No es cierto que la lechuga favorezca la retención de líquidos.En cambio, destaca por su efecto sedante. Se recomienda en personas nerviosas, con estrés o ansiedad. En problemas de insomnio se aconseja una buena ensalada con lechuga antes de acostarse. Por su alto contenido en fibra, está indicada también en personas con estreñimiento o con sobrepeso u obesidad. La hojas tiernas de color verde son las mejores ya que son las más digeribles y nutritivas. Lo ideal es comerlas crudas con aceite y limón.
La endibia y la escarola pertenecen al mismo género de verduras pero son de una especie diferente. La endibia es una variedad de achicoria. Es tan blanca porque crece en la oscuridad, lo que hace que contenga menos nutrientes. Lo mismo sucede con las hojas internas (cogollo) de la lechuga y la escarola: al no darles el sol y no haber función clorofílica resultan menos alimenticias que las verdes. Esto hace que si se abusa de su consumo pueden aumentar los gases intestinales.
Tanto la endibia como la escarola, al contener sustancias amargas, abren el apetito y estimulan tanto la producción de bilis por parte del hígado como el vaciado de la vesícula biliar. Además, la escarola ejerce cierto efecto diurético.
La lechuga previene la retención de líquidos
Ni la lechuga, ni la endibia ni la escarola retienen líquidos en el organismo. De hecho, sucede más bien lo contrario. Se trata de alimentos sanos, ricos en fibra, en minerales, especialmente potasio, y en folatos o ácido fólico. En concreto, el potasio compensa el efecto del sodio y favorece la eliminación de líquidos.
Enfermedades tan frecuentes y de riesgo para la salud, y que son resultado del desequilibrio de líquidos en nuestro cuerpo, como la hipertensión, pueden mejorar con su ingesta.
La hipertensión a menudo es el resultado de un exceso de sodio en la dieta, por abuso de productos cárnicos, sazonados o conservas y justamente en estos casos el aporte de potasio de estas verduras ayuda a equilibrar el organismo y frenar la acción retentiva de líquidos del sodio. Por lo tanto lechuga, endibia y escarola actúan como reguladoras de los líquidos orgánicos.
La sal del aliño sí favorece la retención de líquidos
La forma ideal de consumirlas es como primer plato, en una ensalada aliñada con aceite virgen de oliva y unas gotas de zumo limón. Hay que tener cuidado con la sal, que sí puede favorecer la retención de líquidos, la hipertensión y otros problemas.
¿Qué es la retención de líquidos?
El edema o retención de líquidos se produce por un aumento en la cantidad de líquido que se encuentra en los tejidos fuera de las células (líquido intersticial).
Las causas pueden ser varias: problemas circulatorios, insuficiencia cardiaca congestiva, enfermedades de los riñones o del hígado, etc.
Los síntomas más comunes son hinchazón en los tobillos y las pantorrillas, en los párpados, manos, brazos, cara y abdomen. La sensación de piernas pesadas también se asocia a la retención de líquidos, así como las sensaciones de que los calcetines, medias, zapatos, anillos y relojes están más ajustados de lo habitual.
Remedios naturales para la retención de líquidos
- Incluye en tu alimentación más alimentos vegetales frescos y crudos.
- Bebe agua e infusiones.
- Practica ejercicio físico regularmente.
- Duerme lo que tu cuerpo necesite.
Algunas plantas medicinales pueden favorecer la eliminación de líquido. Algunas son el diente de león, la ortiga, la cola de caballo o los rabos de cereza.
En cualquier caso, es importante que hables con tu médico sobre las posibles causas de la retención de líquidos antes de intentar tratarla tú mismo.