Si cada noche te quedas dormido nada más poner la cabeza sobre la almohada, necesitas un despertador, por la mañana te despiertas todavía cansado o a lo largo del día siguiente sientes somnolencia, es que no duermes lo suficiente.

Consecuencias de no dormir lo suficiente

Cada día adquieres una "deuda de sueño" que poco a poco está minando tu salud. La doctora Elizabeth Klerman , experta en sueño del Hospital General de Massachusetts y profesora de neurología en la Universidad de Harvard, explica que la deficiencia de sueño produce efectos adversos sobre el estado de ánimo y favorece la aparición de trastornos psiquiátricos, neurológicos, cardiovasculares, obesidad e, incluso, cáncer. 

hace que te sientas cansado en el trabajo o en el aula,

Más allá de las enfermedades, dormir poco

que no rindas lo suficiente y que tengas un mayor riesgo de sufrir un accidente. 

 Primero, reconoce que te faltan horas de sueño

La mayoría de personas no duermen lo suficiente, pero no lo saben. Nos convencemos de que nuestros hábitos de trabajo, entretenimiento y descanso son los adecuados para ir tirando y no nos planteamos que quizá deberíamos renunciar a una hora extra de trabajo, un rato de lectura o un capítulo de nuestra serie preferida a cambio de dormir un poco más cada día. 

Hace varios años, la doctora Klerman realizó un estudio en el Brigham and Women's Hospital que señaló que podemos dormir lo suficiente para estar razonablemente alerta en el trabajo y no dejar que las cosas importantes pasen por alto en casa, pero eso no significa que estemos descansados. 

tomar medidas. 

Una vez has reconocido que necesitas dormir más, puedes empezar a

¿Te duermes al poner la cabeza sobre la almohada?

Klerman y sus colegas encuestaron a un grupo de personas sobre los hábitos de sueño y sus creencias acerca de cuánto necesitaban dormir. Luego durmieron esa cantidad cada noche durante la semana antes de acudir al laboratorio. El primer día en el laboratorio del sueño, se les realizó una "prueba de latencia múltiple del sueño" en la que se pidió a la personas que se quedaran dormidas en un plazo de 20 minutos. Casi todos los participantes se quedaron dormidos en un tiempo récord.

“Algunas personas se quedaron dormidas antes de que el técnico saliera de la habitación”, explica Klerman. “El técnico dice: 'Trate de quedarse dormido', y luego sale de la habitación, y cuando el técnico mira la pantalla [de monitoreo], los participantes ya estaban dormidos. Dices que duermes lo suficiente, pero si duermes lo suficiente, no deberías quedarte dormido tan rápido durante el día”.

Puedes aprovechar el fin de semana

Si el sábado y el domingo por la mañana se te pegan las sábanas, es por algo. Los expertos de la Universidad de Harvard te dan la razón, pues durante el fin de semana podemos recuperarnos de la deuda de sueño. 

Tu cuerpo quiere dormir cada noche, con la mayor regularidad posible. 

Por supuesto, no es una cuestión matemática. Las horas de sueño que pierdes de lunes a viernes no se recuperan en dos días.

Pero, mientras pones orden en tus hábitos cotidianos, dormir unas horas más el fin de semana está muy bien. La doctora Klerman asegura que la mejor estrategia es descansar lo suficiente cada noche, pero para las personas que trabajan muchas horas o utilizan parte de la noche para sus aficiones, los fines de semana pueden ofrecer un respiro importante. 

Till Roenneberg, profesor de cronobiología en la Universidad Ludwig-Maximilian de Munich y exinvestigador asociado en Harvard, dice que dormir un par de mañanas puede ser una forma importante de reducir la deuda de sueño.

cómo hacer una cura de sueño

En el laboratorio de la Universidad de Harvard comprobaron los efectos reguladores de una dosis extra de sueño. Los participantes en el estudio tuvieron la oportunidad de dormir hasta 16 horas por día: 12 horas por la noche y una siesta de cuatro horas.

Para ello, estuvieron en la cama, con las luces apagadas, sin libros y sin teléfono. En la primera noche, los participantes supuestamente descansados ​​durmieron un promedio de alrededor de 12 horas y media. En la segunda noche llegaron a las 11 horas. Después de cinco días, se estabilizaron en un promedio de unas ocho horas, los más jóvenes un poco más y los mayores un poco menos. Luego, repitieron la prueba de sueño latente. Esta vez, casi nadie se durmió.

“Alentamos a las personas a que duerman más las noches en que no tienen trabajo ni escuela al día siguiente, si es posible, ya que la mayoría de las personas no duermen lo suficiente en general”, asegura Klerman.