas tienen un alto contenido de azúcar (o sal), grasa y, a menudo, sabores artificiales como el diacetilo, que da sabor a mantequilla. Las bolsas también pueden contener todavía (hasta 2023) bisfenol.

Afortunadamente, hacer tus propias palomitas de maíz es fácil, rápido y económico.

7. Pastillas de caldo concentrado

Ya sea en la sopa, la ensalada o la salsa, la pastilla de caldo hace que cualquier plato se conviertan rápidamente en una comida muy sabrosa pero poco saludable.

Estas pastillas contienen principalmente sal, el potenciador del sabor glutamato monosódico y a menudo azúcar y aceite de palma. Nuestro consejo es que te hagas tu propio caldo de verduras concentrado.

Ingredientes:

  • 500 g de verduras (como zanahoria, puerro y apio)
  • 150 g de hierbas (opcionalmente congeladas)
  • 2 dientes de ajo
  • 80 g de sal

Elaboración

  1. Pon la verduras en una picadora hasta que estén finamente picadas. Luego agrega la sal, mezcla bien los ingredientes y vierte el resultado en frascos esterilizados.
  2. Este caldo se puede almacenar en el refrigerador durante unos meses, ya que la sal conserva las verduras.