Acudir a la playa cuando despunta el día o en el crepúsculo puede ser uno de los regalos del verano. A esas horas en que el calor no aprieta y se disfruta de más espacio en la arena, resulta muy agradable descansar, tomar el sol o darse un primer o último baño. Pero es también un momento oportuno para realizar ejercicio.

Incluso las personas que no se sienten especialmente motivadas para ejercitarse en verano, debido al bochorno, pueden hacer sus pinitos deportivos eligiendo las primeras horas del día, o mejor aún, las últimas de la tarde.

Hay que alejar toda idea de sacrificio, pues, sea cual sea la actividad elegida, la satisfacción, la relación con los compañeros o el contacto con el aire, el sol y el agua es tan importante como el propio ejercicio físico.

El poder de los iones negativos para regenerar el organismo

La ocasión invita también a relajarse y entrar en contacto con uno mismo a través de alguna práctica física suave, como el yoga, o bien caminando, corriendo, nadando o explorando el mundo submarino.

A los beneficios físicos que reporta el movimiento se añaden en este caso los de respirar iones negativos en la orilla, oír el rumor del mar, sentir el frescor del agua en los pies y notar la brisa en la piel.

Se trata, pues, de un marco idóneo para relajar el sistema nervioso y acompasar la respiración a la vez que se tonifica la musculatura y se activa la circulación sanguínea.

Cómo hacer ejercicio en la playa

La consigna debería ser moverse siempre de acuerdo con las posibilidades y apetencias de cada uno, de modo libre y placentero. La arena invita justamente a realizar todo tipo de estiramientos gustosos.

Los practicantes habituales de yoga, taichí o chikung pueden improvisar una sesión sencilla con los movimientos y posturas que más les apetezca, poniendo mucho cuidado, eso sí, en no forzar nunca el cuerpo para evitar lesiones.

Otra opción es animarse a correr por la playa, preferiblemente sobre la arena más blanda, ya que obliga a ejercer más fuerza para avanzar.

Constituye una forma excelente de trabajar los glúteos y muslos, además de que se queman más calorías que corriendo en llano al mismo ritmo.

Unos diez minutos de carrera son suficientes, aunque un buen paseo también vale si se prefiere.

Hacer ejercicio en el mar

La natación es uno de los ejercicios más saludables, y practicarlo en el mar multiplica sus beneficios. Entre ellos, aumenta la capacidad de la caja torácica y la movilidad del diafragma, lo que mejora la capacidad respiratoria.

Además, el mar es uno de los medios más adecuados para la gente mayor que quiera hacer ejercicio y mejorar la movilidad muscular, así como para las personas con sobrepeso y embarazadas, al permitirles practicarlo sin grandes esfuerzos, pues un cuerpo en el agua pesa unas ocho veces menos.

Precisamente el que se flote más hace que al nadar en el mar la sensación sea mucho más relajante. El mero hecho de dejarse llevar y hacer "el muerto" resulta gratificante.

Pero además de nadar se pueden realizar otro tipo de ejercicios muy beneficiosos, como entrar hasta que el agua llegue a la cintura y recorrer la playa, andando, de punta a punta. Es una actividad excepcional para los músculos, el vientre y los glúteos, que puede equivaler a dos horas en el gimnasio haciendo ejercicio en el aparato de abductores.

O saltar las olas que, además de ser una actividad muy divertida, nos regala una sesión de hidroterapia en la que se ejercitan casi todos los músculos.

Calentamientos para antes de hacer ejercicio en la playa

Antes de comenzar con los ejercicios, empieza calentando la musculatura.

Puedes caminar con el agua a la altura de las rodillas sin levantar las piernas, de modo que para avanzar tengas que vencer la resistencia del agua.

Cuanto más rápido quieras moverte, más fuerza tendrás que hacer. Esto ejercita toda la parte inferior del cuerpo.

Camina un minuto, descansa 45 segundos y sigue así durante 10 minutos.

Otros ejercicios que puedes hacer en la playa

Las excursiones por la playa, la natación, actividades como el paddle surf o los juegos en grupo son algunas otras posibilidades para prepar

Por otra parte, en las sesiones de ejercicio conviene incluir un tiempo para caminar descalzo sobre la arena, pues el masaje en los pies produce un estímulo sobre las terminaciones nerviosas que favorece el buen funcionamiento de todos los órganos y sistemas del cuerpo.

Además, se experimenta con la percepción de sensaciones que en otras épocas del año no son posibles.

Incluso podemos intercambiar masajes de reflejoterapia, ahora que los pies se han liberado de zapatos y calcetines, y se muestran más dispuestos a ser tocados. La ayuda de un amigo experto o un buen libro que contenga mapas de zonas reflejas es imprescindible.

Realizar ejercicio y actividades al aire libre es además una estupenda excusa para pasar más tiempo que de costumbre y de otras maneras con los niños, la familia o los amigos.