Las ensaladas pueden ser platos únicos completos
Asociamos las ensaladas a dietas y elaboraciones sencillas, de ingredientes escasos y repetidos –lechuga, tomate y poco más–, y solo pensamos en ellas como complemento a los platos principales para añadir algo de verdura a nuestra alimentación.
Podemos cambiar esta idea preconcebida por otra más interesante –nutricional y gastronómicamente– y obtener grandes beneficios.
Una buena ensalada puede ser una gran fuente de proteínas, vitaminas, minerales y fibra, y a la vez ser un primer plato o incluso ser el plato principal y ofrecer una combinación de sabores exquisita. Lo que propongo es que empecemos a ver las ensaladas como lo que son desde el punto de vista gastronómico: platos con una gran combinación de colores, sabores y texturas.
Considerar las ensaladas como un plato principal, completo, puede revolucionar tu dieta.
Empieza añadiéndoles legumbres
Enriquecerlas con legumbres es una exquisita forma de añadir proteínas, vitaminas y minerales a las ensaladas. Legumbres como los garbanzos, la soja y algunas alubias contienen todos los aminoácidos esenciales, haciendo de las ensaladas platos completos.
Basta con cocer o germinar las legumbres y añadirlas tal cual a la ensalada, bien escurridas, usándolas como base, y agregar vegetales frescos, semillas… O podemos añadir un puñado a cualquier ensalada como complemento.
Si doramos las legumbres unos minutos a la plancha o al grill, con una pizca de aceite y especias (por ejemplo, orégano y tomillo) antes de agregarlas a la ensalada, les daremos aún más sabor.
Ponles también cereales
Los cereales integrales son grandes aliados a la hora de componer ensaladas nutritivas y con entidad propia. El arroz y la pasta integrales, la quinoa, el mijo, el amaranto o el trigo sarraceno son algunos ejemplos. Aportan hidratos de carbono complejos y proteínas, mucha fibra –que sacia y ayuda a la función intestinal–, vitaminas del grupo B, minerales como fósforo y magnesio, y antioxidantes.
Podemos hacer ensaladas con cualquiera de ellos y salpicarlas de texturas y sabores con verduras frescas, legumbres y frutos secos.
Los mejores complementos
La ensalada se redondea con el recurso de los complementos:
- Frutos secos: con un puñadito aportaremos proteínas, ácidos grasos esenciales, vitaminas y minerales. Las nueces, por ejemplo, son un complemento estupendo para cualquier ensalada. Los piñones maridan muy bien con los arroces, y las pipas de calabaza con las legumbres.
- Frutas refrescantes: también se hacen hueco en una buena ensalada, tanto sea salada como dulce. Un claro ejemplo es la cantidad de ensaladas que podemos montar con manzanas, peras o aguacates; estos últimos son muy recomendables por sus ácidos grasos, muy beneficiosos.
- Aliños potenciadores: puede ser el tradicional vinagre y aceite, pero otros aliños más elaborados –mayonesas vegetales, chutneys, vinagretas o cremas de queso vegetal– enriquecen la capacidad nutritiva de las ensaladas y dan más variedad de sabores.