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1. La ayuda de la fitoterapia

Tomadas en infusión, algunas plantas hidratan, depuran y son antisépticas. Si el acné está infectado: la equinácea (Equinacea angustifolia) y la hidrastis (Hydrastis canadensis).

También ayudan estas buenas protectoras hepáticas: cardo mariano (Silybum marianum); diente de león (Taraxacum officinalis) y bardana (Arctium lappa).

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2. Helioterapia

Baños de sol, no solo locales, sino de todo el cuerpo, para que el estímulo del sol llegue a toda la piel y la necesidad de sebo se reparta de manera más equilibrada.

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3. Sudar haciendo ejercicio físico

Es interesante practicar ejercicio físico intenso, que incremente la temperatura del cuerpo y cause sudor para que se pongan en marcha los mecanismos reguladores de la piel. Y también ejercicios de relajación y respiración que mejoren el estado anímico.

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4. Crenoterapia

Uso de aguas minero-medicinales, sobre todo sulfuradas: bebidas, cura hidropínica (tomadas en el balneario del manantial) e hidroterapia (baño local y general, ducha filiforme…).

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5. El cuidado general de la piel

Es importante cuidar la piel en general, con limpieza de manos, ropa limpia y uso de una crema rica en zinc.

Evitar en lo posible las medicaciones generales.

¿Cómo puedes cuidar tu piel? Apunta:

  1. Aplica un aceite vegetal (almendras, oliva…) en la cara o zona afectada y luego lava con agua y jabón natural. Así proteges la capa de sebo. Luego, limpia la espinilla y usa agua oxigenada.
  2. Cada dos días aplica una compresa de salvado, manzanilla y avena. A continuación, una mascarilla de arcilla y levadura de cerveza. Lava bien con infusión de manzanilla y seca con suavidad.
  3. Expón al sol la zona afectada todos los días. Hay que evitar las horas centrales y aumentar el tiempo gradualmente (el primer día, solo 10 minutos), hasta un máximo de una hora.
  4. Diluye unas gotas de aceite esencial de árbol de té (Melaleuca alternifolia), de gran poder antiséptico, en aceite vegetal y aplícalo sobre la piel. El olor del árbol de té puede resultar fuerte; si es tu caso, úsalo de noche antes de acostarte.

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6. Una alimentación saludable

La dieta ha de ser preferentemente vegetariana, sin carnes, pescados, huevos, leche o derivados, sin azúcares ni harinas refinadas, y tampoco alcohol ni bebidas gaseosas.

Rica en betacarotenos, lo que se consigue bebiendo un vaso al día de zumo de zanahoria, col y perejil. Conviene tomar lactobacilos durante siete días cuando hay infección. Se venden en preparados y se encuentran en el miso, la chucrut y otras verduras fermentadas.

Alimentos ricos en zinc, como las pipas de girasol, el jengibre, el perejil y la zanahoria. Y ricos en los minerales cromo selenio: patatas, pimientos, manzanas, acelgas, nabos…

Vitaminas B, que se obtienen con la levadura de cerveza y el zumo de col, espinaca y pimiento verde. Ácidos grasos omega-3, que abundan en nueces y semillas de linaza, chía o cáñamo.

El tratamiento del acné debe plantearse mediante cambios de hábitos alimenticios y de vida que lleven a una mejor condición de la piel.

Elimina el acné con plantas y ejercicio

El acné o las espinillas aparecen en la adolescencia, cuando las hormonas comienzan a estimular los folículos pilosos. Sus manifestaciones pueden ir de leves a otras más graves: pústulas superficiales (acumulación de pus en orificios foliculares), nódulos (acumulación de pus más profunda) y quistes derivados de nódulos que destruyen el tejido de alrededor.

Surge por una alteración del folículo piloso y su glándula sebácea que comienza con la producción en exceso de queratina, el principal componente de la epidermis.

La hiperqueratinización bloquea el canal del folículo y aumenta la concentración de sebo y la producción de Propionibacterium acnes, un bacilo de la biota de la piel que, al descomponer el sebo, produce inflamación.

El aumento de andrógenos y la disminución de ácido linoleico en el sebo de los adolescentes estimula la queratinización y la hipercornificación (callosidad) del canal folicular.

Los alimentos con índice glucémico alto reducen la tolerancia de las personas con acné, incluso se habla de una "diabetes de la piel". La piel precisa contacto con el sol y el aire, la tierra y el agua. Su ausencia puede desencadenar o empeorar los episodios de acné. Hay intoxicaciones medicamentosas que producen acné: anticonceptivos orales, litio, haloides, hidantoides, rifampicina, bromuro, yodo…

No todos los tratamientos son beneficiosos

Evitar tratamientos tóxicos, como los basados en la vitamina A y los retinoles. Son efectivos, pero utilizan derivados sintéticos como tretionina e isotretinoína que pueden tener graves consecuencias. Conviene por eso leer atentamente los efectos secundarios e informarse bien.