Un instante de aburrimiento y ya tenemos el móvil en las manos. Estamos concentrados en una tarea, disfrutando de una conversación o leyendo un libro magnífico, pero suena o vibra el teléfono y lo dejamos todo. Pero cada vez que espontáneamente agarramos el teléfono, el cerebro reacciona, cambia físicamente, y no para bien.

el móvil divide nuestra capacidad de atención

Si nos mantenemos en estado de alerta permanente, prestando siempre atención a las vibraciones y señales, no es que la capacidad de concentración disminuya, pero la atención se divide.

Las capacidades del cerebro son muchas, pero limitadas, y se ve obligado a seleccionar los estímulos que va a procesar. Al entrenar a nuestro cerebro a que reacciones a las señales del móvil, olvidamos lo que pudiéramos estar haciendo. Al volver a la tarea, necesitaremos casi 10 minutos para volver al punto donde estábamos, si es que no nos ha interrumpido antes, según Martin Korte, profesor de la Universidad Técnica de Braunschweig (Alemania).

con su sola presencia, el teléfono daña la memoria de trabajo

Si sientes la necesidad de echar una mirada al teléfono de tanto en tanto, aumenta el riesgo de sufrir errores o accidentes. El peligro es especialmente grande cuando se conduce o se manaje alguna máquina. 

El uso del smartphone consume más recursos cognitivos que otras actividades, como escuchar la radio de fondo, la posible interrupción de las llamadas telefónicas o las conversaciones ocasionales. El teléfono móvil ni siquiera tiene que ser utilizado activamente para que nos distraiga. La investigación, según Korte, ha demostrado que la mera presencia de un teléfono inteligente en la habitación puede tener un impacto en la memoria de trabajo.

Memoria de trabajo es como la ciencia llama lo que los legos conocen como memoria a corto plazo. ¿Por qué la perjudica el móvil? Al parecer, el cerebro elimina neuronas para reducir las células que "saltan" ante una notificación, algunas de las células nerviosas se eliminan para evitar el impulso de encender el teléfono celular.

No se trata solo del tiempo frente a la pantalla

¿En qué momento el uso de teléfonos inteligentes se convierte en un problema grave? La adicción a las redes sociales o al móvil no es una enfermedad mental reconocida. Todavía no se ha encontrado un criterio claro por el cual podamos medir el uso excesivo de los teléfonos inteligentes.

Los efectos negativos no solo dependen del tiempo de uso, también dependen de qué contenido se consume. Algunas características de los teléfonos inteligentes tienen un potencial más adictivo que otras. Las redes sociales y los juegos son más adictivos que las noticias.

Un signo importante de un comportamiento de uso problemático es que se sienta algún tipo de ansiedad cuando por cualquier razón no se tiene acceso al móvil (porque se ha estropeados, lo hemos perdido o se le ha acabado la batería, por ejemplo).

Impacto del móvil en el desarrollo cerebral de los niños

El tiempo de pantalla debe ser limitado, especialmente para los niños. No tienes que prohibirlo en absoluto, es bueno que los niños adquieran alguna experiencia, pero es importante que también tengan tiempo para otras cosas.

El teléfono inteligente no debe de ninguna manera reemplazar el tiempo dedicado a hacer deporte o a estar con los amigos.

Además, pasar demasiado tiempo frente a la pantalla también afecta el desarrollo del cerebro del niño. Se han demostrado conexiones significativas entre el uso problemático y los problemas de comportamiento. Estos incluyen dificultades para tratar con los compañeros e hiperactividad.

Si los niños pasan varias horas al día frente a la pantalla desde la escuela primaria, se pueden producir retrasos en el desarrollo del lenguaje. Es decir, los niños entienden y hablan con menos palabras diferentes.

Diseñar una relación saludable con el móvil

Por lo tanto, es recomendable que las familias introducir rituales, hábitos y normas relacionados con el uso del móvil. Por ejemplo:

  • Mantener el móvil apagado o en modo avión cuando se estudia, se hacen deberes, se lee, se habla con otras personas o se juega.
  • No consultar el móvil por aburrimiento.
  • Consultarlo solo con un propósito determinado y no engancharse a los estímulos que proceden del propio móvil. 
  • No comer con el móvil en la mesa. 
  • No llevárselo a la cama y no encenderlo nada más despertarse. 

¿Qué ayuda a los adultos a limitar su tiempo en sus teléfonos inteligentes? Los expertos recomiendan un enfoque consciente en lugar de una renuncia completa.

Los humanos somos criaturas de hábitos y se necesita tiempo para que ocurra un cambio. Tienes que ser persistente.

Es básico aprender a diferenciar entre el tiempo online y offline. Eso significa que tienes que pasar el tiempo en línea de manera consciente y luego, debes planificar algunas horas al día para pasarlas completamente fuera de línea (con amigos, leyendo, dedicándote a una afición, haciendo yoga o deporte, etc).