En España, el Ministerio de Sanidad informa que más del 54% de personas sufren algún trastorno del sueño. Ha llegado el momento de tomárselo en serio. Si no duermes, las consecuencias para tu salud van más allá del cansancio.

Todos sabemos que no dormir las horas suficientes no es bueno para la salud, pero no conocemos suficientemente bien las consecuencias. Los estudios científicos indican que la falta de sueño no solo se refleja en el cansancio físico y mental, sino que puede favorecer la aparición de enfermedades concretas.

Estar cansado es lo menos grave que te puede pasar si no duermes las suficientes horas

Para comprender mejor la relación entre la deficiencia de sueño y las enfermedades, un equipo dirigido por investigadores de la Universidad Estatal de Pensilvania (Estados Unidos) ha identificado los cuatro patrones distintos que caracterizan el sueño de la mayoría de las personas y que predicen su estado de salud a largo plazo.

La investigación dirigida por la doctora Soomi Lee, profesora asociada de desarrollo humano y estudios de la familia, analizó los hábitos de sueño y los historiales médicos de 3.700 personas a lo largo de diez años.

Los datos incluyeron la regularidad y la duración del sueño, el grado de satisfacción y el estado de alerta durante el día, así como el número y tipo de afecciones crónicas.

¿cuál es tu patrón de sueño?

Los investigadores concluyeron que existen cuatro patrones de sueño diferentes:

  • Personas que duermen bien, que se caracterizan por tener hábitos de sueño óptimos en todos los puntos de datos.
  • Personas que duermen más durante el fin de semana, que se caracterizan por un sueño irregular y corto durante la semana laboral, pero tiempos de sueño más prolongados los fines de semana o días no laborables.
  • Personas que sufren problemas de sueño relacionados con síntomas clínicos de insomnio, que incluyen una duración corta del sueño, cansancio elevado durante el día y necesidad mucho tiempo para conciliar el sueño.
  • Personas que duermen bien e incorporan a menudo siestas.

Los patrones malos favorecen las enfermedades crónicas

Más de la mitad de las personas de la muestra no tenían buenos hábitos. Las personas que padecían trastornos del sueño (patrón 3) durante un período de 10 años sufrían un riesgo mayor de padecer enfermedades crónicas, incluidas las cardiovasculares, la  diabetes y la depresión.

Los resultados también mostraron que era poco probable que las personas cambiaran su patrón de sueño en el transcurso de los 10 años. Esto fue especialmente cierto para las personas con insomnio que toman siestas. La razón es que los hábitos de sueño están integrados en nuestro estilo de vida. También puede significar que las personas aún no conocen la importancia del sueño.

No te lleves el móvil a la cama

Los autores de la investigación afirman que es necesario realizar más esfuerzos para educar al público sobre la salud del sueño. Hay conductas de higiene del sueño que las personas podrían adoptar para mejorarlo, como: 

Si bien los patrones de sueño aparentemente no estaban relacionados con la edad, los investigadores encontraron que los adultos mayores y los jubilados tienen más probabilidades de tomar siestas.

También descubrieron que las personas con menos educación y aquellas en situación de desempleo tenían más probabilidades de tener insomnio.

El hecho de que la fase de la vida y las condiciones económicas influyan en los patrones de sueño indica que las influencias sociales (incluidos los factores estresantes económicos y el acceso a los recursos sanitarios) pueden tener efectos significativos en el sueño y en la salud individual.

La conclusión es que resulta recomendable que los médicos promuevan entre sus pacientes los hábitos de sueño saludables, teniendo en cuenta que los consejos deben estar adaptados al patrón de cada persona en particular. Si se consigue adoptar un hábito de sueño saludable, se pueden evitar muchas enfermedades.  

Más ejercicio físico: es el factor fundamental para dormir mejor

Otra investigación coordinada por científicos de la Universidad de Australia del Sur muestra que dormir bien por la noche está relacionado con la forma en que se estructura el día y que hacer ejercicio física resulta fundamental para gozar de un sueño de calidad.  

El estudio examinó diferentes componentes del uso del tiempo y diferentes aspectos del sueño entre 1.168 niños, con una edad promedio de 12 años, y 1.360 adultos (sus padres y madres, con una edad promedio de 44 años).

Los investigadores encontraron que los niños y adultos que realizaban una actividad física vigorosa tuvieron menos problemas para dormir, menos cansancio y mejor calidad del sueño.

Las pautas observadas muestran que la mayoría de los adultos necesitan alrededor de ocho horas de sueño por noche, mientras que los niños y adolescentes necesitan entre 8 y 11 horas por noche.

Los científicos explican que cuando las personas piensan en mejorar la calidad de su  sueño, tienden a realizar cambios en los momentos inmediatamente antes de acostarse, como, por ejemplo, evitar las pantallas, no cenar demasiado y evitar el alcohol), pero lo cierto es que todas las actividades que se realizan a lo largo del día influyen sobre la duración y la calidad del sueño.  

Tan los niños como los adultos, si aumentan la actividad física de moderada a vigorosa tienden a experimentar menos problemas  para dormir y se sienten menos cansados durante el día.   

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Referencias científicas: