La fruta es un ingrediente alegre que aporta mucho color a los platos, texturas interesantes y un sinfín de sustancias saludables que combaten el envejecimiento prematuro (antioxidantes) y protegen nuestra microbiota (fibra soluble).
Abarcan un gran abanico de sabores, desde los más ácidos, como el limón, el pomelo o la piña, a los más dulces, como el melón o los deliciosos higos. Algunas frutas incluso dejan un delicado rastro de amargor que puede resultar muy útil para matizar algunas recetas.
Su alta proporción de agua las hace amigas de los riñones y, salvo excepciones como el aguacate, resultan muy ligeras. También son ricas en vitaminas hidrosolubles (B, C) o minerales esenciales como el magnesio. Y algunas, como los melocotones o el mango, son generosas en vitamina A.
Las frutas no son solo para los postres
La fruta como postre es un recurso habitual, ya que sus azúcares naturales hacen que se preste muy bien a este tipo de recetas. Es muy común usarla en tartaletas dulces para vestirlas de colores y subirles la nota en nutrición, pero también en recetas más humildes como la compota de manzana o la de ciruelas con jengibre.
La fruta reconforta en invierno preparada al horno y acompañada de frutos secos, y refresca en verano, sobre todo servida en forma de sorbete o granizado.
Pero, más allá de los postres, la fruta es una gran aliada en la cocina y mucho más versátil de lo que parece.
- Con hojas verdes. Se pueden crear ensaladas maridando sabores muy sugerentes: la frescura algo picante del berro con un cítrico, como la naranja; el gusto penetrante de la col con el dulce de la manzana Golden; o el perfumado higo con la intensidad de la rúcula.
- En aliños. Los cítricos como el limón, el pomelo o la naranja son magníficos para las vinagretas clásicas. Incluso el kiwi puede dar buenos resultados. También se pueden preparar vinagretas más festivas con fresas, mango o papaya. O añadir un poco de manzana a la salsa de tomate (para atenuar su acidez y darle cuerpo) y pulpa de chirimoya a una bechamel vegana.
Sugerencias de recetas con frutas del chef
- Como cremas. La textura del aguacate es ideal para cremas de verduras. También la pera con puerro y patata, o la manzana para recetas con brócoli. Se puede dar un toque de sofisticación al gazpacho agregándole sandía o fresas.
- ¡Atrévete! Puedes usar la fruta como otra verdura cualquiera, sobre todo si recurres a las piezas más verdes. Cuenta con ellas para el puchero: conseguirás potenciar algunos sabores salados al hacer que el paladar se vuelva más sensible a sus matices. Además, con las más ácidas puedes atenuar los picantes demasiado punzantes y su dulzor equilibrará la acidez del tomate o el dejo amargo de alguna verdura.
- Con proteína. La piña va muy bien en guisos con proteínas vegetales como el tempeh o el seitán y le gustan las especias picantes y la leche de coco. También es ideal para asar en una parrilla, como la sandía. Por último, la fruta de la jaca (jackfruit), cuando aún no está del todo madura, tiene una textura esponjosa que recoge muy bien los sabores y soporta fácilmente la cocción.
5 platos equilibrados con frutas