Es frecuente que las mujeres que amamantan sientan dolor en los pezones. Es un problema que se puede prevenir y tratar. Las causas más comunes son que el bebé no succiona bien o que se han producido escoriaciones u otras lesiones de la piel. 

A lactar se aprende

Tanto la madre como el bebé tienen que atravesar un proceso de aprendizaje para que la lactancia resulte cómoda y agradable. Una comadrona o una doula pueden observar y aconsejar a la madre en los primeros días, pero la clave está en que el bebé mantenga la mayor parte o la totalidad de la areola, no solo el pezón, en la boca para que la succión sea profunda. En los hospitales y centros de atención a la salud reproductiva suelen contar con profesionales y grupos de apoyo a la lactancia para ayudar a las madres cuando sea necesario.

Tratar en dolor en los pezones con almohadillas de hidrogel

En las primeras semanas de lactancia, las tomas son largas, de hasta una hora, y el bebé puede tomar el pecho hasta 13 veces al día. La combinación de succión, presión y saliva puede provocar un dolor en los pezones que aún no están acostumbrados. No conviene desatender la demanda del bebé por el dolor. La molestia se puede tratar con compresas frías o almohadillas de hidrogel. Estas, que se pueden refrescar en el frigorífico, evitan que los pezones se peguen y rocen con la tela del sostén, lo que aumentaría la inflamación. 

Al ducharse no conviene aplicar ningún jabón sobre el pezón porque elimina el aceite protector que producen las glándulas de Montgomery, las pequeñas protuberancias que se encuentran en la areola. Luego deja que se sequen al aire, sin frotarlos. 

El frenillo de la lengua puede causar problemas

Un problema común es que el bebé tenga la lengua anclada por un frenillo demasiado corto (anquiloglosia). En ese caso, el médico puede mostrar una técnica más adecuada o, si es necesario, realizar una sencilla intervención. El frenillo del labio superior también puede ser el origen de las complicaciones, pero esto es más raro. 

Otros problemas frecuentes son que el pecho esté demasiado lleno de leche (entonces hay que masajearlo para sacar un poco de leche antes) o que se utilice un extracto de leche con un embudo demasiado grande o demasiado pequeño.

Infección por cándidas

Una infección del pezón por cándidas también es posible. Un síntoma de este problema son las aftas de color rosa brillante que duelen mucho. Para prevenir este tipo de candidiasis es necesario secar el pezón entre tomas, en lugar de dejar que se seque en contacto con el sujetador o la ropa. Si se utiliza sujetador, es recomendable que no tenga aros, que sea de algodón y que sea un modelo de lactancia. 

cómo prevenir y tratar las grietas en los pezones

Los pezones también pueden resecarse hasta el punto de que pueden agrietarse y sangrar. Para evitarlo, conviene hidratarlos con una crema específica natural y de calidad. Es importante utilizar únicamente productos para pezones que sean seguros para los bebés, ya que colocan la boca directamente sobre el pezón. 

Por ejemplo, el bálsamo para pezones de Famiskin contiene aceites de girasol, calabaza, oliva y caléndula, además de mantequilla de karité y cera de arroz. Este producto natural protege e hidrata la zona del pezón, lo resguarda de las rozaduras y previene las alteraciones.

Si los pezones ya están agrietados o sangran, consúltalo con el médico, pero en cualquier caso conviene protegerlos con almahodillas de algodón, que deben cambiarse a menudo. 

Otra forma de proteger los pezones es mojarlos y hacer un masaje muy suave con un poco de leche materna antes y después de la toma.  Deja que la leche se seque al aire. Si tienes aftas, este remedio no es adecuado. 

Enjuagar con agua salada

Aplicar una solución salina casera ayudará a hidratar la piel y promoverá la cicatrización de las grietas:

  • Disuelve media cucharadita de sal en un vaso de agua tibia. 
  • Remoje los pezones en un cuenco pequeño con el agua salada tibia durante aproximadamente un minuto después de amamantar.
  • También puedes usar una botella con atomizador para aplicar la solución en todas las áreas del pezón.
  • Luego sécalos suavemente con un pad de algodón.

Luego, cuando vayas a amamantar, enjuaga el pezón para eliminar el sabor salado.

 

Ungüento de lanolina

El uso de un ungüento de lanolina diseñado específicamente para madres que amamantan promueve la cicatrización húmeda de heridas. Se aplica en los pezones después de amamantar y no es necesario retirarlo antes de la toma. 

En cambio, no son recomendables otros remedios populares. En muchas parte del mundo se recomienda poner bolsitas de té húmedas sobre el pezón, pero el té tiene propiedades astringentes que pueden resecar la piel y agravar el problema. 

Perlas de leche

A veces puede aparecer una ampolla o perla de leche al bloquearse un poro del pezón. Suele desaparecer por sí sola, pero se puede ayudar masajeando el pezón con aceite de oliva o aplicando una compresa tibia para extraer un poco de leche con la mano. 

Si el bebé tiene algunos meses y de repente duelen los pezones, es posible que al bebé le estén saliendo los dientes y esté jugando o masticando los pezones, en lugar de estar comiendo. En estos casos se puede ofrecer un anillo de dentición. 

No hay que confundir el dolor de pezones con una mastitis. Si hay fiebre o los pechos están calientes al tacto, hinchados o doloridos, o arden al amamantar, es necesario acudir a la comadrona o al médico.