Según la Medicina Tradicional China, el sabor dulce es necesario porque tonifica la energía del bazo-páncreas y el estómago.

No debemos renunciar del todo al sabor dulce, pero sí moderar el consumo de azúcar sin nutrientes

Las bebidas y productos elaborados son la principal fuente de azúcares añadidos. Repasa la lista de ingredientes y evita cualquiera que lo contenga en los primeros cinco puestos.

8 poderosas razones para eliminar el azúcar de tu mesa

Hay numerosos motivos por los que deberíamos reducir el consumo de azúcar. Además, el que tomemos sea de mejor calidad.

  1. Desmineraliza: el exceso de azúcar –como de carne– acidifica la sangre y, en respuesta, el organismo extrae calcio de los huesos para mantener el pH correcto.
  2. Roba vitaminas del grupo B: para la correcta metabolización del azúcar son necesarias vitaminas del grupo B. Por tanto, no solo no aporta micronutrientes sino que los consume.
  3. Aumenta la glucosa: tras ingerir azúcar se incrementan los niveles de glucosa en sangre. Luego se produce una bajada brusca que afecta al nivel de energía y al estado de ánimo. El azúcar provoca inestabilidad emocional.
  4. Obesidad y diabetes: el exceso del azúcar consumido se almacena en forma de grasa en nuestro organismo. También aumenta el riesgo de sufrir diabetes.
  5. Altera la flora intestinal: perjudica a las poblaciones de bacterias beneficiosas, lo que afecta al funcionamiento del metabolismo, del sistema inmunitario e incluso al comportamiento.
  6. Baja la inmunidad: los glóbulos blancos ven reducida su capacidad para luchar contra bacterias y virus patógenos.
  7. Favorece la caries: una de las razones es que aumenta la acidez en la boca, lo que favorece el desarrollo de la placa bacteriana.
  8. Desequilibra la dieta: reduce el apetito por la fruta, las verduras y los cereales integrales. Estos alimentos son la principal fuente de energía del organismo, en forma de hidratos de carbono de calidad, en el marco de una dieta sana.

Los otros endulzantes, 5 alternativas al azúcar

Si nos acostumbramos a comer alimentos que contienen hidratos de carbono de absorción lenta estaremos nutriéndonos de una forma saludable, no sufriremos picos de glucosa en sangre ni las bajadas posteriores. Al contrario, apreciaremos que la sensación de energía disponible y la vitalidad se mantiene a lo largo del día.

1. Estevia, canela y siropes varios

La estevia el principal endulzante natural. Se puede usar fresca o seca para poner en bebidas naturales o infusiones. Sus glucósidos son mil veces más dulces que la glucosa, pero hay a quien que no le gusta su sabor con un aroma similar al regaliz.

Combinar canela con una grasa sana te ayudará a regular los niveles de glucosa. Macera 2 ramitas en un vaso de aceite durante 3 días.

Elige siropes variados: ya sean de arce, agave o coco, elige el producto más oscuro y que no se haya calentado. El color claro indica que se ha refinado.

Otras alternativas interesantes son el concentrado de manzana o la melaza de arroz.

Limita la fructosa. Aunque se ha recomendado a los diabéticos porque no sube la glucosa, favorece el hígado graso y los trastornos vasculares.

2. Frutas y cereales

Estos alimentos, además de proveernos de azúcares naturales, son fuente de vitaminas, minerales y fibra, sustancias antioxidantes que incrementan el bienestar y alejan la enfermedad.

Los cereales integrales, por ejemplo, son ricos en vitaminas del grupo B, que son usadas para producir energía y aprovechar el resto de nutrientes sin necesidad de obtenerlos de las reservas.

Las frutas deshidratadas, además de proveer de sabor dulce, son auténticos concentrados de nutrientes. Los dátiles, por ejemplo, son ricos en aminoácidos, los orejones, en hierro, y los higos, en calcio.

3. Azúcar de coco

Es otra alternativa muy saludable que se obtiene de la flor del coco. Tiene un índice glucémico muy bajo (no provoca subidas bruscas de glucosa en sangre) y tiene un aroma embriagador.

Es adecuado para las preparaciones que necesitan volumen como tartas y pasteles.

4. Hortalizas dulces

Es interesante aprender a hacer preparaciones con verduras dulces, raíces y tubérculos.

Por ejemplo, usar zanahoria rallada, calabaza asada, chirivía al vapor, patatas o boniatos cocidos…

5. Acostumbrarse a los sabores naturales

Podemos comprometernos a reducir poco a poco la cantidad de azúcar y endulzantes en nuestra alimentación diaria.

Retíralos gradualmente del café, las infusiones, los postres o las meriendas y el paladar se adaptará a los sabores naturales de los alimentos. Sabrás que lo has conseguido cuando encuentres empalagoso algo que antes te parecía normal.