Habrás visto que cada vez más personas llevan pegado en la parte posterior del brazo un círculo de plástico blanco. Es un dispositivo que se comunica por Bluetooth con el teléfono móvil y sirve para medir continuamente los niveles de glucosa en sangre.

¿Para qué sirve un monitor de glucosa?

Muy probablemente la persona que lo lleva es diabética y le ayuda mucho a controlar su enfermedad, pero cada vez es más frecuente que lo lleven personas sanas que quieren mejorar su alimentación y prevenir la diabetes tipo 2, que en España afecta a una de cada diez personas a partir de los 30 años. 

Los monitores continuos de glucosa se inventaron para que a las personas con diabetes les resultara más fácil conocer (y, por tanto, controlar) sus niveles de azúcar en sangre. Ahora, sin embargo, algunos fabricantes los ofrecen a personas sin diabetes como parte de un programa de asesoramiento nutricional personalizado para favorecer una salud óptima.

La idea detrás del control de la glucosa es reducir los "picos" que ocurren después de comer,ya que esto ayudará a perder peso y mejorará el estado de ánimo, los niveles de energía y el sueño, según los comercializadores de estos dispositivos.

¿Por qué es interesante medir los niveles de glucosa?

Sin duda, la glucosa,  un azúcar simple que es el combustible que usan las células para su funcionamiento, juega un papel fundamental en la salud. Después de comer sus niveles en la sangre aumentan y el páncreas produce la hormona insulina, que permite la entrada de la glucosa en las células o su almacenamiento en los músculos y el hígado o su transformación en grasa. Varias horas después de comer, a medida que la glucosa se utiliza como combustible, el glucógeno se convierte nuevamente en glucosa.

La diabetes ocurre cuando este control de la glucosa sale mal. En la diabetes tipo 1, el páncreas deja de ser capaz de producir insulina, por lo que las personas necesitan inyectarse la hormona varias veces al día para evitar que sus niveles de azúcar se disparen. En la diabetes tipo 2 más común, que a menudo está relacionada con el sobrepeso, las células se vuelven menos sensibles a la insulina. A las personas con diabete tipo 2 a menudo se les recomienda perder peso y evitar siempre los alimentos con alto contenido de azúcar o almidón, que el cuerpo descompone rápidamente en glucosa.

Si el azúcar está constantemente alto en la sangre se alteran muchos procesos metabólicos y con el tiempo se pueden producir, además de obesidad, enfermedades renales, ceguera y daños en los vasos sanguíneos que pueden provocar ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares. Por lo tanto, nos interesa a todos que los niveles de glucosa en sangre se mantengan en un rango normal: 

  • En ayunas: de 70 a 100 mg/dl.
  • Después de comer: 100-140 mg/dl.

¿Cómo funcionan los monitores de glucosa?

El monitor o sensor de glucosa que se adhiere al brazo y que, por cierto, lleva una aguja muy fina de cerca de un centímetro de longitud, mide el nivel del azúcar en el líquido entre las células, que es muy similar al de la sangre, y envía la información continuamente a una aplicación de teléfono.

El usuario puede adaptar su alimentación, y también la actividad física, para controlar la glucosa. Sobre todo, aprende a conocer el efecto de cada alimento que ingiere, así com el de las sesiones de ejercicio físico. 

Por supuesto, tener información sobre lo que ocurre en el cuerpo siempre es positivo, pero es muy importante saber interpretarla.

¿Qué significa un pico de glucosa?

Si una persona cree que experimentar una subida de la glucosa es algo siempre dañino, quizá introducirá cambios en su alimentación como reducir o eliminar los alimentos con hidratos de carbono.

En realidad, los hidratos de carbono que están presentes en alimentos como el pan y la la pasta, el arroz, las legumbres y las patatas son necesarios para conseguir entre el 45 y el 65% de la energía que necesitamos. Reducirlos drásticamente puede desequilibrar nuestra alimentación. 

Las subidas de la glucosa son normales y fisiológicas. Por ahora no existe evidencia científica que justifique una preocupación por las subidas ocasionales de glucosa cuando los niveles basales en ayunas o dos horas después de comer se mantienen dentro de la normalidad.   

Lo que un monitor de glucosa puede mostrar a una persona sana es que un plato de pasta muy grande sin verduras o un postre dulce puede llevar su glucosa a niveles por encima de lo deseable. Pero que estos alimentos disparan la glucosa es algo que cualquier persona con unos conocimientos dietéticos mínimos debería saber.

Interpretación difícil

No obstante, es verdad que existen diferencias individuales en la forma de reaccionar a la ingesta de un alimento. El mismo plato de paella le puede aumentar la glucosa más a una persona que a otra aunque antes de empezar a comer estuvieran en el mismo rango. Es igualmente cierto que la respuesta puede variar en la misma persona de un día a otro. A fin de cuentas, realizar una interpretación correcta o útil de los datos que aporta el monitor en una persona sana es complicado. 

Con un buen asesoramiento para entender lo que nos dice el monitor (normalmente vienen con una aplicación que valora los resultados y ofre estos consejos), puede ayudar a introducir mejoras en la alimentación para favorecer la pérdida de peso, según un estudio publicado en la revista Foods. Según esta investigación, después de ocho semanas, un grupo de participantes que usaron el monitor perdió una media de 3,1 kilogramos, mientras que otro grupo que simplemente recibió consejo nutricional perdió 2,3 kg. El estudio concluyó que el monitor ayuda a involucrarse en la mejora de la dieta. 

La salud no depende solo de la glucosa

Por otra parte, existe otro riesgo relacionado con el uso de los monitores en personas sanas y la obsesión por los picos de glucosa: que se tome este valor por el santo grial de la salud, cuando en realidad esta depende de muchos factores, como el nivel de actividad física, la carga genética, el estado anímico, la exposición a tóxicos, el apoyo social, el trabajo, la calidad de cada uno de los alimentos que ingerimos o el modo de prepararlos. Debemos tenerlos en cuenta todos. 

En cualquier caso, ciertamente si se usa un monitor continuo de glucosa se puede revelar una prediabetes, que requiera atención médica y tratamiento cuando los niveles basales están por encima de lo normal. Pero este es el objetivo de los chequeos rutinarios anuales. Si quieres hacerlos más a menudo, puedes ir a una farmacia donde te lo harán al momento por unos 3 euros.