El estrés continuado es perjudicial para el funcionamiento del sistema inmunitario y aumenta el riesgo de sufrir enfermedades metabólicas y cardiovasculares. Por lo tanto, cualquier cosa que hagamos para reducirlo es buena idea.
El ejercicio físico, la planificación del trabajo, el descanso, la meditación y las técnicas de relajación son estrategias bien conocidas para mantener a raya el estrés, pero hay algo más que puedes hacer: reír.
La risa disminuye las hormonas del estrés
"La risa puede tener un efecto beneficioso que promueve la salud de los vasos sanguíneos", dice el doctor Brett Carroll, director de medicina vascular en el Centro Médico Beth Israel Deaconess, hospital universitario de la Universidad de Harvard.
Carroll explica que al reír el cerebro segrega endorfinas, que estimulan el revestimiento interno de los vasos sanguíneos, lo que a su vez a óxido nítrico, una molécula que relaja las arterias y reduce la tensión arterial.
Al mismo tiempo, la risa ayuda a reducir la producción de hormonas del estrés, incluidos el cortisol y la adrenalina, que nos ponen en estado de alerta y contraen los vasos sanguíneos, lo que aumenta los riesgos de hipertensión arterial, accidente cerebrovascular y ataque cardiaco.
Una buena carcajada también puede tener otros beneficios
La risa estimula el sistema inmunitario al aumentar la cantidad de células productoras de anticuerpos y el número de las denominadas "células asesinas naturales (NK)", un tipo de linfocito que se encuentra en la sangre.
Además colabora en el control del peso corporal porque reduce el cortisol, una hormona que se sabe que conduce al aumento de peso. Una investigación publicada en el International Journal of Obesity ha probado que la risa puede quemar calorías.
Los investigadores dividieron a un grupo de 45 participantes en dos grupos, la mitad de los cuales vieron clips de películas cómicas durante 10 minutos, y la otra mitad vio otros clips no humorísticos. Los participantes de ambos grupos estaban conectados a un calorímetro que medía el gasto energético y la frecuencia cardíaca. Determinaron que los que se rieron durante la visualización quemaron hasta 10 calorías en 10 minutos, en comparación con los que no rieron y no quemaron calorías.
Una buena y prolongada carcajada provoca un aumento de la frecuencia cardíaca, del ritmo respiratorio y del consumo de oxígeno, de manera similar a como lo haría una sesión de ejercicio. Un estudio publicado en el International Journal of Humor Research encontró que una sesión de risa de media hora puede tener los mismos beneficios que una actividad física.
La risa puede ser tan buena como algunos analgésicos para el dolor, algo que los primeros médicos parecían comprender. En el siglo XIV, el cirujano francés Henri de Mondeville usó el humor para distraer a los pacientes del dolor de la cirugía y ayudarlos durante la recuperación.
Investigaciones más modernas han descubierto que los participantes que ven vídeos de comedia necesitan menos analgésicos. En un estudio publicado en Proceedings of the Royal Society, se halló que la risa es capaz de hacernos más resistentes al dolor. Los autores sugieren que "estos resultados se pueden explicar por la acción de las endorfinas liberadas por la risa".
Dispuesto para la risa
Las cosas serias hay que tomárselas en serio, pero conviene mantener una actitud abierta al humor, a la risa. Cuando el distanciamiento social, las mascarillas y las preocupaciones hacen difícil mantener unas relaciones normales, es importante estar dispuesto a compartir una broma o un recuerdo divertido a la mínima oportunidad.
"El aislamiento físico puede llevar a la soledad y a la tristeza", afirma la doctora Elizabeth LaSalvia, psiquiatra geriátrica del hospital de la Universidad de Harvard. "Pero hay que tener en cuenta que es diferente estar físicamente distante y emocionalmente distante", añade. LaSalvia recomienda que las personas sean proactivas y se comuniquen con familiares y amigos, incluso con los que no forman parte de nuestros contactos más habituales.
Además de las relaciones personales, otras maneras de fomentar la risa son ver actuaciones de cómicos monologuistas o una comedia o leer un libro divertido.
Referencias científicas: